Ciudad Nueva – Nové Mesto
Hablar de Nové Mesto, o lo que es lo mismo, de la Ciudad Nueva de Praga puede inducir a error por el simple hecho de que su nombre lleva implícita la condición de “nuevo”. Y es que, en realidad, esta zona de la capital checa surgida en torno a las murallas de la Ciudad Vieja se remonta a 1348, respondiendo a un ambicioso proyecto urbano de Carlos IV, quien se mostró decidido a establecer en este sector un importante núcleo comercial.
Entre los ejes de crecimiento concebidos por el monarca destaca la plaza de Wenceslao, considerada en la actualidad el epicentro del barrio. Pese a su denominación, por su estructura alargada podríamos afirmar que tiene más de avenida que de plaza. Sea como fuere, lo que realmente nos interesa es que en ella se concentran numerosos restaurantes, cafeterías, hoteles y tiendas, resultando por ello muy agradable para pasear siempre que el tiempo acompañe. La plaza está presidida en su extremo más elevado por la escultura de San Wenceslao, tras la cual distinguimos, como telón de fondo, la fachada neorrenacentista del Museo Nacional, en la que todavía pueden apreciarse las marcas que dejaron los disparos de los tanques durante la ocupación de las tropas del Pacto de Varsovia.
A escasos 200 metros del Museo Nacional se encuentra la Ópera Estatal, cuya construcción fue financiada por la comunidad alemana residente en Praga, de ahí que su primer nombre fuese el de Nuevo Teatro Alemán. Su estética responde a la habitual de los teatros vieneses —pues, de hecho, la ejecución corrió a cargo de arquitectos austriacos— y su auditorio resulta tan espectacular que vale la pena consultar su cartelera y pagar una entrada aunque solo sea por pasar un par de horas entre sus elegantes palcos. Si la ópera no os llama mucho la atención, tal vez la programación del Teatro Nacional, situado a la orilla del río Moldava, os resulte más atractiva.
Siguiendo con las instituciones culturales del barrio, la oferta de la Ciudad Nueva de Praga incluye propuestas tan interesantes como el Museo del Comunismo, con una colección que permite reconstruir cómo era la vida cotidiana en la antigua Checoslovaquia entre 1948 y 1989 —es decir, durante los años del régimen comunista—. Y, también, el Museo Mucha, centrado en la figura del que fuera el máximo exponente del Art Nouveau checo. Quienes se acerquen a este pequeño museo podrán disfrutar de una interesante exposición que reúne desde pinturas al óleo y objetos personales del Alfons Mucha hasta sus célebres carteles publicitarios.
Finalmente, es conveniente acercarse a la calle Resslova para visitar la iglesia barroca de San Cirilo y San Metodio, templo que en mayo de 1942 fue testigo del atrincheramiento de los siete paracaidistas checos que perpetraron el asesinato del gobernador nazi Reinhard Heydrich. Desde allí, solo tendréis que recorrer 200 metros para contemplar uno de los edificios más originales y polémicos de Nové Mesto. Nos referimos a la Casa Danzante levantada por los arquitectos Frank Gehry y Vlado Milunic entre 1994 y 1996. Aunque su estética resulta extremadamente rompedora si tenemos en cuenta el contexto urbano, razón por la cual fue objeto de numerosas críticas, hoy en día está considerado uno de los edificios deconstructivistas más relevantes a nivel mundial.
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