Las montañas de la cordillera pirenaica dan cobijo a una pequeña ciudad de grandes atractivos. El corazón medieval de Huesca palpita en las calles, plazas y parques de su emblemático casco histórico, invitando al visitante a sumergirse en un viaje a través del tiempo y la leyenda. A lo largo de los siglos, celtíberos, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos han ido dejando en la ciudad su huella personal. Formando parte del carácter de la zona, los hoteles en Huesca han sabido tomar lo mejor de su esencia y adaptarse a ese espíritu heroico y majestuoso.

El legado histórico y cultural de Huesca se manifiesta en la actualidad en importantes monumentos como los claustros románicos de San Pedro el Viejo, la Catedral de estilo gótico o el antiguo Palacio de los Reyes de Aragón, que alberga la sede del Museo Provincial. La calma habitual de la ciudad se ve momentáneamente interrumpida durante el mes de agosto con la celebración de las fiestas de San Lorenzo, patrón de la ciudad: un momento perfecto para conocer la faceta más tradicional y festiva de Huesca.

Para quienes prefieren un tipo de turismo más vinculado a la naturaleza, conviene recordar que la belleza paisajística es uno de los principales atractivos de la región, por lo que durante unas vacaciones en Huesca no puede faltar alguna escapada por los alrededores de la fértil comarca de la Hoya. Las opciones más populares son las rutas de senderismo o en bicicleta que con frecuencia los propios hoteles, como el Barceló Monasterio de Boltaña, proporcionan servicios relacionados con estas actividades. También es posible practicar deportes más arriesgados como el descenso de barrancos, los recorridos en canoa o la escalada, para lo que existe una amplia oferta de empresas especializadas en el sector. 

Por las propias características de la zona, Huesca se ha convertido en uno de los destinos favoritos de aquellos viajeros que buscan un lugar en el que disfrutar de la naturaleza en un ambiente relajado. Precisamente por este motivo, los hoteles en Huesca de Barceló Hotel Group se adaptan a un perfil de huésped muy exigente en lo que a calidad de alojamiento se refiere. 

Un establecimiento hotelero de lujo en esta región de la geografía española no puede obviar la necesidad de integrarse en el entorno como un elemento más del paisaje. Este es uno de los motivos por los que en el exterior de los hoteles de los Pirineos predominan los muros de piedra, los tejados a dos aguas o los ventanales en forma de arco.

Pero si los elementos estructurales permiten crear esa perfecta conexión con el entorno, más aún lo hace la decoración escogida para este tipo de hoteles, en donde los acabados en madera de las habitaciones privadas y a los espacios públicos otorgan ese toque particular de los lugares con encanto. Un espacio idóneo para que, además de disfrutar en vacaciones, el visitante celebre sus momentos especiales (una boda, un aniversario, un cumpleaños...) o para convocar reuniones de trabajo que requieran de un toque de distinción.

Por supuesto, los aires tradicionales de este tipo de ambientes no suponen una limitación a la hora de proporcionar a los huéspedes las ventajas de un hotel moderno con todas las comodidades. Además, no faltan opciones para degustar los mejores platos de la gastronomía de la zona, para ponerse en forma o relajarse en modernas instalaciones de salud y bienestar o para disfrutar de un baño en las piscinas exteriores y al abrigo de los bellos parajes naturales de Huesca.