Los mejores musicales de Barcelona en 2023, ¿a cuál te apuntas?

No, no hemos sido nosotros los que hemos descubierto los musicales a pesar de que son, casi siempre con acierto, los reyes de los teatros y las grandes avenidas de las grandes ciudades. De hecho, ni siquiera nacieron en el siglo anterior de la mano de Gene Kelly o Debbie Reynolds y su Singin’ in the Rain, sino en el XIX. The Black Crook, estrenado en septiembre de 1866 en Nueva York (no podía ser en otro lugar) nació de la unión de una compañía de baile europea que buscaba sin suerte un teatro en el que poder actuar y una de teatro que sí tenía donde hacerlo pero necesitaba compartir gastos porque el presupuesto de la obra que tenían entre manos se había disparado.

Aquel primer experimento no debió salir del todo mal a pesar de que todos los participantes de la obra no hablaban el mismo idioma, pero la mezcolanza de géneros, culturas y gentes de diferentes partes del mundo fue clave para desarrollar este nuevo género que se asentaría primero en Broadway y se iría expandiendo poco a poco por todo el mundo. En Europa, la primera ciudad en la que se cantó y bailó a la vez sobre un escenario fue Londres.

En España explosionó con dos obras. Primero llegaría la producción del clásico de Disney La bella y la bestia en 1999. La obra, tras más de dos años en cartel,  fue vista por un millón de espectadores. Tras bajar el telón en marzo de 2002, en septiembre tomó el relevo la historia de un fantasma que recorría los sótanos de un teatro de París: El fantasma de la Ópera, de Andrew Lloyd Webber. Según las informaciones que se publicaron por entonces, en la preventa se despacharon 20.000 entradas.

El musical (y Stage Entertainment, la empresa productora de gran parte de este tipo de obras en España) había llegado para quedarse, y a estos éxitos le seguirían Cats, Los Miserables, Mamma Mia… y por supuesto, El Rey León, el musical que más años lleva en cartelera en Madrid tras representarse por primera vez en la capital el 21 de octubre de 2011 en el Teatro Lope de Vega. Hoy, todavía sigue llenando su patio de butacas.

Seis son los niños que desde hace un par de semanas –aunque los ensayos comenzaron hace más de año y medio- se meten en el papel de Billy Elliot, el niño que quiere ser bailarín en un mundo en el que los hombres bajan a la mina (como su padre y su hermano) y dan clases de boxeo. Diferente al resto de chavales de su edad, su persistencia le lleva lejos, tanto que es imposible no meterse en esta historia basada en la película que lleva el mismo nombre, estrenada hace ya 17 años. Si Barcelona no es el destino que más cerca te pilla, puedes verla también en Madrid, en el Teatro Alcalá, o en el Centro Cultural II en Ciudad de México.

¿Quién no vio en los 90 un capítulo tras otro de La Familia Addams? ¿Quién no se ha disfrazo en Halloween imitándoles? Morticia, Gómez, Miércoles, Pugsley, la abuela, Cosa y los ancestros han dado el salto a las tablas en una obra que muy a su pesar es una comedia sobre el paso del tiempo, pues los niños, por fin, se han hecho mayores.

Estrenada en  Chicago en 2009, y tras haber pasado por Broadway, este otoño llega a Madrid, en concreto al  Teatro Calderón. ¿Sabías que Charles Addams, el creador de la historia, era tan extravagante como sus personajes? Dormía dentro de un ataúd, añadía ojos artificiales a sus martinis y tenía una guillotina en su casa…

La película que protagonizaron Whitney Houston y Kevin Costner también en los 90 y que enamoró a más de una generación también ha sido carne de musical en Barcelona. La historia, que cuenta la relación de la reina del pop Rachel Marron y su guardaespaldas Frank Farmer después de que la diva reciba amenazas de un desconocido, está protagonizada por Fela Domínguez y los actores Maxi Iglesias e Iván Sánchez, quienes comparten el papel protagonista sobre las tablas del Teatro Coliseum de la Gran Vía madrileña.

La banda sonora (I´m every woman, I wanna dance with somebody o I will always love you), las proyecciones digitales y el glamour y la pasión de sus personajes harán que te metas de lleno en la historia que tantas veces has visto en la pequeña pantalla.

Tras llenar en Madrid, Cabaret, uno de los grandes clásicos del teatro, estrenado en el Broadhurst Theatre de Broadway el 20 de noviembre de 1966, recala como uno de los mejores musicales de Barcelona en el Teatre Victòria.

Entre plumas, terciopelos y pelucas flapper, el maestro de ceremonias (quizás el personaje más encantador de la obra) narra una historia que transcurre a finales de los años 30 en un Berlín frío y decadente azotado por la crisis del 29. Allí está el Kit Kat Club, el club nocturno que abre sus puertas noche tras noche para entretener a un público deseoso de olvidar por un rato la tragedia que tienen sobre sus espaldas.

Aventuras y Circo del Sol van siempre de la mano, por lo que la historia de Joyà, el primer espectáculo permanente de la compañía de teatro en Riviera Maya (México), no podía ser menos. La obra, que mezcla música y acrobacias, cuenta la odisea de una adolescente que es catapultada al corazón de una jungla misteriosa que se encuentra dentro del universo de su abuelo, un hombre extravagante amante de la naturaleza, quien busca sin cesar el sentido de la vida.

Si algo tiene Joyà que no tienen otros espectáculos, además del teatro en el que se representa la obra, es que entre “¡oooh!” y “¡oooh!” podrás disfrutar de la gastronomía típica de México.

Si en otoño tienes la suerte de estar de vacaciones en Cancún no puedes perderte otro de los clásicos de los musicales de Broadway: Rock of Ages, una historia de amor entre una chica de pueblo y un chico de ciudad con una banda sonora repleta de canciones de Bon Jovi, Def Leppard, Joan Jett o Poison…