Olvida tu Luna de Miel, ¡celebra tu boda en el Caribe!

Sólo quien se ha casado o ha organizado una boda sabe lo que ésta supone. Si los novios quieren una fecha en concreto o celebrar la ceremonia en un sitio en especial, el contador comienza a restar al menos un año antes del Día D. A partir de entonces, los temas de conversación en la pareja y con la familia y amigos se reducen a uno, la boda. Los ahorros van a una misma hucha, la de la boda. Y el tiempo libre de los novios, padres y hermanos se invierte en que todo salga bien un solo día del año, el de la boda.

A pesar de todo el estrés que puede llegar a suponer casarse, es divertido, tienes 15 días de vacaciones y no sólo existe una manera de hacerlo. Podéis ir al juzgado con dos acompañantes y salir de allí casados sin más testigos que el juez y tus amigos. También está la opción de avisar a los invitados en el último momento, con todo decidido y nada que objetar. O podéis ir al Caribe a daros el sí quiero  (y no sólo ir allí para la luna de miel) en una espectacular playa haciendo que vuestro Instagram colapse y los que se hayan quedado en tierra mueran de envidia. La vida no siempre es fácil.

Aunque pueda sonar a locura, las bodas en el Caribe puede ser la ganadora si os apetece casaros y a estas alturas no tenéis más que el anillo de pedida. Allí, la temporada de bodas no termina en septiembre, ya que todos los meses del año, otoño incluido, son perfectos para hacerlo por su clima y entorno. Además, ¿a quién no le apetece irse unos días a la República Dominicana? Tanto si incluís a la familia en la boda, como si preferís liaros la manta a la cabeza e iros solos, te damos unas cuantas razones por las que barajar la idea de cruzar el charco para casaros es un buen plan.

Sin compromisos. Uno de los conflictos que pueden surgir a la hora de cómo organizar una boda es la temida lista de los invitados. ¿Qué tíos vienen? ¿Qué hacemos con los amigos de los padres? ¿Y los compañeros de trabajo? Las bodas en el Caribe garantizan menos invitados y más intimidad, pues sólo irán los que tengan que estar. Esto es así. Y es que las listas de invitados tienden a reducirse cuantos más kilómetros haya de por medio, convirtiéndose en una ventaja para acabar con los compromisos y encima podéis celebrar la lunas de miel allí a la vez que os casáis. 

Hola veroño. De mayo a septiembre es la temporada alta de bodas, por lo que casi todos los sitios están reservados de antemano. Excepto en el Caribe, claro. Celebrar allí la boda es la manera de asegurarte que tendrás la fecha libre y que además, tanto si te casas a finales de verano como en otoño la temperatura y el ambiente serán los mismos. En ambos casos gozaréis de las grandes ventajas de casarse en el Caribe en una boda en la playa espectacular..

Boda y luna de miel en el mismo destino. El concepto weddmoon (wedding + honeymoon) pisa fuerte. Las llamadas destination wedding, trasladadas al paraíso dominicano, significan poder celebrar la ceremonia de boda en un entorno único y alargar la estancia sin viajar más lejos: antes, durante, y después de la boda vivirás con los pies en el Caribe.

El ‘altar’ perfecto. ¿A cuántas parejas conoces que se hayan casado en una de las playas más espectaculares del planeta? La lista no es larga, pero vosotros podéis encabezarla: Playa Bávaro, en República Dominicana, es una de las 10 mejores del mundo por sus dos kilómetros de arena fina, sus palmeras infinitas y su agua turquesa cristalina. Si te has cruzado medio mundo en busca de una experiencia memorable, no dejes ningún cabo suelto. Cásate en el Barceló Bávaro Grand Resort y duerme tranquilo la víspera de la boda. El hotel cuenta con un servicio especial de wedding planner que se hará cargo de todo: flores, comida y música al gusto de los novios… y servicios especiales como el salón de belleza con bride room para mimaros al máximo en una fecha tan señalada.

Que todas las noches sean noches de boda… El primer mandamiento de una boda es cuidar cada detalle. Por eso, si el enlace cuenta con un entorno paradisiaco como telón de fondo, la noche de bodas no debería ser menos: ¿qué te parece una infinity pool desde la que el Caribe no termina ubicada en una suite de casi 1.000 metros cuadrados? Este es sólo un ‘pequeño’ detalle que tendrás si te casas en el Barceló Bávaro Grand Resort.

¿Queréis o no queréis?