El fenómeno de Chichén Itzá que solo puede verse durante el equinoccio
El equinoccio de primavera y de otoño trae cada año a la pirámide de Kukulcán en Chichén Itzá el fascinante descenso de la serpiente emplumada maya.
Cada equinoccio tiene lugar un espectáculo único en uno de los lugares más especiales del planeta. En la pirámide de Kukulcán, en las ruinas mayas de Chichén Itzá (México) se produce un juego de luces y sombras en el que parece que la serpiente emplumada de los mayas desciende sinuosa desde la cima de la pirámide. Así que, si tienes la suerte de viajar al país azteca en el equinoccio de primavera, Chichén Itzá te ofrece un espectáculo único; coge sitio y disfruta con las leyendas mayas que existen sobre el descenso de la serpiente.
Equinoccio, el momento mágico del calendario maya con el descenso de la serpiente emplumada en Chichén Itzá
Sucede durante unas horas, el 20 o 21 de marzo y el 22 o 23 de septiembre, es decir, en los equinoccios, cuando el día tiene prácticamente la misma duración que la noche en todos los lugares del mundo. Este suceso que puede apreciarse en Chichén Itzá parece no ser casual y es que se ha apuntado en muchas ocasiones que la pirámide de Kukulcán actúa como un inmenso calendario maya de 24 metros. No en vano, la escalinata que conduce al templo Kukulcán, en la parte superior de la pirámide, cuenta con 365 escalones, uno por cada día del año.
En esos momentos se produce una ilusión óptica que parece una inmensa serpiente emplumada descendiendo por la edificación. En la base de la escalinata norte se encuentran dos inmensas cabezas de serpiente que hacen, cómo no, que el efecto sea aún mayor. Partiendo de ellas y hasta la cima de la pirámide, se proyectan las sombras de las plataformas formando una sucesión de triángulos que parecen moverse a los largo del tiempo, reptando por el borde de la escalinata. Es el fenómeno del descenso de la serpiente en Chichén Itzá, una de las cosas más singulares que ver en Riviera Maya.
Leyendas mayas: historia e información de la pirámide de Chichén Itzá, México
Este curioso fenómeno de Chichén Itzá, serpiente incluida, no se descubrió hasta que la pirámide fue reconstruida y no se documentó hasta 1969. Los expertos creen que el efecto no parece ser casual –también se ha apreciado en fechas similares aunque más amplias en pirámides mayas como la de Mapayán- aunque sí apuntan a que los mayas no buscaban señalar una fecha concreta –los equinoccios- sino más bien el cambio de estación, algo fundamental para ellos ya que se trataba de una sociedad eminentemente agrícola.
Para los mayas, Kukulcán era el dios más importante. También conocido como la serpiente emplumada –aunque esta figura también se conocería con otros nombres para la cultura azteca o los olmecas- representaba la unión entre la tierra, el agua, el sol y el aire. Según los arqueólogos, tiene una nariz alargada, similar a la de un tapir, y es capaz de domar los elementos. Además, dada la importancia que los mayas daban a la naturaleza y a la agricultura, también se le considera un dios de los cultivos y se le ha representado plantando maíz, cultivo esencial para la cultura maya.
Esta no es la única leyenda maya asociada a la pirámide de Chichén Itzá. Otro de los increíbles efectos de esta edificación es que, si te sitúas frente a ella y aplaudes, el sonido reverbera en los escalones y el eco que se produce se asemeja al canto de un quetzal. Este pájaro tiene una gran importancia para los mayas ya que lo consideraban el dios del aire. No en vano, Kukulcán era conocido como la serpiente emplumada y las plumas que lucía eran precisamente las de quetzal. Con toda esta información de la pirámide de Chichén Itzá, pasamos a contarte la mejor manera de presenciar el fenómeno.
Equinoccio de Chichén Itzá: Cómo ver el descenso de la serpiente emplumada maya en la pirámide de Kukulcán
La mejor forma de ver este fenómeno es, cómo no, viajar a México y en la fecha indicada. Los expertos han explicado que es posible apreciar el descenso de la serpiente emplumada maya unos días antes y después de los equinoccios así que, si quieres ver al gran dios Kukulcán descendiendo de la pirámide en alguna de tus excursiones en Riviera Maya y hacerlo sin que haya demasiada gente, evita justo el equinoccio de otoño en Chichén Itzá -y el de primavera- y opta por días cercanos.
No olvides posicionarte de la mejor manera posible para poder contemplar este efecto óptico del equinoccio de Chichén Itzá. Se produce especialmente en la fachada en cuya base están las cabezas de serpiente que completan la ilusión pero hay que ponerse en un lateral para verlo correctamente. Además, si quieres documentar esta maravilla en tu Instagram, no olvides que para sacar fotografías tienes que tener en cuenta tomar cierta distancia o no conseguirás sacar toda la fachada de la pirámide.
Y si quieres conocer todos los secretos de la pirámide de Kukulcán de Chichén Itzá debes viajar también en los solsticios y descubrir que, también en estos momentos, se producen efectos de luz y sombra. En el solsticio de junio, al amanecer, la mitad de la pirámide aparece iluminada y la otra mitad en perfecta oscuridad, mientras que en el solsticio de diciembre es al atardecer cuando sucede y la parte en sombra ahora tiene luz y viceversa.