Barrio norte de Roma
Roma es una ciudad con tanta historia que su centro histórico abarca 22 barrios o, como se les conoce desde la Edad Media, rioni. Más allá de ellos, la ciudad se divide en barrios o quartieri (hasta 35). Y es aquí donde la historia de Roma ha seguido su curso, desarrollando desde hace siglos nuevas zonas urbanas sin olvidar las riquezas que atesora la vieja ciudad imperial.
Los quartieri del norte de Roma
En el extremo superior del casco antiguo, en el rione de Campo Marzio, empiezan ya los barrios de la zona norte de la ciudad, y qué mejor punto de partida que la Piazza del Popolo, al término de Campo Marzio, para comenzar esta visita. Roma es una ciudad de plazas, de magníficas y ostentosas plazas, y ésta a los pies del monte Pincio es una de las mas célebres de la ciudad. Ésta era antiguamente la puerta de Roma, que marcaba el límite norte de la ciudad.
En ella encontramos el gran obelisco Flaminio, y en uno de sus extremos la terraza del monte Pinzio: un espectacular mirador al final de una escalinata presidida por monumentales estatuas de mármol. Podemos observar un rato la ciudad desde su altura y, a continuación, dirigirnos al museo Da Vinci, a una de sus muchas iglesias o, por supuesto, a la renombrada Basílica de Santa María del Popolo.
La Basílica de Santa María del Popolo
Hace casi mil años, sobre el mismo lugar en el que quedó enterrado el emperador Nerón, el papa Pascual II decidió construir una capilla que fue costeada por el pueblo romano, de ahí su nombre. Más adelante, esta capilla se iría reformando hasta tomar su forma actual. En las reformas de la futura Basílica de Santa María del Popolo intervinieron genios como Rafael o Donato Bramante, y en su interior se conservan no sólo obras de estos dos artistas, sino también de Caravaggio, Caracci o Bernini. Es por eso que, sin ser una de las cuatro Basílicas Mayores de Roma, no necesita de nada más para convertirse en una de las más importantes y visitadas en la ciudad.
Las Catacumbas de Priscila, cementerio de los primeros cristianos
Si lo que queremos es una experiencia totalmente diferente a las que nos puede ofrecer el centro histórico, una que sea verdaderamente especial, las Catacumbas de Priscila no suelen defraudar a los muchos que se acercan a ellas. Este es uno de los cementerios paleocristianos más antiguos que conservamos.
Allí vivieron refugiados los primeros seguidores de Cristo, enterraron sus cuerpos e, incluso, los de mártires y papas. Dentro encontramos diferentes naves (el criptopórtico, la capilla griega, el arenario de largas galerías tapizadas de tumbas…), misteriosamente llenas de vida gracias a sus frescos con escenas religiosas, aves, flores e inscripciones de todo tipo. Frescos como el de la fantasmagórica “orante”: una mujer con los brazos alzados al cielo, envuelta en una neblina por el desgaste del tiempo y que parece pedir un buen sueño para los que descansan allí para siempre.
El puente Milvio: el puente “del amor”
Por último, podemos dirigirnos al norte de la ciudad para visitar el famoso Ponte Milvio, el puente de los candados de Roma. Aquí fue donde Constantino, el primer emperador que legalizó el cristianismo, venció en batalla a los demás pretendientes al trono de emperador con la ayuda de Dios, que le manifestó el signo de la cruz y un lema: “con este signo vencerás”. Este puente brinda una vista muy hermosa y, desde el libro Tengo ganas de ti, de Federico Moccia, y de su adaptación al cine, ambos grandes éxitos, ha sido el puente “del amor”, en el que las parejas cuelgan sus candados para simbolizar su unión. La nueva Batalla de Milvio se libra entre el ayuntamiento, que intenta retirar los candados, y las parejas que aquí los colocan.