Ubicada en el pintoresco barrio antiguo de Sharm el-Sheij, la Mezquita Al Sahaba es uno de los hitos arquitectónicos más imponentes y recientes de Egipto. Inaugurada en 2017, esta mezquita no solo se destaca por su tamaño y majestuosidad, sino por su ubicación estratégica frente a la costa del Mar Rojo, alzándose con un aura mágica que hace que parezca salida de un cuento de Las mil y una noches. A pesar de su construcción moderna, la mezquita respira historia y tradición, uniendo elementos arquitectónicos de épocas pasadas como el Imperio Otomano con la energía vibrante de un destino turístico internacional. Con sus majestuosos minaretes que parecen rozar el cielo y su cuidada ornamentación, Al Sahaba no solo destaca como un lugar de culto, sino también como una obra maestra del arte islámico contemporáneo. Desde su construcción, Al Sahaba no solo se ha convertido en un punto de encuentro espiritual, sino también en un atractivo imprescindible para quienes buscan comprender más de la cultura y fe islámica mientras disfrutan de sus vacaciones en este icónico destino egipcio.
- Historia de la Mezquita: un sueño hecho realidad en el Sinaí
- Arquitectura: un diálogo entre lo antiguo y lo moderno
- Qué verás en tu visita: un espacio para la espiritualidad y el aprendizaje de la cultura islámica
- Recomendaciones e información de interés: consejos para disfrutar de la visita
Historia de la Mezquita: un sueño hecho realidad en el Sinaí
Aunque la Mezquita Al Sahaba es una adición reciente al paisaje arquitectónico de Sharm el-Sheij, su creación fue concebida como una manera de rendir homenaje a la rica tradición islámica en Egipto. Aunque Sharm el-Sheij ha sido un destino turístico importante durante décadas, la necesidad de un lugar emblemático para el culto se hizo cada vez más evidente a medida que la ciudad crecía. Con este propósito en mente, la comunidad local impulsó la creación de una mezquita que no solo sirviera a los musulmanes, sino que también fuera un símbolo de unidad y progreso.
La obra comenzó en 2011 bajo el patrocinio del gobierno egipcio y benefactores privados, y fue completada en 2017 tras seis años de construcción, con un coste estimado de entre 35 y 40 millones de libras egipcias. Diseñada por el renombrado arquitecto egipcio Fouad Tawfik Hafez, la mezquita toma inspiración de los estilos arquitectónicos otomanos y mamelucos, lo que le otorga una apariencia clásica a pesar de su reciente creación.

Al Sahaba se construyó con el objetivo de ser mucho más que un simple lugar de oración. Fue diseñada para servir como un centro cultural y educativo para la comunidad local y los turistas, con espacios dedicados a conferencias, bibliotecas y salas de estudio. La decisión de levantar la mezquita en Sharm el-Sheij, una ciudad mayormente asociada con el turismo de lujo y las actividades acuáticas, subraya la intención de sus creadores de ofrecer a los visitantes una experiencia cultural y espiritual más profunda. Desde su inauguración, Al Sahaba se ha convertido en uno de los monumentos religiosos más importantes de la región del Sinaí, con capacidad para albergar hasta 3000 fieles en su sala principal.
Además de su función como lugar de culto, la mezquita también refleja la fuerte identidad nacional de Egipto, mezclando el pasado y el presente en un solo espacio.
Arquitectura: un diálogo entre lo antiguo y lo moderno
La Mezquita Al Sahaba impresiona por su arquitectura imponente, que logra un equilibrio perfecto entre los elementos clásicos del arte islámico y toques contemporáneos. Su diseño está inspirado en las mezquitas otomanas tradicionales, con grandes cúpulas de color cobre, puertas doradas y altos minaretes que se destacan contra el horizonte del desierto. Los dos minaretes principales, que se alzan a 76 metros de altura, son visibles desde varios puntos de la ciudad, marcando la mezquita como un punto de referencia tanto espiritual como visual.
La cúpula central es otra de las características destacadas de la mezquita. Decorada con motivos geométricos y florales intrincados, refleja la rica tradición decorativa del mundo islámico. El uso del color, particularmente los tonos dorados y verdes, refuerza el ambiente de serenidad y devoción que envuelve a quienes cruzan el umbral de este sagrado lugar.
En su interior, la mezquita continúa impresionando con una gran sala de oración, donde lámparas de araña adornadas cuelgan del techo, iluminando el espacio con una luz suave y cálida. Su patio interno principal tiene 36 metros de altura y ocupa un espacio de 1800 metros cuadrados. La atención al detalle es evidente en cada rincón, desde las alfombras tejidas a mano hasta las inscripciones en árabe que decoran las paredes.

Qué verás en tu visita: un espacio para la espiritualidad y el aprendizaje de la cultura islámica
Al llegar a la Mezquita Al Sahaba, lo primero que te impresionará será su majestuosa fachada de estilo otomano-mameluco, que contrasta con la modernidad del resto de Sharm el-Sheij. Con sus dos altos minaretes que alcanzan los 76 metros de altura, la mezquita parece tocar el cielo y sirve como faro espiritual visible desde diversos puntos de la ciudad. La cúpula central, elaborada con detalles geométricos intrincados, resplandece con tonos dorados y verdes bajo el sol del desierto, invitando a los fieles y curiosos a descubrir su interior.
Dentro de la mezquita, el espacio de oración principal es amplio y decorado con motivos caligráficos árabes y arabescos que rinden homenaje a la rica herencia islámica de Egipto. Las lámparas de araña colgantes, cada una con cientos de luces, iluminan el ambiente con una suavidad que realza la atmósfera de tranquilidad y devoción. Los suelos están cubiertos por alfombras artesanales, y los detalles de mármol pulido en las paredes y columnas te envolverán en una sensación de opulencia y serenidad. Este espacio está diseñado para albergar a miles de personas, y se convierte en un lugar de encuentro especial durante las festividades religiosas, cuando la mezquita se llena de fieles.

Además del área de oración, la mezquita alberga un Centro Cultural Islámico Internacional, cuya misión es promover el entendimiento y el respeto mutuo entre las culturas. Este centro es una visita imperdible si deseas profundizar en la historia del Islam y su influencia en Egipto y la región del Sinaí. Entre sus actividades destacan seminarios y exposiciones sobre temas religiosos, históricos y culturales.
También encontrarás una biblioteca religiosa y cultural que alberga una vasta colección de libros y manuscritos sobre teología, historia islámica, y literatura clásica. La biblioteca es un lugar de aprendizaje tanto para locales como para visitantes, y ofrece una ventana fascinante a la rica herencia intelectual del Islam. Es un espacio donde los estudiosos y estudiantes pueden explorar textos sagrados y literatura religiosa, además de participar en debates y lecturas guiadas que exploran la fe desde una perspectiva contemporánea.
Fuera de la sala de oración, los jardines que rodean la mezquita ofrecen un espacio tranquilo para la contemplación. Con palmeras alineadas y fuentes que emiten un murmullo suave, es el lugar perfecto para detenerse y absorber la belleza y la paz que emanan de este santuario en medio del bullicioso casco antiguo de Sharm el-Sheij.
Recomendaciones e información de interés: consejos para disfrutar de la visita
Al planificar una visita a la Mezquita Al Sahaba, es importante tener en cuenta algunos aspectos para garantizar una experiencia placentera y respetuosa. Al igual que en cualquier lugar de culto islámico, se espera que los visitantes sigan un código de vestimenta adecuado. Los hombres deben vestir pantalones largos y evitar camisetas sin mangas, mientras que las mujeres deben cubrirse los brazos y el cabello, así como usar faldas o pantalones largos. No obstante, muchos lugares cercanos ofrecen pañuelos y otras prendas si no cuentas con ellas al llegar.
Además, es importante planificar la visita teniendo en cuenta los horarios de oración, ya que durante estos momentos la mezquita estará cerrada a los turistas. Se recomienda visitar la mezquita por la mañana o al atardecer, cuando la luz natural resalta los detalles arquitectónicos y el lugar es menos concurrido.
Si bien no es necesario pagar una entrada para visitar la mezquita, se aprecia que los visitantes hagan una pequeña donación que contribuye al mantenimiento del edificio. Estas contribuciones ayudan a preservar este majestuoso espacio para las generaciones futuras.
