Sajonia es uno de esos lugares que parecen sacados de los cuentos. Castillos imposibles, palacios con grandes jardines y paisajes pintados en verdes intensos van llevando al visitante por siglos de historia con sus propias tradiciones y un gusto por el arte y la música que puede sentirse en cada rincón de esta región.
Contexto y situación de la región del este
Situada al este de Alemania, Sajonia es, como Baviera, uno de los reinos más antiguos de Alemania y, por lo tanto, cuenta con una historia y una personalidad propia y muy especial. En este estado federal se ubican dos de las ciudades más grandes del país, además de Berlín, como son Leipzig y Dresde.
Esta zona, con frontera con la República Checa y Polonia, sufrió mucha destrucción durante la II Guerra Mundial y se tuvo que activar un intenso plan de reconstrucción que consiguió devolver a Sajonia su aroma tradicional.
Otra de las características geográficas que marca esta región es la cadena montañosa que la atraviesa, los montes Metálicos o «Erzgebirge», que crea unos paisajes mágicos. De hecho, uno de los atractivos turísticos más importantes que tiene Sajonia es el Parque Nacional Suiza Sajonia.
La larga historia de este antiguo reino hizo que en estos pueblos se desarrollaran artesanías y tradiciones como la fabricación artesanal de instrumentos musicales, la famosísima porcelana de Meissen, los relojes de la zona de Glashütte o el delicado encaje que se fabrica en Plauen.
Ciudades a visitar para no perderse nada de Sajonia
Dresde
La ciudad de Dresde fue destruida casi completamente durante los ataques de la II Guerra Mundial pero piedra a piedra fueron reconstruyendo los edificios más importantes de la parte vieja. Así podemos pasear por la Schlossplatz, la plaza más importante de esta parte de la urbe, que da paso a la iglesia barroca de Hofkirche y sobre todo al palacio real Residenzschloss, uno de los más llamativos de la ciudad.

Además de cruzar el río Elba por el Puente Augusto, podemos visitar la iglesia Kreuzkirche, el Ayuntamiento y su torre, disfrutar del mural de cerámica con todos los reyes sajones o empaparse la Galería de Arte Moderno.
Uno de los puntos más populares de Dresde es la terraza Bruhl, sobre todo al atardecer, cuando se llena de parejas, amigos y familias paseando y tomando algo.
Leipzig
Todo en Leipzig suena a Sebastian Bach ya que el compositor vivió y murió en esta ciudad. Se puede visitar su casa, su tumba y un museo en el que se cuenta el trabajo del compositor por formar a nuevos músicos. Además, si paseamos por la calle peatonal de Petestrasse, nos daremos cuenta de la importancia que tiene este personaje en el crecimiento de Leipzig.
Pero no son los únicos músicos famosos que vivieron entre estas calles, también podemos visitar la casa de Felix Mendelssohn y la de Robert y Clara Schumann.

Entre partitura y partitura están las iglesias más famosas de la ciudad: Nikolai, muy popular por los colores pasteles de su interior y las columnas en forma de palmera; y Peterskirche, el templo neogótico que es uno de los más altos de la ciudad.
Otro de los atractivos turísticos de esta ciudad son La Ópera, la Universidad y la Biblioteca Albertina, el Palacio de Justicia o el Memorial de Bach en Thomaskirche. Y no podemos dejar de sentarnos en uno de los cafés próximos a Markt y vivir el ambiente de esta plaza.
Zwickau
Hay que saber que en esta histórica ciudad nació Robert Schumann y se puede ver completamente restaurada su casa, antes de mudarse a Leipzig. Aunque no es el único atractivo de Zwickau. Lo mejor es empezar el recorrido por la Plaza del Mercado, el corazón de la ciudad y un lugar increíble para visitar uno de sus famosos cafés.
No podemos dejar de pasar por la Catedral de Santa María, de origen medieval y con un interior muy rico, o por el famoso teatro renacentista Gewandhaus.
Durante nuestros paseos por el centro de la ciudad nos encontraremos con la Casa de Bodas o Dünnebierhaus, una mansión del gótico tardío donde ahora se registran los matrimonios o el castillo de Osterstein, donde Martin Lutero dio algunos de sus grandes discursos.
Meissen
Meissen es la ciudad de la porcelana. Situada junto al río Elba, los dos monumentos más importantes para visitar son el castillo Albrechtsburg y la Catedral de San Donato, situados en una colina y donde se puede llegar tras atravesar las pintorescas calles del centro histórico que son casi de cuento de hadas.
Otro de los puntos turísticos es la fábrica de porcelana que a finales del siglo XIX se construyó en las afueras de Meissen. Hasta ese momento, la famosa receta secreta de la porcelana se conservaba en el castillo.
Bautzen
Bautzen ha conseguido conservar el alma medieval de su casco histórico lleno de torres, murallas y varios bastiones como el de Gewerbebastei. Este lugar cerca de Dresde es conocido como ‘la ciudad de los sorbios’, una minoría eslava que ha vivido entre estas calles y murallas desde hace siglos.
La mayoría de las torres se pueden visitar ya que abren algunos días al público, pero hay que consultar los horarios. Una de las más conocidas es Reichenturm o la Torre de los Ricos. Pero también está la Wendish, la de los Estudiantes, una de las más antiguas; o la de Nicolás, que es la única que mantiene su entrada original.
En Bautzen es muy famoso el mercadillo de Navidad ya que es el más antiguo de Alemania. Hay referencias del Wenzelsmarkt desde 1384.
Palacios y castillos: las maravillas sajonas
El reino de Sajonia es una tierra salpicada de palacios y castillos que describen la tradición de una tierra con casas nobiliarias muy importantes. Uno de los castillos más famosos es el de Moritzburg, a unos kilómetros de Dresde. Situado sobre un lago artificial fue Augusto el Fuerte el que lo transformó en el increíble palacio barroco que es hoy en día. Su interior es famoso por las decoraciones en plumas, telas y dorados.
Otro de los castillos que no podemos perdernos es el de Albrechtsburg, en Meissen. En sus calabozos se producía la porcelana europea más famosa en el siglo XVIII. Además del museo que alberga en su interior, también se pueden recorrer los salones, la capilla y la torre, desde la que las vistas son impresionantes.
La Fortaleza de Königstein o la Bastilla Sajonia, como se le ha llamado por su curiosa arquitectura, es otra de las maravillas que ofrece esta región alemana. Situada cerca del pueblo del mismo nombre, se eleva sobre una explanada a 42 metros de altura que le da una majestuosidad única. Este castillo es una obra de la ingeniería militar ya que aprovechó todas las formaciones rocosas para hacer de la fortaleza un lugar inexpugnable.
Parque Natural Suiza Sajona, el corazón agreste de Alemania
Estos kilómetros de montaña y pura naturaleza son un respiro para los habitantes de algunas de las ciudades alemanas más importantes ya que ahí encuentran lugares mágicos donde liberar todo el estrés. Uno de sus puntos más famosos es el Puente del Bastei, un paso de piedra entre varias formaciones rocosas a unos 200 metros de altura que resalta la grandiosidad de estos paisajes junto al Elba.

Además, la zona está llena de miradores impresionantes como el de Häntzschelstiege, que es de fácil acceso, o el de Schrammsteinaussicht, al que hay que acceder por unas escaleras de metal algo más complicadas aunque merece mucho la pena el esfuerzo.
Hay que saber que la zona fue bautizada en el siglo XIX como Suiza Sajona cuando muchos pintores del país helvético que se desplazaron hasta esta región aseguraban que los paisajes eran exactamente iguales que en su país.
Actividades al aire libre en Sajonia, un paraíso para los deportistas
El Parque Nacional Suiza Sajona es como un parque de atracciones para los amantes del senderismo, escalada o ciclismo. En los meses en los que hace mejor tiempo, finales de la primavera y verano, estas montañas se llenan de aficionados a estos deportes que siguen algunas de las rutas marcadas para alcanzar los lugares más impresionantes.
Pero no hace falta tener una preparación muy específica para disfrutar de algunos de los senderos que están preparados simplemente para hacer una caminata reparadora.
