San Vicente de la Barquera es uno de los pueblos más turísticos y bonitos de Cantabria. Se ubica en el centro del Parque Natural de Oyambre, en la costa occidental cántabra, a unos 60 kilómetros de la capital, Santander. Como su propio nombre indica, las embarcaciones forman parte de su paisaje y de su historia al ser una localidad de tradición marinera. De hecho, su puerto pesquero sigue siendo uno de los más importantes de la región.
Con los Picos de Europa de fondo si miramos desde la orilla de enfrente, a la que se conecta a través del Puente de la Maza (siglo XVI), esta villa se enclava en una bahía formada por un doble brazo de mar, lo que hace que tenga una verdadera foto de postal para cualquier viajero que se acerque. Además, su atractivo histórico es otro de los reclamos: el conjunto monumental de la Puebla Vieja medieval de San Vicente de la Barquera fue declarado como bien de interés cultural en 1987 por edificios históricos como la iglesia-fortaleza de Santa María de los Ángeles (siglo XIII) y el Castillo del Rey (siglos XIII-XIV).
Desplazándonos por carretera, hay varias playas que hacen las delicias de bañistas y surfistas, aparte de la riqueza natural que ofrece el Parque Natural de Oyambre en forma de rías, acantilados, prados o bosques.
Uno o dos días son suficientes para descubrir a fondo San Vicente de la Barquera, un lugar en el que no tampoco faltan restaurantes con lo mejor de la gastronomía local.
- Historia de una villa pesquera
- Qué ver en San Vicente de la Barquera
- Dónde comer en San Vicente de la Barquera
Historia de una villa pesquera
San Vicente de la Barquera es la última localidad de la costa cántabra occidental antes de llegar a Asturias y se ubica en un enclave privilegiado: en torno a las rías de Rubín y Pombo, en una bahía con dos brazos de mar que rodean las colinas en las que se ubica su Puebla Vieja medieval, con los Picos de Europa de fondo, y en un punto en el se cruzan el Camino de Santiago del Norte y el Camino Lebaniego.
Gracias a su ubicación junto a la bahía, diferentes historiadores han situado en el lugar que ocupa la localidad actual a la antigua Evencia romana y ubican aquí el Portus Vereasueca. Siglos antes de los romanos, según los vestigios del yacimiento megalítico de El Bernal, se cree que habitaron en la zona cántabros orgenomescos (Edad de Bronce).
Es en el siglo VIII cuando el rey Alfonso I repobló y fortificó la villa, construyendo un castillo a partir del cual se fueron desarrollando sus alrededores. En 1210 hay un periodo de crecimiento económico y es precisamente en el siglo XIII cuando la villa toma su nombre actual del mártir aragonés, San Vicente.
Este periodo de auge económico se debe a los Fueros concedidos por Alfonso VIII, que conllevaban ciertos privilegios, por el comercio marítimo y los derechos de pesca. San Vicente de la Barquera formaba parte de las conocidas como “Cuatro Villas de la Costa” junto con Castro Urdiales, Santander y Laredo. Entre sus logros marineros se cuentan la reconquista de Sevilla o las expediciones a Terranova para pescar bacalao.
Sin embargo, como sucede tantas veces en la larga historia de los pueblos, a mediados del siglo XV entró en decadencia fruto de sucesivos incendios y epidemias.
Notoria fue la visita del emperador Carlos I en 1517 en su recorrido para ser nombrado monarca. La villa lo festejó y acogió, hecho que todavía se rememora en la localidad.
En los siglos sucesivos, destacar que es en 1822 cuando se configura como ayuntamiento constitucional.
Qué ver en San Vicente de la Barquera
Un punto de partida ideal es arribar a esta bella villa marinera desde la otra orilla, a través del Puente de la Maza. Una vez en el núcleo urbano, el gran atractivo es su Puebla Vieja medieval, pero hay más, como puedes leer a continuación, en la lista con todo lo que tienes que visitar en San Vicente de la Barquera.
El Castillo del Rey
El Castillo de San Vicente de la Barquera, más conocido como Castillo del Rey, se encuentra en uno de los puntos más altos de la localidad cántabra, junto a la Iglesia de Santa María de los Ángeles. Desde aquí, podemos disfrutar de una de las mejores vistas del pueblo y de su privilegiado entorno natural con vistas al mar Cantábrico.
Su edificación actual data de la construcción realizada a partir del año 1210 durante el reinado de Alfonso VIII, aunque se considera que se encuentra en el mismo lugar en el que Alfonso I alzó el primer castillo de la villa en el siglo VIII.

Esta fortaleza es uno de los mejores ejemplos conservados de arquitectura defensiva de toda Cantabria. Con más de 50 metros de largo y 20 de ancho, es de forma alargada y tiene dos torres -una al oeste y, otra, al este-.
En la actualidad es un centro cultural y se puede visitar para disfrutar de su programación o para ver una exposición que cuenta la historia de San Vicente de la Barquera.
La iglesia de Santa María de los Ángeles
A menos de cinco minutos a pie desde el Castillo Real, y en un promontorio desde el que también se divisa la localidad en todo su esplendor, se ubica el otro monumento imprescindible de visitar en San Vicente de la Barquera: la iglesia-fortaleza de Santa María de los Ángeles.
Construida entre los siglos XIII y XVI, con un estilo gótico conocido como montañés. Se han ido añadiendo elementos posteriores, como su torre campanario, que data del siglo XIX. De su interior destaca el sepulcro renacentista y hecho en mármol del inquisidor Antonio del Corro, con una escultura funeraria de gran belleza.

El Puente de la Maza
Veintiocho arcos de medio punto (u ojos) sostienen el Puente de la Maza, de 500 metros de longitud. Construido entre los siglos XV y XVI por orden de los Reyes Católicos, fue considerado una de las mayores obras de ingeniería de su tiempo porque comunica la localidad cántabra con la otra orilla atravesando la ría de San Vicente.
Su edificación cambió las comunicaciones de la comarca. Según una leyenda local, se alzó gracias a un pacto con el diablo: cada noche, desaparecía una parte de lo construido durante el día, así que un maestro cantero pactó con el mismísimo Satanás para acabarlo. ¿Y qué exigió a cambio? El alma del primero que cruzase el punte una vez finalizado.

El convento de San Luís
Este antiguo convento de los monjes franciscanos y de adoración a San Luis fue edificado en el siglo XV y se sitúa en frente del Puente de la Maza. De su esplendor del pasado ahora queda un esqueleto en ruinas, pero conserva un halo místico y está en un enclave natural de gran belleza. El declive llegó con la Desamortización de Mendizábal (siglo XIX) y, tras su abandono, parte de sus piedras se utilizaron para una iglesia y un hotel de la zona.
Aquí fue donde se hospedó Carlos I en su primera visita a España (1517) en su camino hacia la meseta para ser coronado rey. El futuro monarca tenía 17 años. Tuvo que quedarse varios días por lo que la villa celebró una corrida de toros en la playa con la marea baja.
Se puede visitar con cita previa, a través de la Oficina de Turismo de la localidad.
La Torre del Preboste
La Torre del Preboste de San Vicente de la Barquera es un robusto torreón que está junto a la puerta medieval de Barrera, también conocida como Puerta de Santander. A menos de 10 minutos a pie desde el Convento de San Luis.
En su origen fue la sede del preboste, es decir, el espacio oficial de recaudación de impuestos durante la Edad Media. Más tarde hizo las veces de cárcel pública de la villa.
El Santuario de la Barquera
Es uno de los edificios más emblemáticos, por su conservación y por la zona en la que se encuentra, junto a la entrada del puerto marítimo. Para acceder a este templo hay que cruzar el otro puente que cruza otro brazo de mar, el llamado puente de la Barquera. Este santuario data del siglo XV y su interior alberga la imagen de la virgen de la Barquera, que es la patrona local.
Cuenta la leyenda que la escultura de esta virgen arribó al lugar en el que se ubica hoy este santuario un “martes de Pascua florido” en una pequeña barca en la que no había ni tripulación, ni velas ni remos. En honor de la virgen de la Barquera se celebra la festividad de La Folía el martes de Pascua.
Las Playas más cercanas a San Vicente de la Barquera
San Vicente de la Barquera tiene muy próximas un abanico de playas de gran belleza natural. La de Merón es, por excelencia, la playa de San Vicente de la Barquera. Con cuatro kilómetros de longitud, hace las delicias de muchos surfistas por sus olas y, también, de bañistas que quieren disfrutar de su arena fina y blanca y salida a mar abierto.

Al lado de la de Merón está la playa del Rosal y, unos kilómetros más lejos, la de Oyambre, que también goza de varios kilómetros de arena fina y está ubicada en un entorno salvaje. Para llegar a Oyambre desde San Vicente de la Barquera hay que coger el coche y conducir por carretera unos 10 minutos.
Dónde comer en San Vicente de la Barquera
En su página web, el ayuntamiento de San Vicente de la Barquera pone a disposición de los usuarios un listado de bares y restaurantes. De la gastronomía de la zona hay que probar el arroz con bogavante y el sorropotum, un plato tradicional de puchero a base de bonito, patatas, cebolla, pimiento y tomate, que comían los marineros de los barcos atuneros del mar Cantábrico.
El restaurante Sotavento (Avenida Miramar 16) es uno de los más recomendados por los usuarios de TipAdvisor y, también, lo selección la Guía Michelín. Aquí es posible comer el mejor pescado de la zona y buenos arroces.
En el número 18 de la misma calle, Miramar, se encuentra el restaurante Puente la Maza otro establecimiento para degustar también platos tradicionales y de calidad, pero quizá con precios más asequibles para el bolsillo. También hay platos de puchero.
