Estaciones de tren en Europa: belleza y encanto

Es, sin duda, una de las estaciones más conocidas, no solo de París, sino también uno de los imprescindibles lugares para visitar en Europa. La Gare du Nord está ubicada en un edificio catalogado como Monumento Histórico, creado por el arquitecto Jacques Hittorff, y cuenta con 23 estatuas que representan los destinos que cubría, tanto nacionales como internacionales. Sus impresionantes columnas fueron fabricadas en Escocia ya que era el único lugar en el que existía un forja capaz de hacerlas tan gruesas.

La estación de Atocha es uno de los centros neurálgicos de Madrid y la que mueve más pasajeros de España. Inspirada en las estaciones de tren parisinas, fue inaugurada como Estación de Mediodía. De aquella vieja estación, ahora reformada, queda su estética que recuerda a un invernadero. No en vano, en su interior, donde antes había vías y andenes ahora se encuentra un jardín tropical con más de 7.000 plantas y varios estanques.

El nombre de esta estación de tren de una de las más bellas ciudades de Portugal es el de la iglesia que estaba ubicada en su situación, la de São Bento de Ave María. Y siguiendo con el apego a la tradición portuguesa, la estación está decorada con más de 20.000 azulejos azul y blanco que recrean algunos de los episodios nacionales más relevantes de la ciudad.

Situada cerca de la frontera con Francia, en Huesca, fue inaugurado por el entonces rey de España Alfonso XIII y el entonces presidente de la República Francesa Gaston Doumergue. Hoy parte de sus instalaciones están vacías pero aun así es una de las estaciones de tren más bonitas de Europa, especialmente por su imponente entorno, en los Pirineos. Un paseo por la zona es uno de los mejores lugares para visitar en Europa si te apasionan los paisajes montañosos.

Esta estación londinense es el lugar desde el que parte el expreso a Hogwarts -la escuela de magia de Harry Potter- y la estación ha querido rendir homenaje a esta condición. En el supuesto andén 9 y ¾ existe un carrito de equipaje que atraviesa la pared bajo el rótulo correspondiente, así que si eres un fanático de la saga, este es uno de los lugares para visitar en Europa si quieres buscas seguir los pasos del mago. Siguiendo un poco más el rigor histórico, según una leyenda, aquí  sucedió la batalla final de la reina Boudica contra los romanos y, en algún punto indeterminado de la estación, descansa el cuerpo de la soberana.

Esta estación fue diseñada por el mismo arquitecto que se encargó de la estación de Príncipe Pío, en Madrid, el valenciano Demetrio Ribes. Muy apegado a su época, Ribes usó el modernismo para llenar la fachada de la estación del Norte de Valencia de símbolos relativos a la ciudad, y el interior, de cristal y una gran marquesina de hierro forjado. Perfecta para inaugurar el siglo XX.

Que Estambul es una de las ciudades imprescindibles en los mejores viajes por Europa es conocido por todo buen viajero. Lo que no todos saben es que también hay que visitar el imponente edificio que ocupa la estación de Haydarpasa, que unía la ciudad con Oriente. Desde Bagdad a Damasco, pasando por Teherán o Amán. Aunque sus vías no cruzaban el Bósforo, existía un transbordador que llevaba los vagones desde Haydarpasa, en la parte asiática de Estambul, a Sirkeci, la estación situada en la parte europea.

El art nouveau es una constante en Praga así que su principal estación no iba a ser menos. Levantada sobre la antigua estación de la ciudad, Praha hlavní nádraží fue diseñada por el arquitecto checo Josef Fanta y tuvo varios nombres. Uno de los más curiosos es el de Estación Wilson, en honor al presidente estadounidense Woodrow Wilson.

La estación central de Ámsterdam es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, no en vano, fue diseñado por la misma mano que el Rijksmuseum, uno de los museos más importantes de Ámsterdam. Si es impresionante a simple vista, al mirarla piensa en que fue construida sobre tres islas artificiales y más de 8.000 pilares de madera.