Minimoon, la última tendencia para tu luna de miel

El concepto de minimoon acaba de aterrizar en el universo “bodas” y aún hay cierta confusión respecto a las características para que las lunas de miel al uso sean consideradas una minimoon. Para empezar, la duración del viaje va de dos a cinco días justo después de la boda, bien para regalarse una escapada sin reparar en gastos, para calmar el “gusanillo” de tener que esperar semanas o incluso meses a la gran luna de miel o para huir de la pereza de tener que organizar un mega viaje cuando lleváis meses planeando la ansiada boda.

Como único requisito imprescindible para considerarse una luna de miel express en condiciones: mimarse mucho. Lo bueno de estas escapadas es que, al reducir en días y elegir destinos próximos, no hay grandes costes de vuelo ni exigencias de estirar el presupuesto para medio mes o más de vacaciones. Por eso no escatiméis en masajes, excursiones, detalles románticos en una habitación especial, cenas de alto standing y, en definitiva, todos aquellos caprichos que se os antojen guiados por el romanticismo de estos primeros días de recién casados.

Elegir donde pasar esos breves días de viaje cobra especial importancia cuando planeas una luna de miel express. Como todos los detalles de boda, depende de la pareja, el presupuesto o las ganas de organizar unas vacaciones elaboradas o una escapada en la que simplemente cambiar de entorno. Te recomendamos que, dado lo especial de la fecha, elijáis un destino para vuestra minimoon al que normalmente no iríais teniendo unos cuantos días libres y que no esté demasiado lejos. Hay que aprovechar y disfrutar cada segundo. Aquí te traemos algunos de los mejores viajes de novios, para los que ni el tiempo ni la distancia suponen un problema. Tomad nota.

La ciudad más grande de Turquía, puente entre Oriente y Occidente, es también la más poblada de Europa. Pero lo cierto es que su dinamismo tiene algo que atrapa porque, pese al bullicio, atesora mil y un rincones sorprendentes, románticos y de increíble paz. Las medinas se levantan majestuosas entre callejuelas, los bazares traen colores, olor a especias y mil artículos originales que llevar de vuelta a casa. Consejo: no carguéis demasiado la maleta y preparaos para disfrutar de un contraste cultural lleno de encanto.

Entre mosaicos, frescos bizantinos, monumentos árabes y mezquitas, el recorrido por la historia de la antigua Constantinopla os regalará al final del día el atardecer sobre el Bósforo y los cuidados termales y de relax de un hotel de lujo como el Occidental Pera Istanbul, pensado para compensar las horas de turismo activo con cuidados, descanso y una oferta de restauración Premium.

Por breve que sea vuestra luna de miel, hay unos imprescindibles que no podéis perderos: Santa Sofía, el símbolo de Estambul y una iglesia convertida en museo de arte único; la Mezquita azul, una de las más bonitas del mundo y rodeada de un aura de encanto; el barrio de Sultanahmet donde residen los monumentos de interés turístico; el impresionante Palacio Topkapi –con el Parque Gülhane a sus pies- y la plaza Taksim (muy próxima al hotel Occidental Pera Istanbul y puerta de la zona moderna y de ocio de la ciudad). Para poner el broche a la minimoon: contemplar Estambul desde la Torre Gálata. Más romántico imposible.

Otro destino de contrastes y ambiente oriental, tan sugerente como cautivador, perfecto para enamorados. Los colores vivos, la brillante luz del continente africano y su gente hospitalaria y amable os recibirán con los brazos abiertos. Conserva algunos de los paisajes más fascinantes del planeta, desde las cumbres nevadas del Atlas hasta el árido desierto del Sáhara, y una cultura que podría nutrir de planes vuestra agenda durante meses. Pero lo bueno es que en pocos días pueden conocerse en profundidad muchas de sus ciudades:

Marrakech es la más turística del país y un escaparate de la tradición y el nuevo Marruecos. De entre los rincones que más os seducirán, la plaza Djemaa el Fna, con su incesante actividad tanto de día como de noche, la Mezquita de Koutoubia o un paseo por los zocos. Por su parte, la cercana Casablanca es la ciudad más grande y una de las más atractivas en cuanto a monumentos.

Los must de la ciudad que inspiró el filme de Casablanca son la Mezquita de Hassan II -la segunda más grande del mundo tras la Meca con capacidad para 30.000 personas y un patio para 90.000-, el paseo marítimo Corniche, la vieja Medina, parques y plazas como la de Mohammed V y la catedral del Sacré-Coeur. Después de la ruta de visitas, si os apetece ir a comprar ropa o desconectar un poco de tanto turismo, nada como el centro comercial Anfa Palace y sus 3 plantas con más de 80 tiendas. Está ubicado en la misma Corniche y muy cerca del espectacular hotel Barceló Casablanca, con vistas a la Mezquita y muy cerca del Mercado. El anfitrión ideal para estar a un paso de todas las cosas que Casablanca tiene para ofreceros para las mejores lunas de miel.

Es pronunciar el nombre de este país de tradición milenaria y la imaginación vuela. Por eso, como para vuestra luna de miel express el objetivo está en cumplir sueños y disfrutar al máximo en el proceso, Egipto os brindará esa dosis de exotismo, lujo experiencial y planes auténticos que andáis buscando. Cuna de una cultura enigmática, cada día aprenderéis algo nuevo y fascinante mientras vivís momentos únicos como la ruta a camello por el desierto, la visita guiada a las pirámides de Guiza o un crucero por el Nilo hasta Luxor o Asuán.

El punto de partida indiscutible es El Cairo, por su historia pero también por todos los lugares de interés que atesora: pirámides, museos e iglesias genuinas, que pueden acompañarse con paseos en barco por el Nilo o el Lago Nasser, cerca de Asuán. Desde el hotel Barceló Cairo Pyramids las pirámides de Keops, Kefren y Micerinos quedan al alcance de la vista, y podréis gozar de la comodidad de dejar la organización de excursiones y actividades en manos de su personal. Al regresar de la aventura, os podréis premiar con las propuestas gastronómicas de sus 3 restaurantes y 3 bares, o bien relajaros y disfrutar del atardecer con una copa desde la terraza panorámica en la 12ª planta del hotel.

Praga es una de esas ciudades que enamora, sea cual sea la época del año en que la visites. A orillas del río Moldava, la capital de la Republica Checa atesora en el corazón de Europa la estética y el espíritu romántico de la época dorada del viejo continente. Su patrimonio histórico y medieval casi intacto, un sinfín de planes y monumentos y una belleza que se hace evidente al primer vistazo, la han convertido en una de las 20 ciudades más visitadas del mundo.

Es el destino perfecto para las mejores lunas de miel, especialmente si no queréis perder mucho tiempo en desplazaros y buscáis un plan romántico y diferente al ambiente de otras modernas capitales europeas. Estos son algunos de los enclaves que no podéis perderos para sacarle el máximo partido a vuestra luna de miel:

Malá Strana o “Barrio pequeño”, a los pies del famoso Castillo de Praga y repleto de  espectaculares palacios, iglesias y plazas como el monasterio de Strahov, la iglesia de San Nicolás y el Palacio de Lichtenstein, sin olvidar el paseo por el Puente Carlos.

Staré Město es el casco histórico de la ciudad, de origen medieval, junto a la plaza del Ayuntamiento y su peculiar Reloj Astronómico. Lo más interesante de la zona es la iglesia de Týn, de estilo gótico y torres gemelas, el antiguo Ayuntamiento y las callejuelas de alrededor que albergan desde tiendas de diseño hasta cafés y locales de comida tradicional para redondear tu viaje. Recién casados, aquí tenéis un destino muy interesante.

Nové Město es la ciudad nueva aunque se remonta al siglo XIV y alberga lugares tan curiosos como la Casa Danzante (que recuerda a una pareja bailando), la Torre de la Pólvora, la calle Na Prikope y el impresionante Teatro Nacional –os recomendamos visitar su cafetería de estilo Art Decó-. En este barrio también podréis visitar la plaza de Wenceslao, escenario de la primavera de Praga y foco comercial de la ciudad muy próximo al Occidental Praha Wilson, cuya cuidada oferta gastronómica os cautivará con desde un rico desayuno buffet hasta recetas de la cocina tradicional checa. No dejéis tampoco pasar la oportunidad de probar una buena (y barata) cerveza checa y… ¡a disfrutar de las mejores lunas de miel!