Recorrer las Rías Baixas es uno de los viajes más divertidos que se pueden hacer ya que supone subir y bajar del barco, recorrer senderos increíbles y caminar por pueblos con mucha historia y mucho sabor. Aquí tienes los 11 sitios que no te puedes perder.

  1. Contexto natural y situación de tres rías en una
  2. Qué visitar en las Rías Baixas: espacios naturales únicos
  3. Los pueblos y ciudades más bonitas de las Rías Baixas

Contexto natural y situación de tres rías en una

Las Rías Baixas están compuestas por tres rías: la de Vigo, la de Pontevedra y la de Arousa. Conforman un lugar único que parece tener como único objetivo el disfrute ya que cuenta con playas increíbles, más de 50 con bandera azul, y un marisco especial que se puede disfrutar en cualquier punto de esta región. 

Además, la ría de Arousa, la más grande de las tres, está llena de pequeños islotes que jalonan algunas de las rutas en barco más bonitas de toda Galicia. Destaca, sobre todo, la famosa Illa de Arousa. Pero no es la única que merece la pena situar en el mapa, también llama mucho la atención la isla de Ons, en la ría de Pontevedra, por su entorno natural.

De la tercera entrada, la de Vigo, destaca el Puente de Rande, el lugar donde ocurrió una de las mayores batallas navales contra la flota anglo-holandesa en 1702.

Qué visitar en las Rías Baixas: espacios naturales únicos

Dunas de Corrubedo

Este parque natural es uno de los atractivos más impresionantes de las Rías Baixas. Se trata de cuatro kilómetros de gigantes dunas, playas vírgenes e incluso lagunas de agua dulce. Uno de los mayores atractivos es ver la Duna Móvil, una gigante ola de arena de casi 15 metros de alto que se mueve según sopla el viento. 

También podemos recorrer la zona de la laguna de Vixán, donde hay un observatorio de pájaros, o la famosa laguna salada de Carregal, con una fauna y una flora muy protegidas.

Uno de los puntos más famosos del parque es el Faro, desde donde se puede ver uno de los mejores atardeceres de toda Galicia. 

Illa de Arousa

La Illa es uno de los lugares más famosos de las Rías Baixas por su belleza natural. Durante mucho tiempo, sus habitantes sólo podían pisar el continente si llegaban en barco. Sin embargo, en los años 80 se inauguró el icónico puente de dos kilómetros con el que es fácil entrar y salir de la isla. 

Dentro de la Illa de Arousa hay varias playas que merece la pena recorrer, como la de Cabodeiro, la do Nadal o la de Sualaxe. Uno de los lugares más icónicos es el faro de Punta Cabalo, construido en 1852, y donde se pueden ver unos atardeceres espectaculares. 

Pero sin duda lo más increíble es el Parque Natural de Carreirón y el Mirador o Con Do Forno, a 68 metros de altura. Desde allí, las vistas son espectaculares, sobre todo si el día está despejado.

Isla de Ons

Sólo se puede llegar a esta isla con un permiso especial y eso que es la única habitada de todo el Parque Nacional de las Islas Atlánticas.

La mayoría de los turistas que llegan a Ons lo hacen buscando algunas de sus cinco playas vírgenes y, en muchos casos, solitarias, donde el tiempo parece haberse detenido. Hay senderos habilitados para llegar a cada una de ellas y también para recorrer los rincones más mágicos, como el Faro.

Uno de los lugares más curiosos es el Centro de Visitantes, ubicado frente a la iglesia de Ons, y que muestra muchas de las costumbres y leyendas que, desde siempre, han rodeado a los habitantes de este pequeño terreno en mitad de la ría de Pontevedra.

Los fondos marinos de Ons son el paraíso para una increíble fauna y flora protegida como parte del parque natural y por ello el acceso a la isla está controlado. 

Cabo Home

Esta punta entre las rías de Vigo y Pontevedra es la encarnación pura de un mar bravo y una tierra agreste con el resultado de las vistas más bellas de la región. Podemos recorrer el cabo siguiendo los faros que están instalados en sus salientes o tumbarnos en una de sus increíbles playas a contemplar el horizonte con las Islas Cíes como protagonistas principales. La mejor opción, sin duda, es la playa de Melide, a la que sólo se puede acceder a pie atravesando un pinar pero tiene unas vistas increíbles. 

Después de tocar el mar, también podemos optar por subir a los cielos en el Monte O Facho, a 168 metros sobre el nivel del mar. Desde sus miradores se puede disfrutar del paisaje de toda la ría de Vigo y la de Pontevedra y de las pequeñas islas que salpican la inmensidad del azul del Atlántico.

Islas Cíes

Estas tres islas ubicadas frente a las costas de Vigo guardan una de las mejores playas del mundo, la de Rodas, con una arena finísima y el mar de un azul intenso. Estando allí uno no sabe si sigue en Galicia o ha cruzado el charco y se encuentra en el Caribe.

Las Cíes están dentro del Parque Natural de las Islas Atlánticas por lo que tienen un acceso controlado con un número de visitantes concreto cada día. 

La única forma de llegar hasta allí es en barco, bien privado y con un permiso previo o con el de las compañías marítimas que hacen este recorrido en verano y los fines de semana.

Además de la de Rodas, hay otras playas en las islas que son un tesoro: la dos Viños, la de Nuestra Señora, que es una pequeña cala, y la de das Figueira, que es nudista.

Además, podemos realizar algunas de las cuatro rutas marcadas de senderismo para llegar a lugares increíbles, como algunos de sus faros o los miradores con unas panorámicas impresionantes.

En las Cíes encontraremos tres restaurantes donde comer un pescado riquísimo y un camping por si queremos pernoctar en este paraíso. Si no llevas tienda, la puedes alquilar allí mismo.

Castro de Baroña

Este asentamiento del siglo I antes de Cristo es  uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la zona. Se descubrió en 1933 y su reconstrucción permite conocer cómo vivían los antiguos moradores de estas rías. Como era de esperar, se trataba de pescadores, también granjeros e incluso protagonizaron alguna actividad vinculada a la minería y la metalurgia con objetos de hierro, oro y bronce.

Las vistas desde el asentamiento sobre la ría de Muros y Noia son increíbles, sobre todo cuando cae el sol y la luz se vuelve anaranjada.

Los pueblos y ciudades más bonitas de las Rías Baixas

Pontevedra

La ciudad de Pontevedra es una joya en piedra que se ha ido desarrollando como una posta clave del Camino de Santiago portugués. Entre los monumentos que no podemos perdernos está la Iglesia de la Virgen Peregrina, que tiene forma de vieira; o las casas nobles con sus blasones y soportales que crean un conjunto arquitectónico único. 

En nuestro recorrido tenemos que dejar hueco para el Museo de Pontevedra, con una colección de orfebrería única en Europa, la Basílica de Santa María o las Ruínas de Santo Domingo.

Además de visitar algunos de sus parques y alamedas, de un verde diferente al que hayamos visto antes, un buen plan es pasear por la orilla del Lérez y sentarse en una de sus terrazas a disfrutar de la gastronomía gallega.

Vigo

La vibrante ciudad de Vigo cuenta también con un centro histórico de callejuelas y plazas entre las que destaca el mercado de la Pedra. La mejor forma de recorrerlo es dejarse llevar por la calle de Palma o Real hasta llegar a la Colegiata y la Catedral y, sobre todo, pararse en la Rúa da Pescadería, o la calle de las ostras como también se la conoce, para tomar uno de los platos de ostras recién abiertas por estas mujeres.

Nuestro recorrido nos llevará hasta el parque de Castrelos, donde se encuentra el Pazo Quiñones de León, convertido en un museo rodeado de jardines increíbles. También podemos subir al Monte do Castro o recorrer el puerto marítimo justo al atardecer.

Una curiosidad es que Vigo también tiene su Porta do Sol, kilómetro cero de la ciudad y donde se ubica una de las siete puertas que se abrían en la antigua muralla.

Combarro

Dicen que Combarro es uno de los pueblos más bonitos de Galicia. Lo bueno es que no es muy grande y se puede disfrutar con un tranquilo paseo por sus calles principales y sus pequeñas plazas llenas de encanto.

Lleno de hórreos y cruceiros, podemos arrancar la ruta con la Rúa de San Roque hasta llegar a su iglesia. Entre medias cruzaremos por delante de sus famosas fachadas de piedra, con blasones nobiliarios, y balcones con maderas de colores. Y no podemos perdernos la Rúa do Mar, donde encontrar pescado y marisco fresquísimo.

Desde aquí podemos visitar la Isla de Ons, pero también el Monasterio de San Xoán de Poio, uno de los puntos turísticos más visitados de la zona por su historia y su mosaico del Camino de Santiago.

Cambados

Cambados es la capital del albariño y uno de los mejores lugares para buscar ,entre callejuelas y plazas, los bares donde probar las últimas cosechas recogidas de este increíble vino. Además, este municipio, declarado Bien de Interés Cultural, está lleno de pazos y casas señoriales donde se alojaron algunas de las familias más importantes de Galicia y de España. De hecho, entre todas estas portadas destaca la de Casona Os Pazos, con su cruceiro, que fue propiedad de la Casa de Alba.

Además de recorrer el Paseo Marítimo y llegar hasta la Torre de San Sadurniño, en la Playa da Mouta, también podemos subir al Cementerio de Cambados para ver las ruinas de Santa Mariña Dozo. Lo más llamativo, junto a sus capillas, son los arcos transversales románicos que siguen en pie y que crean un ambiente misterioso rodeados de tumbas.

Muros

Muros cuenta con uno de los cascos históricos medievales más importantes de toda Galicia rodeados de casonas, fuentes, cruceiros y grandes soportales de piedra con las típicas casas marineras de grandes balcones corridos.

Fue fundada en el siglo XIII por el rey Sancho IV de Castilla y lo mejor es perderse por sus estrechas callejuelas, asegurándonos de pasar por la calle Real, O Curro da Praza o la Pescadería Vella, una de las más populares del municipio. 

Entre los monumentos que hay que visitar están la Casa Consistorial, el Arco de Don Diego o el tradicional Mercado de Abastos.

Pero Muros cuenta igualmente con magníficas playas como la de Area Maior, un área virgen de 1.400 metros de largo. También destacan espacios naturales como el Monte Louro, una excursión obligatoria y no sólo por sus vistas, y la Lagoa das Xarfas.