Mahón
Este municipio menorquín se enorgullece de ser el punto más oriental de España, pero no es el único mérito por el que podría vanagloriarse. Con una población censada de 28.592 habitantes (en 2018), casi se podría decir que el trato entre los vecinos es familiar. Sin embargo, en una entidad tan turística, la población se ve acrecentada durante gran parte del año.
En los 117 km2 del término territorial de Mahón (oficialmente desde 2012, Maó-Mahón) se encuentra la capital de Menorca, que tiene el mismo nombre, y varios núcleos de población de mayor o menor tamaño. Entre ellos están Es Grau, Sa Mesquida, Es Murtar, Sant Climent, Llucmaçanes, Binidalí y Es Canutells. A estos hay que sumar también varias urbanizaciones: Sant Antoni, Binixíquer y Cala Llonga.
La ubicación de Mahón en un amplísimo puerto natural del Mediterráneo ha propiciado que fuese codiciada por numerosos pueblos a lo largo de la historia. De hecho, fue fundado por un general cartaginés, Magón, que casualmente era hermano de Aníbal. Tras los cartagineses, llegaron los romanos, los vándalos, los bizantinos, los árabes y, con la Reconquista, también los castellanos. Sin embargo, ahí no termina su devenir, sino que fue capturada por los británicos y estuvo 70 años bajo su influencia. Por este motivo, los exponentes arquitectónicos y costumbres del municipio, muestran una gran diversidad.
Cuando alguien desea visitar Menorca, utiliza para llegar principalmente dos puertas de entrada, ambas en Mahón: el puerto, en el que atracan numerosos cruceros cada año, y el aeropuerto, situado a sólo 4 kilómetros del centro de la capital. Por este motivo, el municipio de Mahón ejerce como el primer anfitrión del visitante.
La capital, Mahón, ofrece al viajero un atractivo núcleo histórico con diversas localizaciones de interés como la fortaleza de la Mola, la iglesia de Santa María, el Ayuntamiento, el museo de Menorca, el bastión de Sant Roc y un interesante mercado donde conocer los productos autóctonos, del campo y del mar. Cuando cae la noche, la ciudad se transforma en el punto más animado de la isla.
Del resto de localidades habría que destacar: Es Grau, uno de los antiguos lugares de veraneo de los mahoneses; la blancura de las viviendas de la aldea de Llucmaçanes; el ambiente pesquero de Sa Mesquida; Sant Climent, con su pintoresca iglesia; la playa virgen de Binidalí; los acantilados y la zona turística de Es Canutells; y el pequeño núcleo de Es Murtar, una población muy familiar y tranquila.
Al otro lado del puerto tampoco pasan desapercibidas urbanizaciones como Cala Llonga con preciosas villas de veraneo, o Sant Antoni, donde la leyenda sitúa un idilio entre Lord Nelson y Lady Hamilton. Y, por si fuera poco, Mahón también cuenta con algunas islas que resultan aún más visibles cuando se accede a la isla en barco. Estas son la isla del Rey, la del Lazareto, de la Cuarentena y la isla Pinto.
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