Tour privado de la Alhambra y los jardines del Generalife








Cancelación gratuita hasta 2 días antes.
Duración | 3 horas |
Idiomas | Español - Inglés - Francés |
Número de participantes | Mínimo 1 persona - Máximo 10 personas |
En qué consiste la experiencia
La Alhambra es una ciudad palatina y tiene mil y una formas de disfrutarla. Desde su entorno, desde sus exteriores, desde sus palacios. Elige la mejor compañía para visitarla y emprende una enriquecedora exploración de uno de los monumentos más visitados de España.
La Alhambra es la mejor representación del desarrollo artístico, cultural y científico que alcanzó Al-Andalus en su último periodo. Por eso, fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1984, y es, desde hace siglos, un reclamo anhelado para millones de viajeros procedentes de todas las esquinas del mundo.
Durante esta emocionante experiencia, visitaremos lugares mágicos como el Patio de los Leones o el de los Arrayanes, y seguiremos los pasos de los sultanes y reyes que un día los habitaron. Recorreremos también los bellos jardines del Generalife y el Partal y, entenderéis por qué visitar la Alhambra es una experiencia única y memorable que todo el que visite Andalucía debe tener.
Con uno de nuestros guías profesionales, solo para vosotros, podréis aprender todas las historias y leyendas de la Alhambra a vuestro ritmo, sin largas esperas, colas o problemas de acceso y con las entradas garantizadas. Completaremos la visita con el entorno alhambreño de la plaza de los Aljibes, el Palacio de Carlos V y las miradas hacia el Albaicín.
Reserva tu visita privada de la Alhambra con Cicerone para descubrir los rincones más maravillosos y aprender las historias y leyendas más fascinantes. Tu guía privado mejorará tu experiencia.
Todo lo que debes saber
- Es obligatorio el nombre completo, número de DNI o pasaporte, edad y nacionalidad de los participantes, incluidos los niños, ya que tenemos que proporcionar una entrada infantil gratuita para los menores de 2 años.
- Se requiere un documento de identificación o pasaporte vigente para todos los visitantes, incluidos los niños. De lo contrario, un padre o tutor debe firmar una exención de responsabilidad en la taquilla. El Patronato de la Alhambra no acepta fotocopias.
- Podemos adaptar la visita a personas con movilidad reducida, bajo previo aviso.
- El bono es intransferible porque las entradas son nominativas.
- Usamos transmisión segura, su información personal está protegida.
- Confirmación inmediata de reserva.
- Puede presentar el bono impreso o en dispositivo electrónico.
- Tenga en cuenta que el guía llegará unos minutos antes de la hora de inicio del tour.
- No se permiten cochecitos dentro del monumento, recomendamos utilizar portabebés.
- No se permite equipaje ni mochilas grandes dentro del monumento.
- Para aquellos que no deseen caminar hasta el punto de encuentro, recomendamos utilizar el transporte público, en lugar de coche.
- Es posible que se requiera un teléfono móvil con batería cargada y auriculares.
Tarifas:
Adultos +12 años
Niños de 3 a 11 años
Bebes de 0 a 2 años
Precio
Incluido
- Entradas del Complejo Monumental de la Alhambra y el Generalife.
- Comentarios en vivo en el idioma elegido
No incluido
- Recogida en el Hotel
- Transporte
- Propinas
- Comidas y bebidas
Itinerario
Parada en: En la Alhambra: Palacio Carlos V
El origen del Palacio de Carlos V se debe a la necesidad de un lugar que reuniese todas las comodidades de la época para el emperador y su familia, ya que el Alcázar, que era su residencia de verano, no cubría sus necesidades.
El emperador ordenó la construcción del palacio junto a la Alhambra para poder disfrutar de sus maravillas. El arquitecto encargado de la obra fue Pedro Machuca, un enamorado del renacimiento de acreditada experiencia. La construcción del palacio comenzó en 1527 y financió en su totalidad en 1957. La construcción pasó por varias etapas, falta de fondos, sublevaciones que pararon las obras, etcétera. Los techos llegaron a hundirse por abandono.
El palacio es cuadrado, con una fachada principal de 63 metros de ancho por 17 metros de alto. Destaca su patio circular en el centro, único en su estilo y la obra más destacada del renacimiento en España. Sólo están decoradas las fachadas sur y oeste en su totalidad. La norte y este sólo en parte, debido a que el edificio esta unido al Alcázar de la Alhambra.
Parada en: Palacios Nazaríes: Palacio del Mexuar
Es difícil saber cómo se construyó originalmente el Mexuar, ya que las muchas restauraciones y reconstrucciones que se han realizado hasta nuestros días nos impiden saber cómo eran sus aposentos, aquellos que no se encuentran en ruinas. Según las citas del poeta Ibn Zamrak, podríamos decir que pertenecería a los primitivos alcázares nazaríes. Tanto las reformas realizadas tras la ocupación cristiana como la explosión en 1590 de un polvorín que causó grandes destrozos, han producido grandes modificaciones en la distribución y la comunicación, por lo que es difícil saber cómo era originalmente. Realmente, lo único que queda del conjunto de aposentos, situados junto a la torre de Mohamed I, es la nave oriental, que es a lo que llamamos en la actualidad «Mexuar», que tampoco se ha mantenido a salvo de reconstrucciones cristianas, y la galería y Torre de Machuca, así llamada por haber sido vivienda de los arquitectos Pedro y Luis Machuca durante la construcción del Palacio de Carlos V.
Parada en: Patio y Cuarto Dorado
Este pequeño patio situado entre el Mexuar y el Cuarto Dorado sirve de unión entre ambos palacios. Durante la época cristiana, presentó unas galerías de madera, para comunicar las habitaciones altas, que se conservaron hasta el siglo XIX. La pila que ocupa el centro del patio en la actualidad es una copia exacta (de 1943) de la fuente original, la cual se encuentra en los Jardines de Daraxa.
Parada en: Patio de los Arrayanes
El Patio de los Arrayanes se ha llamado de diversas formas a lo largo del tiempo. La actual denominación (al igual que la de Patio de los Mirtos) se debe a los macizos de arrayanes (o mirtos) cuyo color verde vivo contrasta con el piso de mármol blanco del patio, y que rodean al estanque central. También se le llamó Patio del Estanque o de la Alberca, precisamente por este estanque, de 34 metros por 7,10 metros, que divide el patio longitudinalmente y se abastece de agua gracias a dos pilas de mármol situadas en cada extremo. A ambos lados del patio se encuentran dos naves de aposentos y, en los lados menores, se levantan unos pórticos, sostenidos por columnas de capiteles cúbicos, de siete arcos semicirculares adornados con rombos calados e inscripciones de alabanza a Dios. El arco central es mayor que los otros seis, y presenta enjutas macizas con decoración de ataurique y capiteles de mocárabes.
Parada en: Sala de Abencerrajes
Se encuentra situada frente a la Sala de Dos Hermanas, y su nombre se debe a que la tradición popular asegura que en esta sala fueron degollados los caballeros Abencerrajes, aunque los autores no se ponen de acuerdo sobre qué monarca ordenó su ejecución. De hecho, existe una mancha de óxido que cubre parte de la pila de mármol del centro de la sala, que la superstición presenta como una mancha de sangre de dichos Abencerrajes.
La entrada a la sala presenta dos arcos separados por un corredor que comunica con el piso alto, a la izquierda, y con el vestíbulo de la entrada primitiva al palacio, a la derecha. El cuadrado central de la sala posee alcobas en sus laterales, con arcos decorados de manera exquisita cuyas columnas poseen capiteles azules, y techos con pinturas. Las paredes presentan cubiertas de yeserías y un zócalo de azulejos del siglo XVI, de estilo renacentista. Sobre ocho trompas de mocárabes encontramos una magnífica cúpula también de mocárabes. En estas trompas podemos leer la siguiente inscripción: «No hay más ayuda que la que viene de Dios, el clemente y misericordioso». Las ventanas situadas en el comienzo de la cúpula dejan pasar una luz tenue que ilumina sus mocárabes, dándole un aspecto mágico.
Parada en: Sala de las Dos Hermanas
A la Sala de las Dos Hermanas corresponde la segunda residencia del Palacio de los Leones, con semejante estructura a la de los Abencerrajes, es decir, elevada con respecto al Patio desde el que se accede por una única puerta, con cierre de madera ataujerada, ricamente decorada mediante composiciones geométricas.
Tras la entrada, se desarrollan a derecha e izquierda sendos corredores que conducen respectivamente, a las habitaciones de la planta superior y al retrete de la vivienda. El nombre lo recibe por las dos grandes losas de mármol, centradas por una fuentecilla que evacua por un canalillo al Patio de los Leones.
El zócalo de alicatados, uno de los más originales por su peculiaridad de toda la Alhambra, es una bella composición geométrica a base del entrelazado de cintas de varios colores.
La decoración de yesería de los paramentos, dividida como es característico del arte nazarí en grandes paños separados por inscripciones epigráficas, cubre por completo los muros, culminando en la que es sin duda la obra maestra: una cúpula de mocárabes que, a partir de una estrella central, se desarrollan mediante el conocido teorema de Pitágoras.
En los dos laterales de la Sala, de planta cuadrada, abren dos alcobas. Cada una con su característico espacio para la tarima o cama, que se cubren con unos extraordinarios artesonados de madera bellamente decorados.
Parada en: Sala de los Reyes
Parada en: Habitaciones Carlos V
Parada en: Patio de Lindaraja
Contiguo al Patio de la Reja se abre otro con estructura semejante pero ambiente ciertamente diferente por su carácter claustral. El Patio de Lindaraja adopta el nombre del precioso mirador que lo preside en su cara meridional, toda ella fachada exterior del Palacio de los Leones que, hasta el siglo XVI, quedaba abierta al paisaje.
A partir de entonces, lo que debió ser un jardín bajo y abierto queda encerrado por las tres crujías de las Habitaciones del Emperador, con galerías porticadas en planta baja para las que se utilizaron columnas procedentes de otros lugares de la Alhambra, creando así una sensación de claustro acentuado por el diseño del jardín y por la fuente situada en su centro.
Esta, de piedra de Sierra Elvira y diseño barroco en su base, antepecho y pilastra, tuvo, al menos desde 1626 hasta marzo de 1995 en que se desmontó para su restauración y conservación en el Museo de la Alhambra, una hermosa taza nazarí de mármol con decoración de gallones e inscripción epigráfica, probablemente destinada al mismo Palacio de los Leones.
Se sale del patio y del itinerario de los palacios por la única de las tres crujías que también tiene en planta alta una galería, denominada esta hasta época reciente «de Châteaubriand», por haber dejado en ella su firma el famoso escritor y político francés. Sus columnas proceden del derribo del Patio de Machuca.
Parada en: Jardines y Palacio del Generalife
La Almunia del Generalife era una hacienda ideal para la explotación agrícola y el descanso, con un núcleo de edificación residencial y una vasta extensión de terreno de cultivo y pasto, compartimentada en paratas o bancales mediante cuatro grandes huertas, aprovechando sus perfiles orográficos.
Estas huertas están delimitadas por gruesos muros de contención, algunos de los cuales pueden todavía observarse. Sus nombres castellanos, conservados y transmitidos desde muy antiguo son: "Colorada", "Grande", "Fuente Peña" y "Mercería", cuyos límites actuales deben de coincidir de forma aproximada con los de época medieval. Una dehesa rodea la finca, en la cual se criban caballos, animales de granja e incluso servían de coto de caza para el uso del sultán.
Parada en: Plaza de los Aljibes y La Alcazaba
El nombre de esta plaza proviene de unos aljibes que construyó el Conde de Tendilla en 1494 en el barranco que separa la Alcazaba y los palacios. Estos aljibes, de 34 metros de largo, 6 de ancho y 8 de alto, se convirtieron posteriormente en la plaza actual al soterrarlos junto con las calles y las plazas circundantes. La plaza forma una extensa explanada entre las torres y las defensas de la Alhambra por un lado, y por otro por la Puerta del Vino y los Palacios árabes y el Palacio de Carlos V, que nos muestra unas espléndidas vistas de la ciudad, el Albaicín y el Sacromonte.
En 1955, se realizaron unas excavaciones que descubrieron la plaza medieval.
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