Lugares que visitar antes de morir
Una lista con esos grandes destinos que marcan un antes y un después en cualquier itinerario de viaje
¿Dónde ir las próximas vacaciones? ¿Cómo decidir entre tantas opciones sin sentirse completamente abrumado por la oferta infinita de destinos, fotos de Instagram y listas de “imperdibles” que parecen multiplicarse cada día? Bueno, respira un momento y déjate guiar: aquí tienes la lista de las listas, esos lugares que visitar antes de morir sí o sí.
Y sí, quizá esta lista no sea definitiva, porque ninguna lista de viajes lo es, pero hay algo que podemos asegurarte: todos estos destinos están cargados de algo que va más allá de hacer check en tu lista de pendientes: sitios que despiertan emociones, que te obligan a detenerte, a pensar, a sentir, dejándote una huella para siempre.
La Habana: música, historia y sabor caribeño
Empecemos por La Habana, porque pocas ciudades en el mundo tienen el magnetismo de la capital cubana. El sonido de los “almendrones” —esos coches de época que ya son un icono de la isla— rugiendo por el Malecón, el olor del ron y del tabaco, la brisa del Caribe colándose entre las calles del Vedado. Todo se mezcla en una sinfonía que se queda en la memoria y en la piel.
Aquí encontrarás una historia en cada esquina, fachadas que cuentan décadas y una hospitalidad que desarma desde el primer saludo. La ciudad se ofrece sin filtros, mezclando nostalgia con alegría de vivir, decadencia con belleza, pasado con presente. Y cuando cae la tarde y el cielo se tiñe de naranja, solo queda caminar sin rumbo, dejarse llevar por la música que sale de los balcones y comprender que el tiempo en Cuba no se mide por horas, sino que se vive a su propio ritmo.
Un "almendrón" en una calle en La Habana
El Cairo, entre pirámides legendarias y el latido del Nilo
Visitar El Cairo es como sumergirse en una película de aventura. La primera impresión puede que abrume un poco: un mar de coches, el ruido constante de bocinas, el aire caliente que huele a especias y desierto. Pero, debajo del caos, percibirás algo más profundo: estar en el corazón de la historia de la humanidad.
Las Pirámides de Giza, desafiando el tiempo, siguen ahí, imponentes, custodiadas por la Esfinge. Son el tipo de lugar que te hace entender lo pequeño que eres y lo grande que puede ser el ingenio humano. Y, hablando de los lugares que visitar antes de morir, El Cairo ha añadido un nuevo motivo: la apertura del Gran Museo Egipcio (GEM), inaugurado oficialmente el 1 de noviembre de 2025. Este museo, situado a escasos kilómetros de las pirámides, alberga cerca de 100.000 artefactos de la civilización egipcia, entre ellos la colección completa de tesoros del joven faraón Tutankamon. Imperdible. Pero la capital de Egipto no es solo su pasado monumental, también es el bullicio del bazar de Khan el-Khalili y del Viejo Cairo, la llamada a la oración sobre los tejados que marca el pasar del tiempo y el Nilo fluyendo con paciencia. Esta ciudad se descubre poco a poco.
Las impresionantes pirámides de Giza
Tailandia: playas paradisíacas, templos ancestrales y noches infinitas
Hablar de Tailandia es hablar de un país donde la espiritualidad, la naturaleza y el placer conviven en equilibrio casi perfecto. Desde los templos dorados de Bangkok hasta las playas infinitas de Phuket, Tailandia tiene la capacidad de adaptarse a quien la visita. Si buscas calma, la encontrarás en los monasterios de Chiang Mai, entre monjes que caminan descalzos al amanecer; si lo que quieres es aventura, las islas del golfo te regalarán junglas, buceo, fiestas y playas de película. Y si tu objetivo es disfrutar de sabores exóticos, la comida tailandesa —picante, dulce, ácida y salada a la vez— te atrapará al primer bocado.
Tailandia tiene una energía amable que te envuelve y te cambia. Hay quien dice que todos los caminos del viajero terminan allí, así que no puede faltar en cualquier lista de lugares para visitar antes de morir. En este país descubrirás que la belleza no está en lo grandioso, sino en la armonía.
La famosa estatua de Buda de Phuket, en Tailandia
Roma, un museo al aire libre entre ruinas y trattorias
Sus ruinas, sus plazas, sus películas, su idioma, su comida: a ver, Roma es Roma. Todo aquí es una experiencia que hay que vivir por lo menos una vez en la vida. Cuando ves el atardecer sobre el Coliseo o cruzas el Puente Sant’Angelo mientras el Tíber refleja la luz dorada de la tarde, ¿cómo no caer rendido ante su belleza?
Además del Coliseo (que te recomendamos visitar temprano para evitar multitudes), déjate llevar, paseando por el Foro Romano y la Colina Palatina, donde la historia de la Antigua Roma se hace tangible.
La Fontana di Trevi es otro imprescindible, sobre todo para lanzar una moneda y “garantizar” tu regreso, mientras que las plazas como Piazza Navona o Piazza del Popolo son perfectas para detenerse y relajarse un rato en una terraza. Visitar la Capilla Sixtina para contemplar los frescos de Miguel Ángel es otra de las cosas que hacer sí o sí, si viajas a Roma.
Tampoco te pierdas el museo de arte contemporáneo Maxxi para dejarte sorprender por los artistas del momento. Como descubrirás, la ciudad logra un equilibrio perfecto entre pasado y presente, entre lo majestuoso y lo cotidiano: puedes tomarte un espresso en un bar diminuto y, a los dos minutos, encontrarte frente a una escultura de Bernini. Roma es, sin duda, una de esas ciudades que tienes que visitar antes de morir.
Si nos has visitado nunca la Fontana di Trevi, Roma puede ser tu próximo destino
París, la capital del amor que visitar antes de morir
Decir que París es bella suena obvio, pero es una belleza que nunca pasa de moda. Todo en ella tiene un ritmo elegante, desde el amanecer sobre el Sena hasta las luces brillantes de la Torre Eiffel. París es, sin duda, un estilo de vida, una forma de mirar el mundo. Sentarse en una de sus terraza con un café y un croissant te enseña a regalarte pequeños placeres que hacen que la vida sea más bonita. ¿Cómo negarse?
El Louvre, por supuesto, es un imperdible para los amantes del arte, y cuidado, porque entre tanta belleza puedes perder el sentido del tiempo. Pero París se vive también paseando: perderte por el barrio Le Marais o por la bella Montmartre en peregrinación hasta la basílica de Sacre Coeur, te hará saborear esa nostalgia romántica, típicamente francesa y, además, te regalará unas vistas espectaculares de la ciudad.
La bella París
Estambul, el puente vivo entre Oriente y Occidente
Estambul es, ante todo, un puente entre mundos, entre tradición y modernidad y, en esa mezcla radica su magia. Las cúpulas y los minaretes comparten horizonte con bares vanguardistas; los viejos barcos navegan junto a ferris repletos de viajeros curiosos y, al caer la tarde, el canto a la oración se mezcla con el bullicio de los bazares, creando una melodía única que acompañará tu viaje. Por cierto, no puedes no dar una vuelta por el Gran Bazar, pero recuerda que aquí regatear es todo un arte que tendrás que aprender a dominar. La Mezquita Azul y Santa Sofía, son imprescindibles, símbolos de una historia cambiante y de cómo la belleza va más allá de las diferencias culturales. Pero, descubrir Estambul es también regalarse un merecido descanso: comer pescado fresco en las orillas del Bósforo mientras cae el sol es un plan casi perfecto.
La Mezquita Azul de Estambul al atardecer
Yakarta, la megaurbe donde conviven el caos y la modernidad
Por último, un destino peculiar, pero no exento de grandes atractivos (sobre todo si nos escapamos a sus alrededores). Y es que pocas capitales del mundo generan tantas opiniones encontradas como Yakarta. Es una ciudad desbordante, caótica, a veces agotadora… pero también fascinante. Su ritmo es tan rápido que o te adaptas o te quedas atrás. Aquí quizás no hay grandes monumentos antiguos o paisajes de postal, pero hay algo más interesante: la sensación de estar en el epicentro de un país en plena transformación. Y es que Indonesia es diversidad pura: ¡más de 17.000 islas (alrededor de 900 habitadas) y cientos de lenguas!
Los contrastes aquí te sorprenderán, desde edificios futuristas en barrios tradicionales, hasta mercados callejeros junto a centros comerciales grandes como ciudades. Pero, al final, todo se integra con una personalidad única. Yakarta te muestra todo el desorden y la vitalidad de una capital en pleno desarrollo y te acaba conquistando, con sus puestos de comida de mil sabores, sus bonitos edificios coloniales junto a rascacielos y sus cafés modernos llenos de jóvenes siempre conectados. Un viaje que cambiará tu perspectiva.
Yakarta, ciudad de contraste para una experiencia completa
Como dicho al principio, estas recomendaciones no van de tachar pendientes, sino de elegir esos lugares que, por su belleza, su historia o su energía, merecen un hueco en la vida de cualquiera. Así que, si estás pensando en esos destinos que visitar antes de morir, quédate con esto: más que correr para verlo todo, busca esos sitios que sientes que te dejarán recuerdos inolvidables.