La llaman la isla de los mil nombres, no solo por la gran cantidad de nombres diferentes que ha tenido, sino también por la infinidad de adjetivos que existen para describirla. Razones no faltan para enamorarse de ella: impresionantes paisajes, hospitalidad de sus gentes, deliciosa (aunque picante) comida y, por supuesto, una naturaleza exuberante.

Con algo más de 20 millones de habitantes, esta isla frente al extremo sureste de India es un destino único que merece la pena descubrir.

En el centro se encuentra Kandy, la capital cultural.  Es el hogar de uno de los lugares más sagrados del budismo, el gran templo del Diente de Buda, al que acuden cada día cientos de devotos. Y para los amantes de la naturaleza, Sri Lanka tiene la suerte de albergar el parque nacional de Yala, donde se pueden avistar leopardos. Además de las playas más turísticas, como la de Mirissa, existen paraísos poco explotados como las playas de Nilaveli, o la isla de Pigeon, que cuenta con uno de los arrecifes de coral más ricos de la zona.

Sri Lanka es cultura, historia, naturaleza, playa, montaña… Todo a la vez.

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