Con tres días, puedes disfrutar de Faro sin prisas y explorar sus alrededores, llenos de playas vírgenes, pueblos tranquilos y experiencias únicas. La ciudad se convierte en la base ideal para combinar historia, naturaleza y sabor portugués con toda la calma.
También conocida como Arco da Vila, esta icónica puerta es reflejo del rico patrimonio cultural de la capital del Algarve portugués
Descubre uno de los grandes tesoros ecológicos del sur de Portugal, una laguna costera en perpetua transformación que acoge salinas centenarias, dunas móviles, aldeas de pescadores y especies únicas donde la vida avanza al ritmo de las mareas.
Descubre el Algarve más auténtico en esta encantadora ciudad marinera que conserva parte de su antigua muralla árabe, los restos romanos de Milreu y un casco histórico tranquilo con acceso a la Ría Formosa.
Frente a las costas de Faro, la isla más salvaje del Parque Natural da Ria Formosa nos recibe sin carreteras ni viviendas, solo una lengua de arena y conchas que ofrece playas infinitas y senderos sobre pasarelas de madera en el punto más meridional de Portugal continental.
Una cueva marina con techo abierto al cielo, acantilados de caliza y una playa escondida a la que solo se llega por mar: así es Benagil, una de las joyas naturales más asombrosas del Algarve.
La comida es parte fundamental del disfrute cuando se viene al Algarve. Aquí se vive la gastronomía de una forma muy intensa y se puede comprobar en los mejores y más tradicionales restaurantes de Faro.
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