Qué ver en Faro, la joya del Algarve portugués
Faro es una ciudad con alma, historia y naturaleza que invita a ser explorada sin prisa: desde su encantador casco antiguo hasta las islas salvajes de la Ría Formosa y sus municipios aledaños, te contamos por qué esta capital portuguesa merece un viaje propio
¿Conoces Faro? Es la capital del Algarve y también una de las ciudades más interesantes de Portugal para una escapada. Mucha gente la pasa por alto para dirigirse hacia localidades de playa más turísticas, pero en realidad esta pequeña ciudad tiene muchas razones para ser visitada con calma. Su casco antiguo tiene mucho encanto y es fácil de recorrer andando; lleno de historia, rincones bonitos y plazas donde sentarse a tomar algo sin prisa, o probar las delicias gastronómicas de la zona.
La ciudad no es muy grande, por lo que es posible ver lo esencial de Faro en un día. Pero si tienes algo más de tiempo, te recomendamos quedarte dos o tres días. Así podrás combinar visitas más culturales con algún ratito en la playa, disfrutar de la tranquilidad del entorno natural y hacer alguna excursión a pueblos cercanos como Olhão, Tavira o Cacela Velha. Aquí te dejamos algunas ideas de lo que ver en Faro para aprovechar al máximo tu visita.
El puerto de Faro
¿Cuándo es la mejor época para visitar Faro?
Antes que nada, conviene saber que, gracias a su clima templado y sus más de 300 días de sol al año, la verdad es que cualquier momento es bueno para ir. Pero si quieres aprovechar al máximo de sus playas y de los paseos en barco por la Ría Formosa, lo ideal es viajar entre finales de primavera y principios de otoño. Entre julio y agosto suele estar más concurrida. Ahora sí, nos disponemos a recorrer sus calles y costas para que no te quede nada por ver de este bello distrito portugués.
La mansión Belmarco en el centro de Faro
El casco antiguo: Vila-Adentro
Vila-Adentro es el nombre que recibe el casco antiguo, al que se accede a través del Arco da Vila, uno de los lugares más fotografiados de la ciudad. Una vez dentro, te esperan calles empedradas, fachadas blancas adornadas con buganvillas, pequeñas plazas tranquilas y el silencio de esas pequeñas ciudades que esconden muchas historias que contar.
El Arco da Vila
No te vayas de aquí sin visitar la Sé Catedral de Faro: construida en 1251, sufrió graves daños tras un incendio en 1596 y el terremoto de Lisboa en 1755. Su aspecto exterior más discreto contrasta con el interior, donde se conserva un valioso conjunto artístico de los siglos XVII y XVIII.
Azulejos típicos portugueses en el interior de la Catedral de Faro
El Arco do Repouso y el pasado medieval de Faro
Otro punto de acceso a Vila-Adentro es el Arco do Repouso, con una leyenda que cuenta que fue el lugar donde el rey Alfonso III descansó tras recuperar la ciudad que estaba bajo dominio andalusí, en el siglo XIII. Además del valor histórico, el lugar tiene un encanto especial por su mezcla de vegetación y piedra. Si te interesa el pasado islámico y medieval de Faro, puedes visitar el Museo Municipal, instalado en el antiguo convento de Nossa Senhora da Assunção, que alberga piezas arqueológicas y de arte sacro.
El Arco do Repouso
La Iglesia do Carmo y su capilla de los huesos
Uno de los lugares más impactantes que ver en Faro es, sin duda, la Igreja do Carmo. A primera vista, su fachada barroca del siglo XVIII puede parecer una más entre muchas iglesias portuguesas, pero, en su interior guarda un secreto. Aquí encontrarás la Capela dos Ossos, construida con los restos de más de 1000 monjes.
“Pára aqui a considerar que a este estado hás-de chegar” (Detente aquí y considera que a este estado has de llegar), es lo que reza la inscripción que da la bienvenida, así que quizás no sea lo más adecuado para gente sensible, pero si te gusta lo insólito no te lo puedes perder.
La siniestra Capela dos Ossos
Marina de Faro, epicentro del ocio
Si te alejas del centro histórico en dirección al mar, llegarás a la zona del puerto deportivo, un espacio muy agradable que combina el ambiente relajado de la costa con el bullicio de la vida local. El puerto está rodeado de bares, terrazas y restaurantes con vistas muy bonitas al océano, ideales para sentarse a tomar algo, disfrutar de un café al sol o simplemente relajarse mientras ves pasar los barcos. Desde aquí también parten los barcos que se dirigen a las islas de la Ría Formosa, un paraje natural protegido de gran belleza, perfecto para una excursión entre playas vírgenes y aguas tranquilas.
La Marina de Faro
Muy cerca se encuentra el Jardim Manuel Bívar, un cuidado espacio ajardinado con bancos a la sombra de las palmeras y una ubicación privilegiada desde la que se puede admirar parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad. Desde este jardín se observa la elegante fachada neoclásica del edificio de la Cámara Municipal, así como el histórico Teatro Lethes, uno de los más antiguos del sur de Portugal, inaugurado en 1845, que todavía hoy sigue acogiendo espectáculos y eventos culturales en un entorno cargado de historia.
Un tren turístico en el Jardim Manuel Bívar
La Ría Formosa: naturaleza en estado puro
Entre las cosas que ver en Faro esta tiene que estar en tu lista. El Parque Natural da Ría Formosa se extiende a lo largo de unos 60 kilómetros del litoral del Algarve y ocupa más de 18.000 hectáreas de canales, marismas, bancos de arena e islas. Es realmente un santuario de biodiversidad que da refugio a numerosas especies de aves migratorias y animales en peligro de extinción, como el camaleón. De hecho, este parque ha sido elegido recientemente como una de las 7 maravillas naturales de Portugal. Aquí puedes hacer rutas de senderismo, kayak o paseos en barco, además de disfrutar del aire puro y la tranquilidad. Si te apasiona la ornitología podrás ver flamencos, garzas reales y otras especies únicas en Europa.
Montañas en el Parque Natural de Ría Formosa
Desde el puerto de Faro salen excursiones en barco a las islas que forman parte del parque: Ilha Deserta es un oasis salvaje, ideal para desconectar; Ilha do Farol, que combina playas con un bonito faro y un pequeño pueblo marinero de casitas blancas y puertas coloridas; y por último, Ilha da Culatra, probablemente la más auténtica de todas, habitada todo el año por pescadores y con playas amplias y tranquilas.
Para conocer mejor el valor ecológico de esta zona, una excelente opción es hacer una visita guiada en barco ecológico por la Ría Formosa. Algunos recorridos incluyen paradas para bañarse o pasear por la Ilha Deserta y la Ilha do Farol. ¿Buscas algo más especial? También puedes optar por un paseo en catamarán al atardecer, ideal si prefieres un plan romántico y relajado. Planazo asegurado.
Ilha do Farol
Las mejores playas que ver en Faro y alrededores
Las playas más bonitas de Faro son las que te hemos mencionado anteriormente, pertenecientes al Parque da Ría Formosa, la Praia da Ilha Deserta y de Ilha do Farol. Aunque son parte de un parque natural, en ambas encontrarás restaurantes y locales en los que comprar comida y bebida.
Praia da Ilha Deserta
Pero Faro también tiene su propia playa, de 5 kilómetros de longitud. De hecho, aunque la zona suele estar concurrida porque tiene muchos bares y restaurantes, no te será difícil encontrar un poco de espacio. Y si sigues caminando hacia el sudeste, llegarás a la Praia da Barrinha (accesible también en barca), una playa virgen en el borde de la península de Ancão. Por su conformación de lengua de arena depende mucho de las mareas, por eso mejor revisar antes de ir, podría estar sumergida totalmente por las aguas. Eso sí, es un espectáculo.
Praia da Barrinha
Excursiones desde Faro
Faro también es un excelente punto de partida para explorar el resto del Algarve, ya que su ubicación permite acceder con facilidad a varios de los destinos más interesantes de la región. En menos de una hora en coche es posible llegar a Tavira, una de las ciudades más encantadoras del este portugués, conocida por su riqueza patrimonial, sus bonitas calles y sus tranquilos jardines a orillas del río Gilão. Muy cerca se encuentra Olhão, un tradicional pueblo pesquero que destaca por su animado mercado de pescado, su gastronomía basada en los sabores del mar y una singular arquitectura cubista fruto de influencias norteafricanas.
Casitas de pescadores en el centro de Olhão
Para quienes buscan una experiencia más turística y animada, Albufeira ofrece playas de postal, vida nocturna y una amplia oferta de ocio. Y si el plan es adentrarse en paisajes más salvajes, merece la pena emprender una excursión hacia el suroeste hasta llegar al imponente Cabo de São Vicente, considerado durante siglos el fin del mundo conocido, donde los acantilados se elevan sobre un Atlántico indomable que golpea con fuerza la costa.
Atardecer en el Cabo de São Vicente