Comida típica de Budapest; platos que deberías probar
La gastronomía es parte fundamental de la experiencia turística, con cada bocado se puede conocer parte de la historia, de la geografía y de los recursos del país que se visita. En el caso de la ciudad de Budapest, una capital con cientos restaurantes, las oportunidades de probar diversos tipos de platos se multiplican. La imagen gastronómica que siempre ha proyectado Hungría y, por ende, también Budapest siempre se ha caracterizado por mostrar platos fuertes y especiados, guisados durante horas… pero basta dar un paseo por la ciudad para descubrir que la nueva cocina se ha hecho también un hueco en la capital.
Si te interesa el mundo gastronómico, te recomendamos dedicar una mañana a recorrer los puestos del Mercado Central de Budapest ya que allí es posible conocer los productos que llegan desde toda la geografía del país. Es un placer recorrer sus dos plantas donde se encuentran decenas de puestos alineados con la flamante mercancía expuesta para el visitante. Imposible pasar de largo ante las cajas llenas de pimientos amarillos, naranjas, rojos, verdes… u otros donde los embutidos lanzan aromas a tu paso. Además, allí mismo, en la planta superior hay varios restaurantes pequeños donde sirven comida tradicional, a veces incluso con música en directo para completar la experiencia. A continuación te vamos a contar algunos platos típicos de Budapest que podrás encontrar en estos y otros bares.
Goulash
Este es quizás el plato típico húngaro por excelencia o, al menos, el que más ha trascendido fuera de sus fronteras. También lo encontrarás con ciertas variantes en otros países centroeuropeos como Chequia o Eslovaquia. En el caso del goulash en Budapest consiste en un estofado de ternera de origen humilde que se prepara a fuego lento con carne, pimientos, cebollas y pimentón, fundamentalmente. Lo encontrarás tanto en bares modestos como en exclusivos restaurantes. Un detalle en el que hay que fijarse es si ofrecen sopa de goulash, más caldosa, o simplemente goulash para evitar confusiones. Se puede tomar solo o bien acompañado con patatas o ensalada. Como es un plato contundente, es conveniente pedirlo en el almuerzo.
Csirkepaprikás
Con este nombre tan curioso se conoce un guiso de pollo con pimentón (Csirkepaprikás significa Pollo a la Páprika) que es muy tradicional y que se sigue elaborando en los hogares húngaros. La preparación es muy sencilla ya que se emplean muslos de pollo, dientes de ajo, varios tipos de pimientos, cebollas moradas, tomates y pimentón (o páprika). Para la salsa no puede faltar la crema agria y una cucharada de harina.
Palacsinta
Aunque a los húngaros les pueda gustar el picante, también tienen buenos postres. En tu viaje podrás disfrutar de un postre denominado Palacsinta que consiste en unos crepes un poco gruesos y rellenos. Es decir, en los restaurantes encontrarás decenas de opciones tanto dulces como saladas. Aunque la primera tentación es pedirlo relleno de frutos secos y cubierto de chocolate, también te recomendamos darle una oportunidad a los salados. Al ser una comida que se puede adaptar a los gustos y que no precisa de muchos ingredientes se suele hacer en los hogares húngaros. Entre los platos típicos de Budapest, no puede faltar.
Rakott krumpli
Sencillo, delicioso y económico tanto en restaurantes como en casa, si eres cocinilla… El Rakott krumpli es un plato que se prepara al horno superponiendo láminas de patatas con huevos, salchichas, queso, mantequilla y crema agria. Con el queso fundido y crujiente resulta delicioso. Es uno de los platos que triunfa entre los niños.
Kolbász
Entre los productos básicos de la gastronomía de Budapest se encuentran las Kolbász, un tipo de salchichas húngaras que te recordarán a los embutidos españoles. Se elaboran de varios tipos por lo que podrás elegir entre las que mejor se adapten a tus gustos. Las encontrarás picantes, ahumadas, de cerdo, de ternera, de cordero… para comer frías como un embutido o para formar parte de un guiso. Si visitas el Mercado Central de Budapest, alucinarás con todas las opciones. Seguro que al final alguna de estas “salchichas” forma parte de tus souvenirs gastronómicos para traer de vuelta a casa o como obsequio para los amigos.
Töltött káposzta
Aunque en su origen esta era una preparación navideña y para días de celebraciones especiales, lo cierto es que hoy en día se puede comer en muchos restaurantes a lo largo de todo el año. La base del töltött káposzta son las hojas de repollo, que se rellenan (como si fueran un rollo de primavera) de una masa a base de carne picada, huevo, ajo, cebolla y pimentón. Estos rollos se cierran por los extremos y se ponen a cocer en una salsa de tomate, para finalmente servirse con un poco de crema agria.
Meggyleves
La razón de ser de este plato es el gusto de los habitantes de Budapest y de los húngaros, en general, por las sopas. En este caso se trata de una sopa fría y, además, es un postre muy frutal. Porque la base son las guindas, así que se entiende que se trata de un plato de la temporada estival. Para ello se cuecen las guindas deshuesadas con limón, canela, clavos, azúcar y sal. Una vez terminada la cocción se añade nata líquida y un poco de harina hasta conseguir una crema ligera. Como ya hemos dicho, se toma muy fría.
Langos
Quizás este sea uno de los platos típicos de Budapest más sencillos y que mejor sienta cuando estás hambriento tras una jornada sin parar de caminar. Otro punto a su favor es que lo puedes tomar en cualquier sitio, tanto en un bar como en un banco del parque. ¿En qué consiste el langos? Pues es una especie de masa frita en aceite que se puede comer sin nada o bien colocándole encima queso fundido (el más habitual), trozos de bacon, ajo, cebolla, etc. Es muy económico y te saca de un apuro.
Tarta Dobos
A este dulce se lo llama así por el pastelero József Dobos, que fue quien lo creó a finales del siglo XIX en su tienda gourmet del centro de Budapest. Se trata de una laboriosa tarta compuesta por seis capas de fino bizcocho empapado en almíbar. Entre cada una de ellas hay una irresistible mezcla de chocolate y mantequilla. Y luego todo ello está recubierto por una generosa lámina de caramelo moka. Tan deliciosa es esta preparación que ha ha traspasado fronteras y , de hecho, la puedes encontrar en las confiterías de muchos otros lugares del planeta. Aunque nada como probarla en la capital húngara, su ciudad de origen.
Dónde dormir en Budapest
Los viajes se disfrutan más con un alojamiento al nivel del destino. En este caso, la capital de Hungría merece un hotel como el Barceló Budapest, céntrico para poder moverse con libertad y con unas instalaciones excelentes, donde no faltan buenas habitaciones, restaurante o gimnasio. Es ideal incluso cuando se viaja por negocios.
De este hotel del distrito de Terézváros nos ha enamorado una serie cosas: sus diversos tipos de habitaciones (Superiores, Deluxe, Deluxe Premium, Con Vistas o Junior Suite), la decoración con toques de color, cómo se prima el espacio y el abanico de posibilidades para los diversos tipos de viajeros. Tampoco podemos olvidar, las propuestas gastronómicas de cocina española del establecimiento, donde podrás darte el gusto de comer algún día platos ibéricos.
Preguntas frecuentes
¿Qué platos debo probar en Budapest?
Entre los platos tradicionales debes probar el goulash, que es ideal para reponer fuerzas en los días más fríos, pero también otros como el pollo con pimentón (Csirkepaprikás), las ricas crepes o Palacsintas, las patatas al horno (Rakott krumpli) o los Langos, capaces de llenarte en dos bocados.
¿Cuál es el plato más famoso de Budapest?
Aunque en la cocina húngara hay diversos platos que destacan, el plato más famoso de Budapest es el goulash, que es un estofado de ternera con pimentón, cebolla, pimientos, etc. Es una receta ideal para los días de frío ya que consigue cargarte de energía
¿Existen postres típicos húngaros?
En Hungría hay postres tradicionales que no puedes dejar de probar, uno muy casero es la Palacsinta que son unas crepes que se rellenan de distintos ingredientes y o se bañan con alguna salsa o con chocolate. Tampoco hay que descartar el Rákóczi túrós, un bizcocho con requesón, o los strudel.