Barrio de Gálata
El atractivo barrio de Gálata ―oficialmente conocido como Karaköy― se encuentra situado en la zona europea nueva de Estambul, separado de la península histórica de Constantinopla por el estuario del Cuerno de Oro. Gracias a la situación del barrio en lo alto de una colina, la Torre de Gálata, su símbolo por excelencia, resulta visible desde cualquier punto de la ciudad, permitiendo al turista encontrar sus calles sin mucha dificultad.
La fama cosmopolita de este barrio nace a partir del siglo XIII, cuando la República de Génova, involucrada en la lucrativa Ruta de la Seda, establece aquí una de sus principales colonias comerciales. Tan sólo dos siglos más tarde, ya durante el período de dominación otomana, dicha fama se consolida gracias a la llegada de numerosas comunidades judías.
Hoy en día, el barrio de Gálata, además de conectar la céntrica plaza Taksim con el casco antiguo de Constantinopla, también encarna un importante polo de atracción turística. Atravesado de norte a sur por la Avenida Istiklal ―mayor arteria comercial de Estambul―, dicho barrio fusiona a la perfección la monumentalidad de su arquitectura y la bohemia de sus comercios. Así, bajo un aura a caballo entre el esplendor y la decadencia, las estrechas y empinadas calles de Gálata nos invitan a recorrerlas lentamente y sin rumbo.
El moderno Puente de Gálata, famoso por la estampa colorida de sus decenas de pescadores, es la puerta de entrada preferida para quienes visitan este barrio. Además, nada más haber cruzado esta pasarela nos aguarda el popular Mercado de Karaköy, seguramente el mejor punto de venta de pescado fresco de la ciudad. A medida que nos vamos adentrando en el denso entramado de callecitas, comenzamos a presenciar huellas tangibles del pasado multicultural de Gálata. Es el caso, por ejemplo, de la Iglesia de San Pedro y San Pablo, un vestigio gótico de la antigua ciudadela italiana camuflado, en la actualidad, bajo las tejas de una mezquita otomana. O de la curiosa escalera de Kamondo, mandada construir por una de las familias judías más acaudaladas de Estambul a finales del siglo XIX. De esta última, su trazado ondulante, felizmente inmortalizado por la cámara del francés Henri Cartier-Bresson, nos permitirá remontar la colina sobre la que se asienta el barrio, y al mismo tiempo, alcanzar otros puntos de interés turístico.
Nos encontraremos aquí con la mencionada Torre de Gálata, construida en 1348 por habitantes genoveses y dotada, en la actualidad, de un espectacular mirador con vistas al Bósforo. Asimismo, resulta altamente recomendable una visita tanto a la Sinagoga Asquenazí de Estambul, situada en una zona repleta de tiendas de instrumentos musicales, como al Museo de los Judíos de Turquía, cuyo recorrido explicativo a base de paneles, objetos y fotografías nos permitirá conocer, entre otras cosas, la historia de los judíos españoles que emigraron a Estambul tras su expulsión en 1492. Por último, no podéis dejar de visitar el Museo Gálata Mevlevihane, uno de los últimos monasterios sufíes existentes en Estambul dónde, además, se sigue celebrando el baile ritual de los derviches giróvagos.
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