La ruta de tapas en Fuengirola es bien extensa y diversa. Prácticamente en la barra de cada bar, restaurante, terraza y chiringuito de este importante núcleo turístico se puede disfrutar de esta alternativa a las comidas y cenas “de mesa y mantel”.  Además, la oferta de Fuengirola en materia de hostelería es casi inabarcable. 

En cuanto a la elección del negocio hay, al menos, dos opciones: para disfrutar al máximo de las tapas en Fuengirola se puede tirar de sentido común, olfato y un poco de intuición y probar suerte en los bares que visualmente más convenzan. O bien dejarse llevar por nuestro criterio y degustar las propuestas de los siguientes negocios, ampliamente reconocidos por usuarios y páginas especializadas.

  1. Mejores zonas para tapear en Fuengirola, de oeste a este
  2. Tapas estrella de Fuengirola, más allá del espeto
  3. Bares de tapas más populares en Fuengirola

Mejores zonas para tapear en Fuengirola, de oeste a este

La oferta de tapas en Fuengirola se extiende por todas las zonas y barrios de la ciudad. Desde sus playas hasta el interior del núcleo urbano o, incluso, más allá, en las urbanizaciones periféricas. 

La mayor concentración de bares y restaurantes de tapas está entre la principal playa urbana de la localidad (la conocida como playa de Fuengirola), el Ayuntamiento, el Parque España, el Parque del Sol, la mezquita y el puerto deportivo. Un dédalo de calles en el que se pueden encontrar todo tipo de propuestas en materia culinaria: de la cocina local más típica y sabrosa a las creatividades de nuevos cocineros, muchos de ellos inspirados en platos llegados de países lejanos.

Desde luego, tomar una tapa frente a cualquiera de las playas urbanas de Fuengirola es una buena idea. Y opciones en materia de restauración no faltan en ninguna de ellas. Sobre todo en torno al puerto deportivo. 

Así, es muy popular en el capítulo de tapas en Fuengirola el tramo del paseo marítimo situado frente a la playa de Los Boliches, antes de llegar al espigón de Torreblanca. 

Por último, el paseo de tapas puede continuar hacia el Este, gracias a los muchos bares y restaurantes frente al mar que hay junto a la playa de Carvajal

Tapas estrella de Fuengirola, más allá del espeto

En la mayoría de bares de tapas de Fuengirola no faltan los clásicos habituales de la cocina andaluza y española: croquetas con todo tipo de rellenos, ensaladilla rusa, tortilla de patatas, las crujientes lagrimitas de pollo, aceitunas y encurtidos y todo tipo de chacinas ibéricas o no. Son apuestas seguras que conviven con propuestas de temporada y opciones más locales.

Una de las joyas que no suele faltar es la pipirrana malagueña, que es una versión del salpicón de marisco, con tomate, cebolla, pimientos y un uso generoso del aceite de oliva. También están las albóndigas, tanto de carne como de pescado, servidas con la sabrosa salsa de almendras (tan distintiva de la gastronomía malagueña). Una salsa que también acompaña los platos de caracoles.

Pero si hay un imprescindible en tapas no solo de Fuengirola sino de toda la Costa del Sol, ese es el espeto: de sardinas, boquerones y otros pescados y mariscos. Clavados en cañas y asados a la leña, conservan todo su sabor gracias a una cocción sencilla pero llena de tradición. 

Por supuesto, en cuanto a tapas en Fuengirola no falta el pescaíto frito (boquerones, calamares y calamaritos, chopitos, chocos, salmonetes…). Eso sí, conviene pedir cada uno en su temporada. De hecho, las frituras, cuanto más variadas, más posibilidades hay de que sean a base de pescado congelado. 

Por último, en los días de más calor las sopas frías son las protagonistas de muchas barras. El gazpacho, el salmorejo y el ajo blanco son los más populares. Y fuera de los meses cálidos están la siempre contundente porra antequerana y el gazpachuelo: sopa a base de caldo de pescado con patatas, mayonesa y gambas, y que se sirve con arroz o pan.

Bares de tapas más populares en Fuengirola

Entre la ingente cantidad de negocios de restauración de Fuengirola especializados en tapas o que tienen un capítulo para ellas en sus cartas, hemos hecho la siguiente selección, con propuestas y precios diferenciados y adaptados a los gustos de todo tipo de comensales.

Bodega Charolais (Larga, 14)

Las tapas de este restaurante destacan por su calidad, frescura y originalidad. Como ejemplo de lo último están los chupa-chups de codorniz con salsa de soja, las delicias de calabacín con jamón y queso fundido o la morcilla rebozada rellena de bechamel. También hay clásicos tan convincentes como la porra con bacalao frito o el huevo frito con trufa.

Mesón Salvador (Av, de los Boliches, 97)

Aquí se impone pedir sus croquetas y alguna de las tapas de pescado frito. Pero no menos recomendable resultan sus rebanadas, rodajas de pan cubiertas con combinaciones de ingredientes y sabores diversos.

Casa Colón (Troncón, 2)

Sentados en la barra, en la terraza o en alguna de las mesas con mantel de este restaurante es fácil percibir que esto es “otra cosa”. Un negocio elegante, distinguido, para tapear y/o comer a base de productos de alta calidad y con un servicio y ambiente impecables.

Bodeguita de Tapeo (Marconi, 48)

Sorprende la relación calidad/precio de este negocio, especializado en cocina malagueña, andaluza y española. Cocina sin pretensiones pero con mucha autenticidad. Está junto al paseo marítimo.

Taberna La Abuela (Torrealta, s/n)

Su barra repleta de pinchos variados es una auténtica tentación. Destacan las frituras de pescado y también los rebozados, además de los quesos con acompañamientos diversos, las cazuelas de albóndigas y otros guisos caseros y las gambas al ajillo.

GastroVinum (Palangreros, 22)

Un bar de tapas ideal para quienes gustan de la experimentación en materia culinaria, tanto en el plato como en la copa. De hecho, tienen una interesante selección de vinos y cervezas. En cuanto a la cocina, aquí impera la fusión húngara, británica y española.

La Esquinita (Benalmádena, 1)

Este restaurante con terraza es ideal para comer a base de raciones. O tomar un par de tapas y luego continuar ruta. La propuesta se basa en platos tradicionales tan sabrosos como las croquetas caseras, las berenjenas fritas, el pulpo a la gallega, los mejillones (al vapor o en salsa picantona), la cazuela de langostinos al ajillo y las chacinas ibéricas.

El Patio Gastrobar (Troncón, 11)

Más que “de tapas”, aquí se puede comer “de medias raciones”. En cualquier caso, ideales para compartir. Tanto la cocina como el ambiente del local resultan muy agradables.

El Octopus (Marconi, 49)

Aquí se pueden tomar tapas clásicas como la ensaladilla rusa, las albóndigas en salsa de almendras, el salpicón y la tortillita de camarones. Pero también otras menos locales como el pollo al curry y, por supuesto y teniendo en cuenta el nombre del local, pulpo en varias versiones.

La Puerta Verde (Miguel de Cervantes, 17)

Este no es un bar de tapas al uso, desde luego. Eso se percibe en la propia decoración del local y, sobre todo, en las artísticas presentaciones de cada tapa. Una propuesta cargada de sofisticación y creatividad, que tiene su complemento en una bien surtida e igualmente original bodega de vinos.