La Travesía Sagrada Maya: viaje al corazón de una tradición ancestral

A través de esta celebración, el visitante se convierte en testigo de un puente entre épocas. La Travesía Sagrada Maya es a la vez un acto de fe, un homenaje a la tradición maya y un recordatorio de la íntima relación que esta cultura mantenía con la naturaleza y el mar. Xcaret, uno de los parques más emblemáticos de la Riviera Maya, ha rescatado esta celebración y la ha transformado en una experiencia que combina historia, espiritualidad y turismo cultural. Sigue leyendo si quieres saberlo o estás pensando experimentar esta cita tan especial en primera persona.

La travesía sagrada maya es la recreación de un viaje marítimo que realizaban los antiguos pobladores mayas desde el puerto de Polé -actualmente Playa del Carmen- hasta la isla de Cozumel. Allí se encontraba uno de los centros ceremoniales más importantes dedicados a la diosa Ixchel. Los comerciantes y peregrinos mayas se embarcaban en canoas de madera, atravesando las aguas turquesas del Caribe para llevar ofrendas y pedir prosperidad, fertilidad o buena cosecha.

Hoy en día, la ceremonia revive con todo el esplendor que pudo tener hace siglos. Decenas de remeros, ataviados con vestimentas tradicionales, se preparan durante meses para enfrentar las corrientes marinas. La travesía se inicia con una ceremonia de fuego y danzas rituales en la playa, donde chamanes y músicos recrean los cantos y plegarias de la época. Una vez en Cozumel, los peregrinos rinden tributo a Ixchel en un entorno natural que evoca la espiritualidad original del ritual.

El evento se celebra cada año a finales de mayo, coincidiendo con el inicio de la temporada de lluvias en la región. Esta fecha no es casual, y es que en la cosmovisión maya, los ciclos de la naturaleza determinaban el calendario de fiestas y ceremonias. La elección de este momento del año responde al simbolismo del agua como fuente de fertilidad y renovación.

Durante tres días, Playa del Carmen y Cozumel se convierten en escenarios vivos de la historia. El visitante puede participar en mercados artesanales, talleres de música y danza, rituales de ofrenda y degustaciones gastronómicas inspiradas en recetas prehispánicas. Todo ello enmarcado por la salida y llegada de las canoas, que constituyen el punto culminante de la celebración.

La travesía sagrada maya encierra un profundo simbolismo. Por un lado, representa la conexión entre el ser humano y el mar, una fuente de vida que al mismo tiempo exige respeto y sacrificio. Por otro, es una metáfora del tránsito: el paso del mundo terrenal al espiritual, de la oscuridad a la luz, de la incertidumbre a la esperanza.

Ixchel, la diosa a la que se dirige la peregrinación, era considerada protectora de las mujeres, los pescadores y los agricultores. Rendirle culto en Cozumel significaba buscar el equilibrio entre la comunidad y la naturaleza. Este aspecto cobra especial relevancia hoy, en un contexto en el que la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente se han convertido en prioridades globales.

El parque Xcaret ha jugado un papel fundamental en la recuperación de esta tradición. Desde 2007, organiza la Travesía Sagrada Maya con el objetivo de preservar y difundir el patrimonio cultural de la región. Para lograrlo, trabaja junto a comunidades locales, investigadores, artesanos y descendientes de la cultura maya.

Aquí, los visitantes pueden recorrer los escenarios que representan antiguos mercados mayas, asistir a ceremonias de purificación, aprender sobre las técnicas de navegación y escuchar relatos transmitidos por los propios participantes. Una de las cosas más destacables es la preparación de los remeros. Durante meses, hombres y mujeres se entrenan en el mar Caribe, siguiendo técnicas ancestrales de remo y navegación. Esta práctica no solo refuerza la autenticidad de la representación, sino que también crea un vínculo entre los participantes y sus antepasados. La disciplina, el esfuerzo físico y la espiritualidad compartida son parte esencial de la experiencia.

EPara acompañar la emoción de esta tradición maya, nada mejor que hospedarse en un lugar que prolongue esa conexión con la naturaleza y la cultura. El Occidental at Xcaret Destination ofrece ese equilibrio perfecto: un resort inmerso en la selva caribeña, a un paso del mar y con acceso directo al parque Xcaret. Aquí, cada estancia se convierte en una experiencia completa, donde el confort del Todo Incluido -ya sabemos cuánto nos gusta la pulserita cuando estamos de vacaciones- convive con el privilegio de estar junto al escenario de una de las tradiciones más fascinantes del mundo maya.