Día de San Patricio: origen, fechas y cómo se celebra en el mundo

El Día de San Patricio se celebra cada año el 17 de marzo, fecha que conmemora la muerte de San Patricio en el siglo V. Aunque originalmente era una festividad litúrgica, el calendario moderno la ha convertido en un día para homenajear la cultura irlandesa en todas sus formas: desde su gastronomía y su folclore hasta sus símbolos más universales, como los tréboles, los duendes o la música tradicional.

El significado del Día de San Patricio está ligado a la figura de un hombre cuya historia roza la leyenda. Según la tradición, San Patricio fue un misionero que regresó a Irlanda -donde había vivido como esclavo en su adolescencia- para difundir el cristianismo. Se le atribuye el uso del trébol de tres hojas para explicar la Santísima Trinidad, un símbolo que siglos después sigue siendo protagonista del Saint Patrick's Day.

Más allá de lo religioso, este día también es un homenaje al espíritu irlandés y a la fuerte conexión de su pueblo con la música, la literatura, los paisajes verdes y una hospitalidad reconocida en todo el mundo. Celebrarlo es, de algún modo, celebrar la identidad irlandesa en todas sus formas.

El color verde es ya inseparable del Saint Patrick's Day, pero no se eligió por casualidad. El verde representa varias cosas a la vez: los paisajes de Irlanda -conocida como la “Isla Esmeralda”-, la lucha independentista irlandesa y el trébol que, según la leyenda, utilizó San Patricio para explicar conceptos religiosos.

Con el paso del tiempo el verde también se ha convertido en una especie de “código” festivo. Desde la ropa hasta las iluminaciones de edificios icónicos, pasando por la cerveza teñida especialmente para la ocasión, este color lo invade todo. Llevar verde ese día es casi un ritual colectivo, y quien no lo hace arriesga el típico pellizco amistoso, una costumbre popular en países como Estados Unidos.

Quien se pregunte "Qué se hace en San Patricio" debe saber que no hay una única respuesta, pero sí muchos puntos en común: música tradicional, desfiles multitudinarios, pubs llenos, gastronomía irlandesa y un ambiente festivo incomparable. Y eso sí, ¡mucha cerveza!

En Irlanda, las celebraciones pueden extenderse durante varios días, con conciertos de música folk, bailes tradicionales, eventos culturales y desfiles que llenan las calles de color y alegría. En ciudades como Dublín, Cork o Galway la fiesta adquiere una energía especial, combinando tradición con espectáculos contemporáneos. En otros países, el Día de San Patricio se celebra de maneras muy diversas: ríos que se tiñen de verde, fachadas iluminadas, festivales de música celta y reuniones sociales donde la cerveza --sobre todo la Guinness- es protagonista. El ambiente es relajado, festivo y perfecto para compartir entre amigos o conocer gente nueva.

Más allá de Irlanda, la fiesta también se extiende a otras grandes capitales del mundo entero. En Nueva York tiene lugar el desfile más grande del mundo: miles de gaiteros, bandas, bailarines y colectivos se despliegan por la Quinta Avenida, mientras pubs y barrios enteros se tiñen de verde. Chicago, por su parte, protagoniza una de las imágenes más espectaculares del Saint Patrick's Day: el teñido del río Chicago, que cada año sorprende a miles de visitantes antes de dar paso a conciertos y celebraciones en toda la ciudad.

En Europa, la fiesta también se vive con intensidad. Londres organiza uno de los eventos más multitudinarios fuera de Irlanda, con un desfile que finaliza en Trafalgar Square, convertida en epicentro de gastronomía, música y cultura irlandesa. París, por su parte, despliega una versión más bohemia y cosmopolita: pubs irlandeses emblemáticos, conciertos en Montmartre o Bastille, e incluso monumentos iluminados de verde hacen que la capital francesa se sume con estilo propio a la celebración global.

España tampoco se queda atrás, y cada vez más ciudades viven el Día de San Patricio con entusiasmo. En Madrid, los pubs irlandeses de barrios como Huertas, Malasaña o La Latina celebran con música en directo, bailes y eventos especiales, mientras varios edificios públicos se iluminan de verde para unirse al espíritu de la jornada. En Barcelona, la fiesta combina su energía mediterránea con el carácter festivo irlandés: desfiles locales, conciertos de música celta, cerveza artesanal y celebraciones en zonas como el Born o el Eixample. A todo esto se suman otras ciudades europeas como Roma o Praga, que también se pintan de verde para rendir homenaje a la cultura irlandesa.