Somontano de Barbastro
Somontano de Barbastro se halla enclavada en el corazón de Huesca, en una tierra especialmente propicia para la producción de vino, aceite de oliva y cereales. Establecida como comarca en 2002, su descriptivo nombre hace referencia a que una buena parte de su territorio se encuentra en el piedemonte de los Pirineos. Así, a medio camino entre las montañas y el valle, la región presenta un repertorio paisajístico sorprendente, albergando desde escarpados barrancos esculpidos por el agua de sus ríos hasta agradables llanuras en las que se extienden los viñedos.
El epicentro de la comarca es Barbastro, cuyo casco antiguo ostenta buenas muestras de arquitectura civil y religiosa. Ejemplo de lo segundo es la catedral de Nuestra Señora de la Asunción, en la que destaca su excelsa bóveda gótica, así como el retablo del altar mayor, que fue proyectado por el escultor valenciano Damián Forment. A corta distancia del templo catedralicio se encuentra el Museo Diocesano, al que vale la pena entrar para contemplar los frescos románicos procedentes de Vio y Villamana. Asimismo, Barbastro ejerce de capital de la Ruta del Vino de Somontano, un itinerario que incluye más de 30 bodegas en las que podrás catar caldos selectos de la denominación de origen protegida de Somontano, una de las cuatro que reúne la comunidad aragonesa.
El otro gran punto de atracción de la comarca es la villa medieval de Alquézar, situada en la sierra de Guara junto al curso del río Vero. Dicha localidad, elevada sobre un cerro, está dominada por la colegiata de Santa María la Mayor, una antigua fortaleza islámica reconvertida en templo cristiano tras la reconquista de la población por Sancho Ramírez. Declarada bien de interés cultural y conjunto histórico-artístico, no podéis dejar de asomaros al claustro para apreciar sus pinturas murales y los capiteles historiados con escenas bíblicas.
Precisamente de Alquézar parte una de las rutas más bonitas de la comarca. Nos referimos a la excursión por las Pasarelas del Río Vero, que os permitirá, incluso con niños, avanzar sobre el curso del río y apreciar los cañones esculpidos por el agua en la roca caliza. Otra ruta que también resulta muy atractiva es la que conduce hasta el abrigo del Ciervo de Chimiachas, una de las numerosas pinturas rupestres que pueden visitarse a lo largo del parque cultural del Río Vero, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco por su impresionante repertorio de arte prehistórico.
La cosa no acaba aquí. En el norte de la comarca aún os espera Rodellar, una pequeña localidad convertida en punto de referencia de escaladores, senderistas y amantes del descenso de barrancos, siendo al mismo tiempo un paraje privilegiado para avistar águilas, buitres leonados y quebrantahuesos.
Finalmente, y en caso de visitar Somontano de Barbastro en pleno verano, os aconsejamos acercaros a las piscinas de sal de Naval para experimentar la sensación de flotar en el agua, pues cuentan con un nivel de salinidad más elevado que el del mismísimo mar Muerto.