A escasos kilómetros de la frontera con Portugal y al noroeste de Cáceres se ubica San Martín de Trevejo, una pedanía del término municipal de la localidad de Villamiel que cuenta con una lengua propia, a fala o mañegu, que deriva del galaico-portugués y que se ha transmitido de generación en generación desde hace más de ocho siglos. Es uno de los 20 pueblos que conforman el conjunto de la comarca de la Sierra de Gata y se encuentra en un bello enclave natural, el Valle de Jálama .
En 2019 fue incluido en la asociación de Los pueblos más bonitos de España por su valor histórico y por su arquitectura tradicional, caracterizada por casas de tres alturas (una de ellas, la planta baja o bodega donde se guardaba el ganado), con entramado de madera y adobe. El buen estado de conservación de su arquitectura le ha valido a esta localidad extremeña ser declarada como Bien de interés cultural en la categoría de Conjunto Histórico.
Desde su antiguo castillo -ahora en ruinas- se contemplan unas bellas del entorno de la Sierra de Gata, un atractivo también para turistas ávidos de hacer senderismo en plena naturaleza.
- Historia de San Martín de Trevejo
- Qué ver en Trevejo, uno de los pueblos más bonitos de España
- Visitas cercanas y senderismo
- Dónde comer en Trevejo
Historia de San Martín de Trevejo
En la época de la Reconquista en torno al siglo IX, los musulmanes construyeron fortalezas en la Sierra de Gata para defenderse de los cristianos. Una de ellas fue Trevejo.
Con la expulsión de los musulmanes, la sierra fue dividida por las órdenes militares leonesas en tres encomiendas (relación feudal): Salvaleón (Orden de Alcántara), Trevejo (Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén) y Santibáñez (Orden de Alcántara). En el siglo XII, Fernando II toma el lugar y dona el castillo musulmán a la Orden de los Hospitalarios.
En 1789 se nombra el último comendador de la Orden de San Juan de Jerusalén. Después, la villa perteneció a la provincia de Salamanca hasta 1833 y también a la diócesis de Ciudad Rodrigo hasta 1958, fecha a partir de la cual forma parte de la Comarca de la Sierra de Gata formando parte del término municipal de Villamiel.
En cuanto a su lengua propia, el mañego -variante local de la fala-, nació por la llegada de leoneses y gallegos a lo largo de los años, personas que hablaban el astur-leonés y el galaico-portugués. A fala es una lengua que hablan otros habitantes del Valle de Jálama.
Qué ver en Trevejo, uno de los pueblos más bonitos de España
San Martín de Trevejo (Cáceres) es un pueblo pequeño y fácil de recorrer, pero con un encanto que hace que el viajero se detenga en muchos detalles: desde observar el agua cristalina discurrir por las estrechas calles empedradas a través de finos canales o regatos -se utilizaban antiguamente para llevar el agua a las huertas que había dentro de las viviendas-, hasta las características casas tradicionales de tres alturas o las casas palacio señoriales con sus escudos de armas.
Normalmente el recorrido de una mañana o un día arranca en su Plaza Mayor, punto neurálgico y destacado del casco histórico. En esta plaza, de trazado rectangular con un pilón de agua potable que data de 1888, destacan los soportales de madera soportados por pilares de granito; la torre-campanario (siglo XVI), que era una antigua torre de vigilancia y que lleva el escudo de armas de Carlos V; y la casa del comendador de la orden de San Juan de Jerusalén.

Desde esta plaza, si el viajero se pierde por las callejuelas de San Martín de Trevejo, podrá detenerse en alguna de sus casas populares de entramado de madera de castaño y ladrillo de adobe. En su planta baja, a la que se accede a través de una gran puerta de madera cerradas por una tranca, se ubicaba la boiga o bodega para los animales y la pichorra o bodega para el vino. La primer planta es la vivienda y en la segunda planta se ubica la cocina, la despensa o un desván. También se pueden admirar las casas señoriales que se identifican por sus escudos de armas.
Cercana a la Plaza Mayor se sitúa la iglesia de San Martín de Tours (siglos XVI y XVII). Es un edificio de tres naves que guarda en su interior las Tablas de Luis Morales, conocido como “El Divino”, que se crearon en el siglo XVI. También destaca su retablo mayor del siglo XVIII.
A un kilómetro a pie desde el pueblo, llegamos al Convento de San Miguel (siglo XV). En la actualidad, este edificio histórico de tres naves con crucero y cúpula es una hospedería de cuatro estrellas, pero en su origen fue un convento franciscano.
Visitas cercanas y senderismo
A unos 10 kilómetros de San Martín de Trevejo está su castillo medieval, un lugar lleno de historia e ideal para contemplar las vistas panorámicas del Valle de Jálama y unas bellas puestas de sol. De origen árabe (siglo XII), la fortaleza en ruinas que se contempla hoy tiene las características propias de finales del siglo XV, años en los que se hicieron grandes reformas al castillo primitivo. En el siglo XVIII se hicieron más reformas como consecuencia de los daños ocasionados por la guerra de sucesión española.

A pocos metros descendiendo del castillo, se encuentra la parroquia de San Juan Bautista. Esta pequeña ermita construida en el siglo XVI declarada Bien de Interés Cultural. Consta de una nave única y una torre aislada levantada sobre un torreón de defensa del castillo. Alrededor hay varias tumbas antropomórficas dispersas en la roca.
Para los amantes del senderismo, un buen plan es realizar alguna de las rutas que discurren por los alrededores de esta pequeña localidad cacereña. Predominan los bosques de alcornoques, castaños, pinos y helechos. Una de estas sale de San Martín de Trevejo tomando una antigua calzada -algunos dicen que romana y, otros, atribuyen su origen a la Edad Media- para ir por el río de la Vega y el castañar. Su extensión es de 5 kilómetros y un desnivel de 210 metros, por lo que es de dificultad baja y para toda la familia.
Dónde comer en Trevejo
En la Plaza Mayor, hay un restaurante que se llama Saboris de Sempris. Es el preferido por los usuarios de TripAdvisor. Ofrece comida casera de la zona (boletus, repápalos de bacalao con entomata, etcétera) y tiene una buena relación calidad-precio.
Para los que quieran picotear productos de la zona como quesos o embutido ibérico o probar vinos locales como el de pitarra, la Boiga do Viñu (Calle de la Plaza 1) es una buena opción que cuenta, también, con buenas valoraciones en internet.
