Aventura en el Teide

Lo primero es conocer algunas buenas prácticas para no llevarte sorpresas en el viaje. Recuerda que el Teide es un Parque Nacional protegido, por lo que hay que seguir algunas normas y, como tal, es un entorno salvaje. Así que, aunque esté bien controlado, hay que ir preparados. Anota estas recomendaciones básicas:

●       Planifica con antelación si quieres subir al pico: reserva el permiso o el teleférico con días (incluso semanas) de margen.

●       Elige alguna ruta de senderismo, aunque sea corta, para vivir el parque desde dentro.

●       Lleva ropa de abrigo aunque sea agosto (el viento puede llegar a ser muy molesto).

●       No subestimes la altitud: hidrátate, come bien y no tengas prisa, camina a tu ritmo.

●       Protégete del sol: la radiación UV es muy alta en el Teide. Gafas, gorra y protector solar son esenciales.

Y ahora sí, vamos a lo bueno.

Tanto si buscas aventura o una experiencia más cómoda, aquí tienes seis planes imprescindibles para aprovechar plenamente tu visita al Teide. 

Si quieres vivir una experiencia que te haga sentir como si estuvieras tocando las nubes, tienes que probar el teleférico. Desde la base de la montaña te lleva, en menos de 10 minutos, hasta la estación de La Rambleta, a 3 555 metros sobre el nivel del mar. Créenos si te decimos que es una experiencia que no puedes perderte, porque las vistas son de otro planeta. Si el clima te lo permite, podrás ver toda la isla de Tenerife y, con un poco de suerte, incluso la vecina isla de La Gomera.

Desde aquí tiene varias rutas señalizadas como el Sendero de la Fortaleza o el Mirador de Pico Viejo desde el que se ve uno de los cráteres más grandes de Canarias, un paisaje que parece sacado de Star Wars. También podrás subir hasta la cima del Teide, son unos 40 minutos de caminata, pero recuerda comprobar los accesos antes: solo 200 personas al día consiguen el permiso.

Si lo tuyo es caminar, hay varias rutas para subir al Teide andando. La más popular es la que parte desde la Montaña Blanca. Son unas 6 horas de subida y sí, se sufre un poco, pero las vistas y la sensación de logro no tienen precio. Aquí una buena opción es contratar una excursión guiada, para que no tengas que preocuparte de los detalles logísticos y tener toda la seguridad de ser acompañado por un profesional experto.

Si lo que más te gusta es ir por carretera, también puedes organizar una ruta en coche por el parque, tendrás una perspectiva completamente distinta y la verdad es que las carreteras son muy escénicas. Aquí te dejamos algunos miradores imprescindibles para hacer algunas paradas durante el recorrido:

●       Mirador Llano de Ucanca: una de las vistas más icónicas del Teide. Si vas en primavera, es posible que la llanura se inunde y se forme una laguna temporal que refleja el Teide como un espejo natural.

●       Boca Tauce: desde aquí puedes contemplar las “narices del Teide” y antiguos ríos de lava que bajan por la ladera del Pico Viejo. Desde este punto inicia el “Sendero 40”, un paseo de dificultad baja entre las coladas de lava que puedes hacer en una hora y media. Ideal para estirar las piernas y sumergirte en el paisaje volcánico.

●       Mirador de Chipeque: situado en una zona más elevada y boscosa, este mirador regala una panorámica impresionante del Teide y del Valle de la Orotava. Si llegas en el momento justo verás un mar de nubes rodeando el volcán, como en un sueño.

●       Minas de San José: un paisaje marciano con dunas de arena volcánica y rocas gigantescas, que van cambiando del color ocre al rojo al variar la luz día.

La noche en el Teide te ofrece un espectáculo que quedará en tu recuerdo para siempre, de hecho, este volcán es uno de los mejores lugares del mundo para disfrutar de las estrellas. Entre los muchos tours nocturnos que se ofrecen, tendrás la oportunidad de descubrir constelaciones y planetas con la guía de expertos. Así, podrás pasar un tiempo de desconexión rodeado del silencio de las montañas, bajo un cielo despejado y con la posibilidad de admirar el universo desde un telescopio; o aprovechar de que no hay contaminación lumínica para capturar en fotografía el cielo nocturno de forma nítida y espectacular.

Después de tanta caminata (o tanta foto), toca reponer fuerzas. No esperes un restaurante Michelin en la cima, pero sí puedes encontrar sitios donde probar algo auténtico. En la zona del teleférico hay una cafetería sencilla, ideal para un bocata rápido, pero con unas vistas increíbles.

Si quieres algo más sabroso, baja un poco y ve hacia los pueblos Vilaflor o La Orotava, por el camino encontrarás diferentes restaurantes con propuestas de gastronomía local. Prueba unas patatas arrugadas con mojo, un gofio escaldado o un conejo en salmorejo si quieres probar algo típico. ¿Qué decir del vino tinto de la zona? Las viñas crecen en suelo volcánico, sumando matices aromáticos únicos a tu copa.

Si eres de los que disfruta profundizando sobre los lugares que visita, no te puedes perder el Centro de Visitantes del Portillo. Aquí podrás conocer más sobre la historia geológica del volcán, su fauna, flora y el papel que ha jugado a lo largo de la historia. Hay maquetas, vídeos, mapas y paneles informativos muy bien montados.

Además, tiene un jardín botánico exterior con flora nativa del parque, donde puedes ver muchas de las plantas que normalmente pasan desapercibidas entre tanta roca volcánica. Te sorprenderá la flora endémica de la zona, como la violeta del Teide o la retama del Teide que sobreviven en condiciones extremas.

En conclusión, si estás planeando una escapada a Tenerife, no olvides incluir el Parque Nacional del Teide en tu ruta.  Ahora que sabes qué puedes hacer en tu visita al Teide, prepara tu viaje con la mente abierta para dejarte atrapar por la inmensidad y la energía del volcán: sube, respira y contempla la belleza a tu alrededor.