Memorial Day: 4 escapadas desde NYC
Escapadas rápidas desde Nueva York para viajar durante el Memorial Day
El último lunes de mayo de cada año se celebra en Estados Unidos el Memorial Day, un festivo que homenajea a los caídos en guerra. Además es uno de los puentes preferidos por los norteamericanos para salir de vacaciones unos días. Estos son algunos destinos para escapadas rápidas desde Nueva York: viajes más americanos que el Día de Acción de Gracias.
Escapadas de fin de semana en el Memorial Day
1. La Habana
Duración del vuelo: a La Habana. Directo. 3,5 horas.
Qué hacer: no hay visita a la Habana que no recorra las calles de La Habana vieja para pasear por sus calles y para ver sus históricos edificios, la catedral, el Castillo de la real fuerza, la Plaza de armas o la plaza de San Francisco. Desde allí se puede tomar la calle Obispo para continuar luego hacia el Barrio Chino, el Capitolio y el Parque Central.
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Para conocer más sobre la historia del país es necesario acercarse al el Museo de la revolución. Otra de las zonas que hay que visitar es la del Vedado con la famosa heladería Copelia. Con un poco más de tiempo, también a las playas del Este.
Qué comer: La comida cubana tiene mucha influencia de diferentes culturas, desde la española hasta la africana, pasando también por la árabe y otras gastronomías caribeñas. Las verduras y frutas tropicales están siempre presentes en sus mesas, igual que el pescado fresco y, en ocasiones especiales, la langosta. Algunas de las recetas más tradicionales son la ropa Vieja, el arroz con pollo, el ajiaco o los “moros y cristianos”.
Imprescindible: Por la tarde pasear por el malecón al atardecer.
2. Cancún
Duración del vuelo: 4 horas (directo).
Qué hacer: Si lo que se busca es, sobre todo, el vuelta y vuelta; descansar y leer algún libro mientras se saborea un batido vitaminado, no hay mejor lugar para hacerlo que en las playas tropicales de Cancún: el Royal Hideaway Playacar lo tiene todo para conseguirlo.
Qué comer: la comida de Quintana Roo es sabrosa y variada. La cochinita pibil es su plato estrella, aunque también hay que probar los tacos de camarón, unos chilaquiles, los pescados a la brasa o las sopas de marisco, siempre bien acompañados de una michelada bien fresquita o de un cóctel.
Imprescindible: darse un baño en un cenote (con las gafas de esnorquel).
3. Aruba
Duración del vuelo: Oranjestad. 4,20 h (directo).
Qué hacer: Con apenas 32 kilómetros de longitud y 10 de ancho explorar a fondo Aruba es relativamente sencillo. Aparte de nadar o hacer deportes acuáticos en sus cristalinas playas (Eagle Beach, Palm Beach, Baby Beach, Hadicurari Beach…), siempre en las listas de las mejores del mundo, el principal atractivo de Aruba es recorrer la isla en un 4x4.
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El Parque Nacional Arikok es un desértico paisaje donde se puede hacer caminatas por sus senderos bien señalizados para conocer su flora y su fauna, sobre todo aves e iguanas. En su interior están también los pictogramas de los antiguos indios Arawak.
En Hudishibana, cerca del extremo noroeste de la isla, se encuentran las grandes dunas de arena, junto al faro California, bautizado así en honor al barco del mismo nombre, naufragado frente a la costas, desde el que se obtienen fantásticas vistas. Otra de las cosas que caracteriza Aruba son las formaciones rocosas de Ayo, enormes monolitos cuyo origen en la isla aún no se ha podido explicar.
Qué comer: si algo marca la gastronomía de Aruba eso es el legado que han dejado en sus platos los distintos pobladores de la isla: holandeses, españoles, africana, orientales… Tiene su reflejo en platos como a sopa holandesa de arvejas, el bami goreng (tallarines fritos), el nasi goreng (arroz frito con diferentes ingredientes), los pastechi (pasteles frito con distintos rellenos) o los Johnny cakes (tortas de maíz).
Imprescindible: Dejar un rato para visitar Oranjestad, la peculiar capital del la isla, y hacer las pertinentes compras de recuerdos.
4. New Orleans
Duración del vuelo: 3,10 h (directo de Nueva York; una hora desde Miami).
Qué hacer: En la capital mundial del jazz, y principal puerto del Mississipi, hay que empezar por visitar el French Quarter (o Vieux Carré), el barrio histórico, que concentra las influencias europeas y americanas en sus casas de colores y barandillas de hierro, la clásica postal de la ciudad. Por otro lado está el Garden District, de mansiones sureñas y el “Warehouse District“, el centro cultural y artístico de la ciudad. Pero lo más interesante para adentrarse de lleno en la ciudad es informarse de la programación musical y de festivales y disfrutar de ella en clave local.
Qué comer: la comida cajún es una verdadera maravilla. El gumbo, uno de sus platos más representativos, una sopa de arroz que puede llevar gambas, pollo, marisco o carne. Otros ejemplos son los po-boys y las muffulettas, bocadillos muy típicos de la ciudad; los crawfish étouffé, un estofado de cangrejo de río o los beignets, una especie de buñuelos con azúcar glas que se toman con café con leche.
Imprescindible: No hay que perderse plantaciones de algodón o de caña de azúcar a orillas del río Mississippi en Nueva Orleáns y en el cercano Baton Rouge.