Saber qué meter en la maleta cuando volvemos de visitar una ciudad es también clave para seguir disfrutando del viaje sin perderse nada, aunque ya estemos en nuestro sofá. En el caso de Liubliana tenemos que recorrer sus mercados callejeros, hablar con los agricultores locales y entender bien cuál es la esencia de Eslovenia a través de sus productos.
- La gastronomía local y sus vinos
- La dulce miel eslovena
- Los dulces más típicos: tartas, hojaldres y nuez
- Artesanía y encajes, un tesoro poco conocido
- Cerámicas de colores para alegrar la casa
- Arte local: galerías y tiendas tradicionales
- Los mercados y las zonas de compras que tienes que recorrer
La gastronomía local y sus vinos
Comer en Liubliana es un placer, pero hacerlo con un buen vino es, además, muy fácil por la calidad de sus bodegas y por su tradición vinícola que le viene de los romanos. Son muchas las tiendas especializadas que podemos encontrar en Liubliana, como la de Aleš Kristančič, que tiene su vinoteca en los bajos del Ayuntamiento de la ciudad.
Eslovenia cuenta con tres zonas vinícolas principales, con sus características propias, pero la más importante es Posavje, que reúne más denominaciones de origen que ninguna. En esta zona las bodegas se excavan en la tierra y se cultivan especialidades propias que dan blancos secos y tintos ligeros. También hay tradición de tomar algunos licores, como el sljivovica, una especie de aguardiente típico del país.
La dulce miel eslovena
Dicen que el país ha sido siempre tierra de osos y también de miel para que estos golosos animales se puedan alimentar. Podemos comprar este tradicional producto casi en cualquier tienda o mercado, pero lo mejor es estar pendiente en la carretera para ver si encontramos un cartel con las letras MED escrito, que significa miel, y eso querrá decir que en ese sitio se vende este meloso alimento hecho en casa.
Antes de comprar cualquier variante, lo mejor es hablar con el vendedor que te explicará las diferencias por el color, el sabor, el tipo de flor… La miel es una pasión nacional.
Los dulces más típicos: tartas, hojaldres y nuez
Liubliana es una capital muy dulce en la que se pueden encontrar muchas pastelerías con sus productos más típicos como el Kremna Rezina, originario de la zona del Lago Bled pero que se ha convertido en el postre nacional. Se inventó hace más de 50 años en esta ciudad y se trata de capas de hojaldre rellenas de crema de vainilla y mousse batida. Se sirve en cuadraditos muy potentes que te los pueden meter en una caja para transportar.
Más fácil de comer y de llevar es el pastel tradicional de nueces o Potica. Es una especie de bizcocho enrollado relleno de pasta de nueces que se suele servir en ocasiones especiales.
También con nueces y queso se hace el Prekmurska Gibanica, un dulce muy potente y que hay que tener hambre para comerlo. Aunque es típico de una región del norte, en Liubliana se puede encontrar en cualquier pastelería.
Artesanía y encajes, un tesoro poco conocido
La artesanía de Liubliana es un festival de colores, formas y tamaños. Se pueden encontrar productos en cerámica pero también en madera con motivos propios de la capital eslovena, como es el dragón o zmaj, que es un símbolo del folklore nacional.
Sin embargo, uno de los recuerdos más típicos son sus encajes de bolillos, entre los que destacan los de Idrija, que cuenta con una escuela desde 1876.
De hecho, en esta localidad se realiza, todos los veranos, el Festival del Encaje, una fiesta no sólo artesanal sino también gastronómica.
Las cenefas de toda la vida en paños de mesa, manteles, toallas o vestidos se han ido modernizando y este encaje aparece ya en diseños más actuales.
Cerámicas de colores para alegrar la casa
El producto más típico, sin duda, para llevar de recuerdo son las famosas majolkes, que son unas jarras de cerámica, pintadas de alegres colores, que se utilizan para beber vino.
Podemos encontrar estas majolkes en cualquier tienda de souvenirs, pero las mejores están en los puestos de artesanía o las tiendas de decoración donde se ofrecen de diferentes estilos según la zona de la que vengan.
Las majolkes también se pueden utilizar para llevar agua y otros líquidos por lo que son un buen detalle para cualquier casa.
Arte local: galerías y tiendas tradicionales
Liubliana es una ciudad llena de galerías y tiendas de artesanía que van más allá de la cerámica o del encaje. De hecho, el país ha creado un sello especial para los productos que salen de los talleres de maestros artesanos, hechos a mano y respetando las tradiciones: Art&Craft Slovenija.
Este logo aparece en productos de alfarería pero también de piedra, fieltro, encaje o hierro. Son muy famosos igualmente los artículos de madera tallada.
Pero uno de los aspectos más llamativos de la capital eslovena es el número de galerías con las que cuenta donde artistas locales exponen sus pinturas, grabados o ilustraciones, de todos los estilos y tamaños, y que suelen atraer a muchos turistas y locales. De hecho, también se puede encontrar este tipo de arte más alternativo en algunos cafés.
Los mercados y las zonas de compras que tienes que recorrer
La ciudad está llena de mercados y ferias que llenan algunas de sus calles más emblemáticas los fines de semana o en alguna fecha especial.
Uno de los más importantes es el de los anticuarios que abre cada domingo por la mañana junto al río. Los puestos están llenos de antigüedades de la ex Yugoslavia que lo convierten en una experiencia muy especial.
Además, muy cerca, también en la ribera del río, podemos encontrar en los meses de verano un importante mercado de arte que se celebra todos los sábados hasta las cuatro de la tarde.
Durante todo el año, el Mercado Central es un buen sitio para encontrar productos típicos y objetos de artesanía, y si buscamos zonas comerciales con otro tipo de tienda los mejores centros de la ciudad son Nama, Maximarket y BTC City.
Sin embargo, el mercadillo más famoso e increíble de Liubliana es el de Navidad, que transforma el corazón de la ciudad en un desfile de puestos de artesanía y gastronomía todos los días hasta bien entrada la noche.
Este Miklavžev sejem, como se llama a la feria de San Nicolás, está a la altura de cualquier ciudad centroeuropea con lugares para tomar un vino caliente con especias y abre desde el 3 de diciembre hasta el 2 de enero.
