En realidad, la pregunta no es dónde comer en París, sino qué. O cómo y, sobre todo, por cuánto. Y es que la capital francesa es uno de los epicentros mundiales de eso que se llama “buen comer” y son miles y miles sus negocios hosteleros. 

Aquí, en los fogones de sus mejores restaurantes, se han formado y siguen haciéndolo muchos de los mejores cocineros de todo el planeta. Porque es en la haute cuisine, creadas sus bases por Escoffier y Carême, donde se asienta el éxito de alta cocina francesa e internacional en la actualidad. 

Por tanto, París es uno de los mejores lugares del mundo para disfrutar de la comida. Sobre todo si se está dispuesto a pagar lo que cuesta vivir experiencias realmente únicas. Aunque bien es cierto que con paciencia, afán de descubrimiento y de experimentación y procurando evitar los negocios más enfocados al turismo, opciones hay para casi todos los bolsillos.

En este tema ofrecemos una selección de restaurantes que abarcan desde la estratosfera culinaria reconocida con estrellas Michelin hasta los locales de comida rápida y “de calle”. Por supuesto, sin olvidar las típicas brasseries, bistrots y crêperies.

  1. Zonas recomendadas para comer bien en París
  2. Restaurantes tradicionales: bistrots y brasseries
  3. Cuáles son los mejores restaurantes de París
  4. Opciones económicas y street food
  5. Consejos para reservar y evitar trampas para turistas

Zonas recomendadas para comer bien en París

Cuando se busca dónde comer en París, sobre todo bien, lo recomendable es evitar los masificados negocios de las zonas más visitadas. Ante todo, porque la calidad puede no ajustarse a lo que se paga y también por evitar colas interminables. Pero, incluso en los arrondissements (distritos) más turísticos, siempre hay opciones recomendables. 

Le Marais

Es el barrio gastronómico por definición del París histórico. En sus grandes restaurantes y, a veces, en negocios de escasas mesas experimentan con ingredientes y sabores muchos de esos nuevos cocineros que luego despuntarán en las guías de la alta cocina francesa. 

Entre los ejemplos están el restaurante-terraza del Museo Carnavalet, la crêperie Tycoz, la divertida propuesta de Casa Loca o el homenaje a la cocina tunecina de Aldehyde.

Barrio Latino-Saint Michel

Sí o sí hay que comer o cenar en alguna de las divertidas terrazas del que probablemente sea el barrio más animado de París. Eso sí, las trampas para turistas están a la orden del día, sobre todo a la hora de pagar la cuenta. 

Así que conviene ir sobre seguro. Por ejemplo en restaurantes como el japonés Wadon Izakaya, los gastronómicos Le Christine y Bistro des Livres o la sorprendente propuesta finlandesa de Café Maa.

Saint-Germain des Pres

Vecino al anterior, este barrio alberga negocios tan recomendables como la fusión franco-japonesa de Shiro; el bistronómico Sauvage; Rech, especializado en pescado y con el sello de Alain Ducasse, uno de los grandes de la cocina francesa actual; o Tina, un agradable bar de tapas. 

Montmartre-Pigalle

De la época (principios del siglo XX) en que los mejores artistas del mundo se asentaron en esta zona queda el recuerdo y miles de turistas que cada día procuran encontrar sus huellas. Reclamo perfecto para la proliferación de negocios hosteleros, algunos de dudosa calidad. 

Pero, por fortuna, siempre hay agradables excepciones. Una de ellas es Chez Marguerite, con su carta de clásicos franceses. Y también están el italiano Bistrotto, el innovador Le Boréal y la cocina mediterránea de Sosso.

Restaurantes en Montmartre

Louvre-Rivoli

Este barrio señorial, epicentro de la gran cultura francesa y de las compras de lujo, alberga también algunos de los mejores restaurantes y alojamientos de la ciudad. Desde luego, no es una zona para todos los bolsillos, tampoco en lo gastronómico. A cambio, la calidad y la creatividad están garantizadas.

Una buena opción es la suntuosa carta de cocina francesa de Nolinski Paris. O la conmovedora propuesta del chef Clémet Vergeat en su restaurante Tracé, además de la cocina vegetariana con queso de Maslow, a orillas del Sena, o el íntimo y gastronómico Nhome, del chef Matan Zaken., solo para 20 comensales.

Campos Elíseos

Más allá de las compras, los Campos Elíseos son un buen lugar donde comer en París. Eso sí, a veces a precios estratosféricos. No en vano, en torno a la principal avenida de la ciudad se sitúan muchos de los restaurantes reconocidos con estrellas por la prestigiosa Guía Michelin.

Con o sin ese reconocimiento, siempre es recomendable sentarse a la mesa de negocios como Bonne Table, que apuesta por la responsabilidad y la integración social; Réséda Café, en el Grand Palais y con el sello del chef Thierry Marx; y Origine, para comensales muy, muy gastrónomos.

Montparnasse

Casi todos vienen a esta zona por las compras, por su halo de barrio artístico y para disfrutar de las vistas desde la Torre de Montparnasse. Pero también es una buena opción para comer (bien), a veces incluso a precios razonables. 

Entre las propuestas destacan locales como Papalito, abierto del desayuno a la cena y especializado en cocinas latinoamericanas, la carta contemporánea de Capsule, la tetería marroquí Maison Ambré o Binchotan y sus platos cocinados a las brasas de carbón.

Canal Saint-Martin

Cerca de la Place de la République y poco conocida por el gran turismo, esta zona se ha especializado en la buena gastronomía, con comercios donde se venden especialidades francesas y de otros lugares del planeta. También hay numerosos restaurantes, boulangeries, patisseries, crêperies y bocadillerías, para placer de comensales de todo tipo.

Entre los ejemplos están la terraza Le Café A, la insospechada cocina jamaicana de Oh my Jerk, los dim sums maridados con cócteles de Wukong The Grand Master, la tienda (con degustaciones) Martha Paris o el nuevo y bristonómico Fugue. 

Restaurantes tradicionales: bistrots y brasseries

Las braserries y bistrots son los lugares más populares (y lógicos) donde comer en París. Más tarde que pronto quien visita la ciudad acaba sentándose a la mesa de cualquiera de ellos, mejor si en las mesas de fuera, donde contemplar la animada vida parisina. Esta es una pequeña selección de los muchísimos (inabarcables) que hay. 

Brasserie des Prés (6 C. du Commerce Saint-André)

En el Barrio Latino, su carta va de los clásicos franceses a platos más contemporáneos, a partir de una cocina sencilla pero bien resuelta. La terraza, casi siempre muy concurrida, es ideal para disfrutar del ambiente de la zona.

Bistro des Lettres (53 Boulevard Saint-Germain)

En pleno Saint-Germain des Prés, este bistrot se caracteriza por un ambiente relajado y literario. Marco ideal para una cocina basada en recetas tradicionales, ideal tanto para el almuerzo como para la cena.

Bofinger (5-7 Rue de la Bastille)

Una institución en París, este restaurante de estilo alsaciano lleva más de un siglo sirviendo chucrut, embutidos y cervezas en un espectacular salón Art Nouveau. Está muy próximo a la emblemática Plaza de la Bastilla.

Le Vieux Bistrot (54 Rue Mouffetard)

En una de las calles más animadas del Barrio Latino, se puede decir que es un bistrot “de toda la vida”. La decoración tradicional, las mesas apretadas y los platos clásicos hacen que la experiencia sea auténticamente parisina, lugar idóneo para compartir y tener pocas prisas.

Bellanger (140 Rue du Faubourg Poissonière)

Con un aire retro inspirado en las grandes brasseries de principios del siglo XX, ofrece una selección de platos asequibles y variados. Es una buena parada en la visita a los barrios del norte de París.

L’Alsace (39 Avenue des Champs-Élysées)

Abierta las 24 horas del día, esta brasserie es un clásico en esta célebre avenida. Está especializada en marisco y platos alsacianos. Pero también es ideal para un desayuno o para tomar un trozo de tarta en cualquier momento del día.

Le Bistro des Augustins (39 Quai des Grands Augustins)

Pequeño, acogedor y con vistas al Sena, este bistrot está a dos pasos de Nôtre-Dame. Sus gratins (platos al horno) caseros son muy populares y el ambiente, sencillo y muy agradable, invita a quedarse más.

Bistro Victoires (6 Rue de la Vrillière)

A un paso del Palais Royal y de la Bolsa, este bistrot es conocido por tener unos precios razonables y por su generosa carta de cocina típica parisina. Todo en un local de decoración clásica y con un ambiente casi siempre bullicioso.

Cuáles son los mejores restaurantes de París

Entre las mejores opciones para comer en París está el Bistrot Laurel, el restaurante del hotel Occidental Paris Levallois, especializado en cocina francesa contemporánea, con importantes dosis de sofisticación. Todo, en un ambiente muy agradable, incluso íntimo. Su propuesta se puede complementar, antes o después, con la carta de vinos y otras bebidas que sirven en Le Bar.

Además, aquí están algunos de los restaurantes más premiados y reconocidos de París tanto por publicaciones y prensa especializada como por los usuarios:

Epicure (112 Rue du Faubourg Saint-Honoré)

Es uno de los grandes tesoros de la alta cocina parisina. Su comedor clásico, abierto a un cuidado jardín, ofrece el marco perfecto para una propuesta culinaria precisa y con una elegancia extrema. Cada plato que sale de las manos y la mente del chef Éric Frechon supone una experiencia realmente inigualable.

L’Ambroisie (9 Place des Vosgues)

Este restaurante representa la quintaesencia de la alta cocina francesa. Bernard Pacaud firma platos de una perfección técnica y un clasicismo que seducen a paladares muy, muy exigentes. Todo en un entorno de lo más aristocrático.

Alléno au Pavillon Ledoyen (8 Avenue Dutuit)

En los jardines de los Campos Elíseos se encuentra este histórico pabellón del siglo XIX, transformado por Yannick Alléno en el escenario perfecto para su audacia y creatividad. La carta es producto de una investigación constante en torno a los sabores.

Pierre Gagnaire (6 Rue Balzac)

A un paso de los Campos Elíseos, este restaurante encarna la visión poética y vanguardista de ese chef. Aquí ejecuta una cocina en constante evolución, con creaciones inesperadas que se sirven en un comedor de elegancia contemporánea.

Arpège (84 Rue de Varenne)

Lugar de culto para los amantes de los productos vegetales, de los que el chef Alain Passard se declara rendido admirador. En un espacio sobrio y contemporáneo, este visionario ofrece su delicada cocina, con ingredientes que en gran parte vienen de sus propios huertos biodinámicos.

Le Pré Catelan (Bois de Boulogne)

Una grata sorpresa este refinado restaurante, en un palacete de estilo Belle Époque situado en uno los espacios verdes más extensos y con más personalidad de París. En ese contexto tiene todo su sentido una carta que le da importancia a los vegetales, a los productos de origen orgánico y a un cuidado estético extremo en las presentaciones.

Opciones económicas y street food

Sí, aunque no sea tan obvio y aunque, incluso, pueda resultar extenuante, en París se puede comer a precios más o menos razonables, que no del todo baratos. Para ello hay algunas cadenas de comida rápida, bocadillerías, crêperies y todo tipo de cocinas del mundo, de China a México, y de Turquía a las consabidas hamburguerserías estadounidenses. Ofrecemos algunas buenas ideas.

Burger & Fries (95 Boulevard Saint-Germain)

Es una hamburguesería, sí, pero con un estilo bastante francés. Entre sus atractivos está el hecho de que abren hasta las 2 de la madrugada.

Faste-Croque Monsieur Paris ((52 Rue du Faubourg Saint-Martin)

Especialistas en ese tipo de sándwiches a la francesa, con abundante queso y bechamel. Los rellenan de pastrami, jamón, vegetales y muchos otros ingredientes. 

L’As du fallafel (34 Rue des Rosiers)

Con ese nombre pocas sorpresas hay respecto a lo que aquí se come. Eso sí, sorprende la calidad y el hecho de estar en pleno barrio de Le Marais.

Chez Nicos (44 Rue Mouffetard)

Generosas crêpes y galletes tanto en tamaño como en cantidad de relleno. Está muy cerca del Museo Curie y de la Gran Mezquita de París.

Au P’tit Grec (66 Rue Mouffetard)

Exitoso local donde sirven pitas y crêpes rellenas de los más diversos ingredientes, casi todos sanos y muy mediterráneos, a unos precios razonables, teniendo en cuenta que estamos en París.

Consejos para reservar y evitar trampas para turistas

Siempre que sea posible, conviene reservar en la propia página del restaurante, evitando webs de dudosa autoría e intenciones. Sobre todo si se toma la decisión de ir con, al menos, 24 horas de antelación. Las reservas también se pueden hacer por teléfono. En ese caso, es posible que se solicite el número de una tarjeta de débito/crédito para cubrir parte del coste del no-show (no presentación en el restaurante). 

En ciertas zonas turísticas asaltan (literalmente) a los paseantes los reclamos de los restaurantes, personas que invitan y acompañan a las mesas a los comensales captados. Para ello se valen de promesas de precios y de platos que luego no tienen su reflejo ni en la cuenta ni en las expectativas culinarias que despiertan. 

Ante esto, como siempre, se impone el sentido común: antes de sentarse a la mesa de un restaurante conviene pedir la carta, echar un vistazo a lo que comen el resto de clientes y pedir en función de los gustos y la economía de cada cual. 

Antes de abonar la cuenta conviene revisar que no estén cobrando por “conceptos ocultos”. Por ejemplo, el uso del baño o el servicio de terraza (siempre y cuando no esté especificado así en la carta). De forma oficial, en la minuta se incluye un 15% por servicio. Y respecto a las propinas, siempre deben ser una gentileza del cliente, nunca una imposición de la casa, ya que además es ilegal fijar un importe por ese concepto.