El Puerto de Faro es un espacio recreativo y de ocio en torno al universo de los barcos deportivos que bien merece la pena visitar en una escapada al Algarve portugués. En primer lugar, porque está situado en un entorno natural bellísimo. Se halla en la Ria Formosa, un parque natural formado por marismas y canales que se extienden en torno a una gran superficie que llega hasta el océano Atlántico. En segundo lugar, porque es una zona que forma un ecosistema muy importante para las aves migratorias y la vida marina. En tercer lugar, porque el puerto recreativo recibe al visitante con una escultura con un gran corazón que reproduce a gran tamaño las letras de ‘Faro’ y donde podrás inmortalizar tu paso por allí. Y porque, seguro, lo pasarás muy bien.
En el encantador puerto deportivo de Faro atracan barcos de pesca pintados con alegres colores y yates de recreo. Sin embargo, la altura de las embarcaciones está muy restringida por el puente de ferrocarril que hay en su entrada.
Hay que resaltar que de aquí parten los barcos que hacen las excursiones hasta el Parque Natural Ria de Formosa. Desde ellos se pueden ver flamencos, espátulas y muchas otras especies de aves, además de caballitos de mar, que se suelen esconder entre las praderas marinas.
- Ocio en medio de una gran belleza natural
- Qué podrás ver en la Marina de Faro
- Restaurantes y ocio en la Marina de Faro
Ocio en medio de una gran belleza natural
Con capacidad para más de 250 embarcaciones, el Puerto Deportivo de Faro es bastante moderno y en su entorno hay una importante zona de entretenimiento y de ocio, con bares, restaurantes, comercios, locales nocturnos y cafeterías. Lógicamente, las instalaciones sanitarias y logísticas del puerto son importantes, por no hablar de su indiscutible belleza natural.
No se encuentra muy lejos del centro urbano de la localidad de Faro y es la puerta de entrada al Parque Natural Ria Formosa. Se trata de un sistema único de lagunas costeras que se extiende a lo largo de 60 kilómetros por la costa del Algarve, entre Manta Rota y Vale do Lobo. Hay que destacar que en este parque la biodiversidad es enorme.

Merece la pena recordar que Faro tuvo una gran importancia en el Imperio romano, cuando se convirtió en un gran puerto comercial llamado Ossonoba, en torno al siglo III a.C. Su posición estratégica también llamó la atención de invasores posteriores, entre ellos los visigodos y los árabes, hasta que quedó finalmente bajo control portugués en el año 1249.
El puerto actual poco tiene que ver con el de aquellos tiempos, pero se pueden detectar aún huellas del pasado en algunos edificios que dan fe de la influencia arquitectónica árabe.
Qué podrás ver en la Marina de Faro
Si te gusta la navegación a vela o en yate, o simplemente contemplar barcos, Marina de Faro es un lugar que te va a apasionar. Ofrece excelentes instalaciones en torno a los amarres, donde atracan embarcaciones de hasta 15 metros de eslora. Además, los propietarios de barcos tienen que saber que este puerto deportivo cuenta con muchos servicios, como estaciones de repostaje, eliminación de residuos o lavandería, los cuales garantizan una estancia confortable para quienes utilizan sus instalaciones. Incluso, existe un astillero con maquinaria moderna y técnicos cualificados para aquellos barcos que necesiten alguna reparación o algún tipo de mantenimiento. Aquí también se pueden ocupar de la limpieza del casco, del mantenimiento del motor o, incluso, de la reparación de las velas.
Como este puerto deportivo está a un paso del centro urbano de Faro, conviene programar un paseo por el casco antiguo de esta bonita localidad del Algarve, con sus estrechas calles empedradas y sitios tan singulares como la Catedral, el Teatro Lethes o el Museo Municipal.

Restaurantes y ocio en la Marina de Faro
En el Puerto Deportivo de Faro abundan los restaurantes y bares donde se ofrecen los deliciosos platos de la cocina tradicional del Algarve portugués, elaborados con productos frescos locales y marisco recién capturado en el Atlántico. No olvides dar una agradable caminata por el paseo marítimo, bordeado de palmeras, mientras contemplas los yates y los barcos que se mecen sobre el agua.
Además del célebre ‘bacalhau a bras’, los visitantes que llegan a Marina Faro deberían probar aquí los ricos arroces con pescado que elaboran y platos tan tradicionales como la cataplana de pescado y marisco, el pollo piri-piri, las sardinas a la brasa, las zanahorias aliñadas, el ‘cozido a portuguesa’ o el ‘Dom Rodrigo’, un postre que se prepara con almendra, canela, azúcar y yema de huevo.
