Les Corts
En el término medio dicen que está el gusto y eso es precisamente lo que le ocurre al distrito de Les Corts. No es el más elegante de Barcelona, pero está bien posicionado, tampoco es el más popular, pero mantiene un atractivo aire de sencillez que recuerda a sus orígenes. Es el tercer distrito más pequeño en tamaño, sólo detrás de Ciutat Vella y Gracia, y está conformado por tres barrios: Les Corts, Pedralbes y la Maternitat i Sant Ramon. Geográficamente limita al norte, con Sarrià-Sant Gervasi y L’Eixample; al este, con Sants-Montjuïc; al oeste, con la sierra de Collserola; y con Esplugues de Llobregat y L’Hospitalet de Llobregat, al sur.
Para conocer la trayectoria de Les Corts desde un punto de vista histórico es necesario remontarse hasta el siglo XII, cuando esta zona estaba prácticamente despoblada, a excepción de algunas fincas y masías agrícolas en el entorno de los caudales que bajaban de la sierra de Collserola. La superficie situada al oeste, entre Sants y Sarrià, tenía un régimen específico porque dependía de la realeza. Esa condición explica la construcción en ese mismo lugar, en el siglo XIV y por orden directa del rey Jaime el Justo, del Real Monasterio de Santa María de Pedralbes. Este monumental edificio fue planeado como casa de retiro de su mujer, Elisenda de Montcada, que deseaba fundar un centro religioso de monjas clarisas.
Ese espacio, que se menciona en los libros de Historia como ‘territorio franco’, se transformó en 1836 en un municipio con entidad propia, aunque seguía teniendo una estrecha relación con Sarrià. El motivo era que no disponía de parroquia propia, el templo de Santa María del Remei no se levantó hasta 1849. La anexión a la Ciudad Condal tuvo que esperar un poco más, y no llegó hasta 1897. A partir de ese momento, la urbanización continuó sin prisa, pero sin pausa.
Un distrito tan bien ubicado atrajo pronto el interés de las clases medias que encontraron en este lugar buenos barrios residenciales –cercanos a otros donde residía la clase acomodada– y con buenos servicios para las familias. A pesar del tiempo, aún se puede observar algún recuerdo de sus inicios rurales, como la masía Can Rosés, que fue construida en el siglo XVIII, reformada en 1900 y que ahora funciona como biblioteca. Mantener viva la memoria rural es importante en los entornos urbanos, por lo que, además de conocer la masía es importante disfrutar de las zonas verdes que se encuentran en los tres barrios mencionados inicialmente.
Como hemos comentado, cada barrio mantiene su propia forma de ser. En Les Corts, el barrio más animado, destacan sobre todo sus plazas, algunas tan singulares como la de Comas, en la que otea el entorno la figura del payés Pau Farinetes, que recuerda el pasado agrario de la zona. La mezcla social se percibe sobre todo en el tipo de vivienda, ya que se pueden ver tanto bonitas casas novecentistas, que hablan del pasado noble, como bloques de oficinas y colonias obreras como la antigua Colonia Castells.
En Sant Ramon- Maternitat es imprescindible detenerse en tres instalaciones: la del campo de fútbol del FC Barcelona, el histórico cementerio de Les Corts y el complejo de la Maternitat. El nombre compuesto de este barrio le viene dado porque Sant Ramon era el nombre de una parroquia de este lugar y el segundo es debido a la presencia de la Casa de la Maternitat i Expòsits, que aún mantiene parte de sus funciones iniciales y oculta un hermoso parque donde se dan cita varios edificios modernistas. Otro espacio verde de interés es el parque de Can Rigal, más reciente, pero también un pulmón verde de la ciudad.
Por último, el barrio de Pedralbes, la zona de mayor poder adquisitivo, se sitúa en el entorno del monasterio. Dispone de una zona universitaria en la que se ubican dos espacios naturales de interés como son los Jardines del Palacio de Pedralbes y el Parque de Cervantes, donde sus rosales ofrecen cada primavera un auténtico espectáculo.
El distrito de Les Corts, con sus zonas verdes, sus mansiones, su pasado rural y su vida sencilla es, sobre todo, un lugar excepcional de residencia.
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