Asombrosa, vibrante o cosmopolita son algunos de los adjetivos de una ciudad que enamora a todo el que llega: Lisboa. Al pasear por esta encantadora ciudad, el viajero descubrirá un puzzle de pequeños rincones apartados del bullicio y centros neurálgicos con ritmo constante. Esta ciudad cuenta también con una envidiable climatología con inviernos suaves y soleados y veranos que animan a pasear.

Designada en alguna ocasión como uno de los mejores destinos para viajar, Lisboa ofrece a quien la visita una rica herencia histórica y cultural que se une a una corriente modernista más actual.

¡Hay mucho por descubrir en esta ciudad! Para comenzar, se puede pasar un día completo recorriendo los barrios de Baixa, Alfama y Belem; entre otros. Buscar lugares que sorprendan no es complicado: el Parque das Nações, la avenida Liberdade, el castillo de San Jorge o el Terreiro de Paco son solo una muestra de ellos. Aunque, sin lugar a dudas, hay dos monumentos considerados únicos en esta ciudad que son de visita obligada y que se han impuesto como los mayores protagonistas: el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Bélem. 

Pero Lisboa es más que calle, avenidas y monumentos. Su encanto puede disfrutarse también a través de fados o paseos en tranvía como el famoso número 28.