En una primera visita a la Alhambra, en Granada, choca toparse con el Palacio de Carlos V, una construcción del siglo XVI de grandes dimensiones y al “estilo romano” -a petición del emperador-, ya que contrasta con el estilo nazarí de la Alhambra (siglo XIV), obra cumbre del arte andalusí.
Aunque las obras del Palacio de Carlos V de la Alhambra se iniciaron en 1533, el edificio no se dio por concluido hasta 1958 por múltiples problemas que se sucedieron a lo largo de los siglos, como la falta de fondos o la sublevaciones en las obras. El Rey de España y emperador electo de Alemania ordenó construir un edificio que fuera acorde con el Sacro Imperio Romano Germánico y el triunfo de la cristiandad frente al islam.
Merece la pena su visita solo por contemplar el impresionante patio circular dentro de una construcción cuadrada. Y si tenemos tiempo, el palacio alberga el Museo de la Alhambra y el Museo de Bellas Artes: con sus colecciones de arte nazaríes y su selección de pintura y escultura de arte granadina, el visitante aprenderá sobre el arte producido en Granada a lo largo del tiempo.
- Historia del palacio: Carlos V y La Alhambra
- De estilo renacentista innovador, el manierismo
- Información sobre la visita al palacio
Historia del palacio: Carlos V y La Alhambra
El emperador Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico y Carlos I de España se casó en el Real Alcázar de Sevilla con su prima Isabel de Portugal, nieta de los Reyes Católicos, al igual que él. Tras el enlace, ambos pasaron un tiempo en la Alhambra, de la que se quedaron impresionados.
Carlos V ordenó construir un nuevo palacio en la Alhambra -también llamada “fortaleza roja”-como residencia más permanente que las estancias que ya habían habilitado los Reyes Católicos en 1492 y a la altura de su imperio “donde no se ponía el sol”.
El edificio se comenzó a edificar en el corazón de la Alhambra musulamana, en un extremo del patio de los Arrayanes. Para construir el palacio se tuvo que derribar un pabellón, lo que exacerbó las críticas; en aquella época era frecuente destruir palacios y templos de ciudades sometidas, pero Carlos V supo apreciar la belleza la Alhambra y sintió la necesidad de conservarla y vivirla desde dentro.
Pedro Machuca, reconocido pintor y arquitecto de la época con formación en el círculo artístico de Roma, fue el encargado de iniciar y dirigir las obras desde 1533 hasta 1550. Posteriormente, le sucedió su hijo Luis hasta que llega un parón durante 15 años por la rebelión de los moriscos de Granada en 1568. Hasta 1637 continuaron las obras, pero luego se abandonaron. En 1923 se retomaron para concluir en 1958 bajo la dirección del arquitecto Francisco Moreno Prieto.
De estilo renacentista innovador, el manierismo
Rumores de aquella época cuentan que el arquitecto que inició las obras, Pedro Manchuca, durante su formación en Roma fue discípulo de Miguel Ángel. Manchuca fue rompedor al diseñar un palacio al estilo manierismo, que era nuevo para la época, proyectando las fórmulas clásicas de la época grecorromana -simbolizaban poder y perfección- que fueron rescatadas del Renacimiento.
Su patio circular de 30 metros de diámetro, inscrito en una planta cuadrada de 63 metros de largo y 17 de altura, fue algo muy innovador para la arquitectura renacentista. El patio tiene dos plantas y sobrecoge por su austeridad: la inferior cuenta con 32 columnas de estilo dórico y la superior con columnas de estilo jónico. El techo de los pasillos interiores tienen un techo de casetones de madera.
Antes de llegar al patio, el visitante observará la fachada exterior, siendo la sur y la oeste las más importantes. El nivel inferior de la fachada es almohadillado, de estilo dórico o toscano, y el superior con pilastras jónicas. Por la portada sur se accedía a los aposentos de Isabel de Portugal y por la portada oeste, que es la fachada principal y de acceso al palacio, se accedía a la zona palatina del emperador.
Del diseño también cabe destacar el empleo de la capilla octogonal, que es la segunda estructura central del palacio.
Información sobre la visita al palacio
La entrada al Palacio de Carlos V se incluye en la entrada general para visitar la Alhambra, tanto con guía o por libre. Existe la opción de contemplar el palacio y la Alhambra de noche, acompañados por un guía turístico: sin duda, una experiencia única para cualquiera.
Por otro lado, el palacio del emperador español alberga también dos museos: el Museo de la Alhambra y el Museo de Bellas Artes.
Museo de la Alhambra
Creado en 1942 como Museo Arqueológico de la Alhambra, en 1962 pasó a denominarse Museo Nacional de Arte Hispano-musulmán hasta que en 1994 adquiere su actual denominación. Situado en la planta baja del ala sur del palacio, el visitante puede contemplar una gran colección de arte nazarí procedente de las excavaciones y restauraciones realizadas en la “fortaleza roja”. La entrada es gratuita.
Museo de Bellas Artes
Situado también en la planta baja del edificio, están expuestas obras escultóricas y pictóricas realizadas en Granada entre los siglos XV y XX. El visitante podrá admirar obras maestras de diferentes estilos y épocas (barroco, neoclasicismo o romanticismo) de los siglos XIX y XX y, otras, de siglos anteriores. La entrada cuesta 1,5 euros.
