Yoga en el Caribe

Cada año, unas u otras prácticas se ponen de moda. Y da igual si hablamos de gastronomía, cultura o deportes, porque si hay algo que irremediablemente  se repite en todas estas disciplinas es la tendencia slow y el culto al cuerpo y a la mente mediante una vida sana y sin edulcorar (salvo por Instagram y la búsqueda de likes).Tras la proliferación de gente en mallas y con esterillas enrolladas cargadas en la espalda por las calles y metros de la ciudad, uno podía llegar a pensar que la práctica de asanas era una moda como lo fue  el batido verde, el kale o las ensaladas de quinoa. Pero ya han pasado demasiados meses, e incluso años, como para cerciorarnos de que el yoga no es un pasatiempo hípster ni facilón, sino un modo de vida que gana adeptos y que requiere un esfuerzo importante. Por algo será.Los beneficios del yoga son muchos. Físicos y mentales. Para empezar por lo más obvio o lo que se ve, cada postura o asana ayuda a tonificar y estimular los músculos y nervios del cuerpo (muchos de los cuales desconocías); aumenta la flexibilidad de las articulaciones desde el primer momento; previene lesiones; borra de un plumazo la tensión acumulada en el cuerpo  y ayuda a corregir nuestra postura y respiración. Lo que no se ve, pero se intuye, es el efecto que tiene sobre la mente, pues a no ser que el relax y la calma te pongan nervioso, el yoga ayuda a canalizar la energía, a relajarte por dentro y por fuera y a rebajar el nivel de estrés.

No todos los sitios son adecuados para hacer yoga. Teniendo en cuenta que el objetivo de la práctica es alcanzar el bienestar físico y mental, el espacio debería favorecer el relax y la calma y evitar cualquier obstáculo que pueda entorpecer la práctica y la concentración. Imagina este escenario: el horizonte como punto de referencia en el que fijar la vista y tú, sobre una arena fina y blanca al amanecer, cuando los turistas duermen y las toallas siguen colgadas. O al atardecer, cuando cae el sol y los huéspedes de los hoteles se retiran para preparase para la cena. Suponte que estás en la Riviera Maya y esta particular aula de yoga no es otra que Playa del Carmen, una de las mejores de México.Hacer el saludo al sol –una de las asanas más beneficiosas formada  por  12 posturas de yoga básicas- mirando hacia Caribe, y frente a la isla de Cozumel, o incluso dentro del mar (el agua templada de la playa es perfecta, y además, tiene un efecto terapéutico) es además de una experiencia gratificante, única, pues tanto si practicas el yoga por la mañana y en ayunas, como por la tarde, antes de retirarte al hotel, disfrutarás de un lugar que no necesita filtros, pues cada atardecer es diferente y es posible observar cientos de tonalidades diferentes de un mismo color: el rosa.Dosis extra de wellness

En Playa del Carmen, el hotel boutique Royal Hideaway Playacar, ha diseñado un plan de belleza y bienestar que complementará tus sesiones de yoga y nutrirá tu piel y hasta tu mente alcanzando el estado Nirvana.¿Cómo? El tratamiento de belleza comienza con una exfoliación de la piel con rosas con una crema 100% ecológica. El ritual continúa con un masaje realizado con un aceite reparador que proporciona elasticidad a la piel, con el toque final de un velo protector que aporta a la dermis un acabado luminoso.