Turismo local: ideas y destinos para tu viaje más auténtico
Viajar no es solo desplazarse, sino también conectar con lo esencial: lo local, lo humano, lo auténtico. Compartimos contigo una mirada al turismo local consciente a través de experiencias y hoteles con alma
Cada vez más personas buscan viajes que no solo los lleven a nuevos paisajes, sino que les conecten de manera real con lo que esos lugares significan. En un contexto en el que el turismo masivo pierde atractivo, surgen formas de viajar mucho más conscientes, que devuelven protagonismo a las historias locales, a la gastronomía de cercanía, a las tradiciones y al entorno natural. Los viajes en nuestros días han dejado de ser una excusa para escaparse unos días de la oficina y la rutina para salir a descubrir el mundo, entenderlo y sentirlo con los cinco sentidos.
Cada vez más los viajeros planea optan por destinos menos concurridos y con mayor arraigo local
Según datos de Expedia Group y Booking, más del 60% de los viajeros planea este año optar por destinos menos concurridos y con mayor arraigo local. No sorprende, por tanto, que estén ganando protagonismo propuestas turísticas que favorecen la desestacionalización, el contacto directo con las comunidades locales y la integración de experiencias culturales, naturales o gastronómicas. Este giro de tendencia está directamente vinculado al auge del turismo local y sostenible, entendido como una forma de viajar que genera beneficios reales en los territorios de acogida.
El regreso a la esencia, las ventajas de hacer turismo local
Este tipo de turismo, más humano y menos uniforme, está llevando a muchos viajeros a redescubrir el valor de lo sencillo: un paseo entre viñedos con viticultores que explican la historia del terroir, una tarde elaborando cerámica junto a artesanos locales o una ruta de senderismo donde el guía comparte no solo el camino, sino también su forma de entender la vida. Un puñado de experiencias transformadoras destinadas no solo a visitar un destino, sino a entrar en contacto con él de un modo genuino y apasionante.
Senderismo por el Parque Nacional de Ordesa y Niño Perdido, en Huesca
La gastronomía es, en este sentido, uno de los grandes motores de autenticidad. Según estudios recientes, el 70% de los viajeros globales prioriza la cocina local a la hora de elegir. Es lógico sabiendo esto que la tendencia del "kilómetro 0" esté ganando fuerza en los últimos años. Y no como una simple vía para practicar un turismo más responsable o sostenible, sino también como consecuencia de un deseo creciente entre los viajeros de saborear los destinos desde el paladar, entendiendo cómo y por qué se produce lo que se come.
Productos de cercanía: del origen al corazón del viaje
El interés por lo auténtico ha dejado de ser una moda pasajera para convertirse en una forma de viajar, de estar en el mundo y hasta un estilo de vida. Cada vez más personas buscan experiencias con sentido, que conecten de verdad con los destinos y las comunidades que los acogen. La sostenibilidad, entendida en su dimensión más amplia, ha dejado de ser un extra: ahora es una expectativa. ¿Hay algo más enriquecedor y que te haga sentir parte del proceso que saber de dónde viene aquello que consumimos, cómo se ha producido y quién está detrás? En este contexto, los productos frescos, locales y de proximidad adquieren un protagonismo cada vez mayor. No solo aportan un sabor más auténtico a la experiencia, sino que generan un impacto positivo y tangible en las comunidades locales.
Mercado tradicional en España
El turismo local, en este sentido, funciona como un motor económico y cultural que pone en valor la identidad de cada lugar. La trazabilidad, el storytelling de los productos y la visibilidad de los productores han pasado a ser factores clave en la percepción de calidad.
La compañía Barceló Hotel Group es un buen ejemplo de cómo en los últimos tiempos, las cadenas hoteleras están avanzando en su oferta gastronómica hacia un modelo más justo y más conectado con los destinos. Desde su proyecto de sostenibilidad Barceló ReGen, el grupo mallorquín lleva años sacando pecho para dar visibilidad a los proveedores locales, ya sea promoviendo experiencias gastronómicas que celebran la cultura del lugar o apostando en los fogones de sus restaurantes por productos de km 0.
Tan lejos, tan cerca: los mejores hoteles donde saborear los destinos
Viajar de manera auténtica implica dejar de lado las prisas, los paquetes estandarizados y los checks de spots turísticos. Supone elegir alojamientos que dialogan con el territorio y te permiten vivir por unos días como un local más, que ofrecen actividades e itinerarios auténticos, restaurantes que cocinan con lo que da la tierra… En definitiva, hoteles que apuestan por experiencias con alma. Muchas de estas propuestas se enmarcan dentro del auge del turismo local, consolidando una forma de viajar más humana, más consciente y más conectada con el entorno. A continuación, os proponemos varios hoteles en destinos muy top donde, por muy lejos que estemos de casa, lograremos sentirnos más cerca de las cosas que de verdad importan. ¿Mar o montaña? ¿Ciudad o playa? ¿Tierra firme o una isla en mitad del océano? ¡Tú eliges!
Una madre con su hijo en un bosque canario de laurisilva
Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel (Huesca)
Este singular hotel, ubicado en la antigua Estación Internacional de Canfranc (Huesca), ha recuperado un edificio icónico de la arquitectura ferroviaria de principios del siglo XX. Su reapertura ha devuelto la vida a un enclave histórico de los Pirineos, ofreciendo al viajero una experiencia envolvente donde el pasado cobra protagonismo: desde las suites inspiradas en los años dorados del ferrocarril hasta la integración de materiales originales restaurados.
La propuesta gastronómica de Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel, liderada por el restaurante gastronómico Canfranc Express —galardonado con una estrella Michelin—, apuesta por una cocina de cercanía que pone en valor productos del entorno y técnicas tradicionales. Todo ello convierte este hotel en un claro ejemplo de turismo con arraigo, donde historia, paisaje y gastronomía se funden para ofrecer una vivencia única y profundamente conectada con el territorio.
El hotel Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel
Barceló Conil Playa (Conil, Cádiz)
Sobre un acantilado del litoral gaditano, este hotel adults only se concibe como un proyecto respetuoso con el paisaje y el entorno natural de la costa atlántica andaluza. Su arquitectura escalonada se integra en la ladera sin alterar el perfil del terreno, y su diseño bioclimático contribuye a la eficiencia energética. Más allá de su localización privilegiada, Barceló Conil Playa destaca por su compromiso con la sostenibilidad y la identidad local.
Sus restaurantes Arrozante y Atunante rinden homenaje al producto de kilómetro cero, trabajando con productos del mar y de la tierra gaditana. El hotel cultiva su propio huerto de aromáticas, colabora con proveedores locales y propone al huésped una cocina con historia, que invita a saborear el destino sin artificios. Una opción ideal para quienes buscan una experiencia auténtica y sin intermediarios, a orillas del Atlántico.
Panorámica del hotel Barceló Conil Playa
Royal Hideaway Corales Resort (Tenerife)
Ubicado en el sur de Tenerife, el resort Royal Hideaway Corales Resort ha sido concebido como un homenaje a la tradición marinera de la isla, con una arquitectura inspirada en los corales del Atlántico. Es un referente en hospitalidad de lujo consciente, con un firme compromiso con el producto local y la sostenibilidad. La experiencia se vive desde el diseño hasta el paladar, y su oferta gastronómica es una de las más prestigiosas de Canarias.
Dos de sus restaurantes han sido reconocidos con estrella Michelin: El Rincón de Juan Carlos y San Hô. Ambos incorporan ingredientes del archipiélago con creatividad y técnica, poniendo en valor la despensa isleña y sus productores. A través de la gastronomía, el resort acerca al viajero a la cultura canaria desde una mirada contemporánea, demostrando que la alta cocina también puede ser profundamente territorial.
El hotel Royal Hideaway Corales Resort
Barceló Torre de Madrid (Madrid)
Situado en uno de los edificios más emblemáticos de la capital, este hotel convierte cada estancia en una inmersión en la vida urbana madrileña. La Torre de Madrid, construida en los años 50, es parte del imaginario arquitectónico de la ciudad, y alojarse aquí implica una conexión directa con su pulso cultural. El interiorismo combina diseño vanguardista y referencias castizas, reflejando el eclecticismo que define a la ciudad de Madrid.
Esa misma conexión se traslada a su propuesta gastronómica y sensorial: desde las flores frescas que decoran el lobby, traídas y arregladas por una florista del barrio, hasta el pan artesano que cada mañana hornea un maestro panadero madrileño. En el restaurante Somos, el producto local también cobra protagonismo en forma de encurtidos, embutidos y conservas de pequeños proveedores de la ciudad. Sin necesidad de grandes artificios, pero sí desde los estándares de un alojamiento de 5 estrellas, Barceló Torre de Madrid actúa como puerta de entrada a una experiencia urbana viva, real, donde el viajero puede sentirse parte del día a día de Madrid y no un espectador más.
Interiores del hotel Barceló Torre de Madrid
Barceló Funchal Oldtown
En pleno corazón del casco antiguo de Funchal (Madeira), este hotel de 5 estrellas ha sido restaurado a partir de un conjunto de edificios históricos, respetando su arquitectura original y poniendo en valor elementos patrimoniales como las maderas nobles y la cerámica tradicional. El resultado es una propuesta que respira historia y autenticidad en cada rincón, y que invita a descubrir la ciudad desde dentro.
Su oferta gastronómica se basa en productos frescos de la isla, con platos que reinterpretan sabores locales desde una perspectiva internacional. El huésped puede recorrer los mercados a escasos metros del hotel, probar frutas exóticas cultivadas en la zona o disfrutar de cócteles elaborados con ingredientes autóctonos. Barceló Funchal Oldtown invita a vivir Madeira sin filtros, desde su cultura, su producto y su memoria.
El rooftop del hotel Barceló Funchal Oldtown