La Jacetania
Situada en el noroeste de Huesca, en pleno Pirineo aragonés, la comarca de La Jacetania linda con la frontera francesa y la comunidad navarra. Destaca por su impresionante conjunto de iglesias románicas, así como por su amplia oferta de planes de montaña. Se puede recorrer en ella un tramo del Camino de Santiago aragonés y, también, esquiar en dos de las estaciones más antiguas del país: Astún y Candanchú.
Su capital, Jaca, reúne a más del 70% de la población de la comarca y alberga dos monumentos de obligada visita. Nos referimos, por un lado, a su magnífica Ciudadela, que pasa por ser una de las construcciones militares mejor conservadas de España. Su planta pentagonal fue proyectada por el ingeniero italiano Tiburcio Spanochi respondiendo a los designios de Felipe II, quien, durante su mandato, ordenó levantar una serie de edificios defensivos a lo largo de los Pirineos. Construida entre 1592 y 1670, su excelente estado de conservación permite visitarla y recrearnos en cada una de las partes que componen el conjunto defensivo, entre ellas, el foso, los polvorines, sus cinco baluartes y su sobria portada, precedida por un puente levadizo que funcionaba gracias a un sistema de cadenas y contrapesos.
A apenas 200 metros de la Ciudadela se encuentra el otro gran reclamo de Jaca: la Catedral de San Pedro. Se trata de uno de los ejemplos más notables del primer románico español, célebre por el crismón que ornamenta el tímpano de su portada occidental y por la decoración del ábside meridional, donde se pueden apreciar algunos de los motivos más típicos del románico jaqués, como las bolas y el ajedrezado. Además, las dependencias situadas en torno a su claustro acogen el Museo de Arte Diocesano, institución que custodia un impresionante muestrario de pinturas románicas procedentes de algunos de los templos más destacados de la región, de cuyas paredes fueron trasladadas a lienzos para evitar su pérdida.
Los amantes del románico también deben dirigirse al monasterio de San Juan de la Peña. Es uno de los conjuntos monacales más asombrosos del continente debido a su insólito emplazamiento bajo la monumental roca que le da nombre, la cual da la impresión de que en cualquier momento puede desprenderse sobre el claustro descubierto. Más allá de lo peculiar del enclave, el claustro sobresale por su excelente serie de capiteles historiados con escenas bíblicas talladas por el conocido maestro de San Juan de la Peña.
Ya en el norte de la comarca de La Jacetania, vale la pena acercarse al pueblo de Ansó para recorrer sus calles empedradas, así como para disfrutar del espectáculo paisajístico ofrecido por el Valle del Hecho. En dicho valle se encuentran el templo de San Pedro de Siresa y la Selva de Oza, un lugar idóneo para practicar trekking o realizar un pícnic en familia. Cerca de allí, a escasos cinco kilómetros de la frontera, se alza la icónica estación de Canfranc, un elegante edificio de estética afrancesada que tras experimentar un letargo de más de cuatro décadas (en 1970 dejó de funcionar la línea que conectaba Canfranc con la localidad francesa de Pau) será reconvertido en alojamiento.