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Los aromas exóticos de los mercados indígenas tradicionales se entremezclan con la cara más moderna de las principales ciudades del país y sus coloridas avenidas coloniales. Pero más allá del ajetreo de las zonas urbanas, siempre existe la posibilidad de disfrutar de una estancia de lujo y tranquilidad en los hoteles y resorts todo incluido de Ecuador, la alternativa vacacional para quienes no desaprovechan la oportunidad de conocer nuevos destinos de un modo muy exclusivo.
De viaje por la ‘ruta del sol’
Existe la creencia de que los ambientes de montaña son los principales protagonistas del paisaje natural de Ecuador. Si bien es cierto que resulta complicado competir con la magnificencia de la cordillera andina y de los parques y reservas naturales que la rodean en esta región del planeta (Sangay, Yasuní, Cuyabeno…), el entorno marítimo del país también destaca por su belleza y diversidad.
Espacios como los que rodean los hoteles todo incluido en Playa Salinas sacan a relucir la faceta marítima más hermosa del país junto a lugares como Montañita o Puerto López, paradas imprescindibles en la denominada ‘ruta del sol’. Éste es el camino que recorren anualmente miles de visitantes con la ilusión de avistar a las ballenas y a los lobos marinos, pasear por las playas de Salinas y Atacames, surfear las olas de Bahía Caráquez o poner rumbo a alguna de las numerosas islas e islotes que salpican la geografía del país.
Unas vacaciones todo incluido en Ecuador representan una oportunidad fantástica para acercarse a los encantos de esta popular ruta litoral cuya infraestructura hotelera y de servicios está preparada para satisfacer las necesidades de los viajeros más exigentes.
Entre el mar y las montañas: vacaciones todo incluido en Ecuador
Los contrastes naturales forman parte del atractivo del país y los resorts todo incluido en Ecuador han sabido aprovechar muy bien su potencial. Mirando al océano, rodeadas de volcanes y a la sombra de Los Andes, se ubican algunas de las localidades con más historia y tradición del país.
Nombres tan conocidos como Guayaquil, Cuenca, Baños y por supuesto Quito, la capital de la República, se encuentran en la lista de los destinos turísticos de interior más populares de Ecuador, mientras que en la franja litoral el relevo de este protagonismo es tomado por otras localidades tan famosas como Machala, Salinas, Manta y Esmeraldas. A pesar de sus diferencias y particularidades, todas ellas comparten ese encanto característico de los países andinos, acostumbrados a vivir inmersos en el contraste de culturas, climas, paisajes y tradiciones.
Las temperaturas primaverales de esta región del planeta han permitido el desarrollo de una actividad turística que se deja notar los 365 días del calendario. En cualquier época del año el visitante tiene la oportunidad de conocer los atractivos más destacados del país y disfrutar de unas vacaciones de ensueño. Actividades al aire libre, recorridos artísticos y culturales o degustaciones gastronómicas para saborear el bolón de verde, el morocho o el helado de paila, son sólo algunas ideas a incluir en el plan de viaje.
