Parte Vieja
Este pequeño conjunto de calles estrechas situado a los pies del monte Urgull da para mucho. Y es que aquí se reúnen algunos de los mejores bares de pintxos, sociedades gastronómicas y restaurantes de San Sebastián, así como atractivas tiendas e interesantes edificios religiosos y museos.
Su trama urbana es el resultado de la reconstrucción llevada a cabo tras el lamentable incendio del 31 de agosto de 1813, cuando las tropas anglo-portuguesas sitiaron la población y la quemaron. Según indican las crónicas, tan solo se salvaron una treintena de casas de las 600 que componían el núcleo urbano. La neoclásica plaza de la Constitución, epicentro del barrio, es uno de los mejores testimonios del resurgir de la ciudad. Fue proyectada por Pedro Manuel de Ugartemendía, arquitecto que jugó un papel fundamental en la reconstrucción de la ciudad. Es uno de esos rincones con encanto en los que merece la pena detenerse, sentarse en una de sus terrazas y disfrutar de una cerveza o un vino mientras le tomamos el pulso a Donosti. Aunque ya no alberga el ayuntamiento, la plaza sigue siendo uno de los puntos más representativos de la ciudad vasca, teniendo lugar en ella, por ejemplo, los actos que marcan el inicio de su mítica Tamborrada.
Saliendo de la plaza por la calle del Puerto llegamos a la calle Mayor, donde a la derecha se distingue la bella fachada barroca de la basílica de Santa María del Coro y a la izquierda —a lo lejos— la torre neogótica de la Catedral. Los interesados en el patrimonio religioso deben visitar también la iglesia gótica de San Vicente, junto a la cual se halla el museo de San Telmo en el que fuera un antiguo convento dominico del siglo XVI. Hoy, sin embargo, este histórico edificio convive con una construcción vanguardista diseñada por los arquitectos Sobejano y Nieto, cuya estética rompedora nos pone sobre aviso de la renovación protagonizada en los últimos años por la institución cultural, convertida hoy día en el museo de Sociedad Vasca y Ciudadanía.
A su salida, en la plaza Zuloaga, se puede tomar uno de los senderos que ingresan en el monte Urgull, un espacio ideal para dar un agradable paseo y disfrutar de espectaculares vistas al mar Cantábrico y al núcleo urbano desde sus diferentes miradores. En la parte más elevada del monte se encuentra el castillo de la Mota y, sobre el mismo, la icónica escultura del Sagrado Corazón, una estatua de 12 metros de altitud realizada por Federico Coullaut que preside la ciudad desde 1950, habiéndose convertido en una de sus imágenes más emblemáticas.
Una forma estupenda de continuar esta ruta por la Parte Vieja de San Sebastián es salir del monte Urgull por el Paseo Nuevo, donde los días de mareas vivas las olas golpean ferozmente provocando un espectáculo natural sublime, que, no obstante, puede resultar peligroso si se contempla desde cerca. En este paseo que abraza al monte Urgull sobre el mar Cantábrico se encuentra la escultura Construcción vacía del artista vasco Jorge Oteiza, la cual parece entablar un diálogo lejano con el Peine del viento, obra del célebre escultor Eduardo Chillida situada en el otro extremo de la bahía de la Concha.
Finalmente, el viajero puede culminar este recorrido por la Parte Vieja de la ciudad en el puerto de San Sebastián y, si lo desea, acceder al Aquarium, uno de los museos marinos más modernos de Europa, donde seguro que pequeños y adultos lo pasarán en grande.
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