Funchal
Funchal es la capital de Madeira. Situada en la costa sur de la isla, esta ciudad de aproximadamente 110.000 habitantes es una pintoresca y atractiva villa para el visitante que viaja hasta la afamada isla portuguesa. Los orígenes de Funchal nos llevan a 1421, cuando fue fundada por el navegante Joao Gonçalves Zarco, descubridor de Madeira. Seis siglos después nos encontramos con una ciudad animada y relajada al mismo tiempo, parada de muchos cruceros atlánticos, cuna de Cristiano Ronaldo y que guarda el encanto que ha acumulado a lo largo de su historia.
Y es que Funchal tiene buena parte de la esencia de Madeira. Puerto que mira al Océano Atlántico y a la vez abraza a la montaña sobre cuyas faldas la urbe empieza a trepar. Una ciudad azul y verde, anclada en la naturaleza que caracteriza a la isla.
La zona velha de Funchal es ese viaje al pasado lleno de armonía donde las calles empedradas nos conducen a hermosas casas, iglesias, mercados y a pequeños rincones de un ambiente hecho para los artistas. Pasear por la rua Santa María nos servirá para entender el aire pintoresco de la capital insular. No muy lejos se encuentra el Fuerte de Santiago, viejo protector de la ciudad siglos atrás.
Pero el viaje al pasado nos lleva hasta la catedral, uno de los pocos edificios de la época colonial que ha llegado a nuestros días. Levantada en 1512, es el legado de aquella ciudad que empezaba a ser pujante gracias al comercio marítimo. Y si de iglesias hablamos, es indispensable subir hasta Nossa Senhora do Monte, techo con las mejores vistas sobre la ciudad y lugar donde yacen los restos de Carlos I de Habsburgo, último emperador del Imperio Austrohúngaro.
Funchal no se queda en el azul del mar y el verde de las montañas. Su Jardín Botánico es otra explosión de naturaleza donde conviven más de 2000 especies que van, desde cactus o palmeras, hasta dragos. Se sitúa también en plena ladera de la montaña, regalando una perspectiva única. Podrás subir hasta allí en el teleférico que parte desde la mismísima playa y vuela por encima de la ciudad durante 3,2 kilómetros superando un desnivel de 580 metros.
Volviendo a la rua de Santa María, el cercano mercado dos Lavradores nos da otra dosis de color (y aromas) que van, desde los tradicionales azulejos portugueses, hasta las tonalidades de las flores y los productos puestos a la venta.
Te habrás dado cuenta y te llamará la atención la disposición de Funchal en la orografía de Madeira. A un lado, el mar. Al otro, la montaña. En escasos 0-15 kilómetros desde el centro de Funchal, podemos alcanzar alturas como la del Mirador del Paredao o el Pico do Arieiro, éste último a 1.818 metros de altitud.
Pero Funchal también nos ofrece mucho mar. Puerto de grandes cruceros y turismo náutico, a ambos lados de la ciudad encontraremos una sucesión de playas, como Barreirinha, Sao Tiago, Gorgulho, Formosa o las piscinas naturales de Doca do Cavacas.
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