El mágico don de la ubicuidad, ese que te permite estar en todas partes al mismo tiempo, es uno de los rasgos que mejor definen a la metrópoli turca de Estambul. Los libros de Historia nos han revelado que, en la antigüedad, dicha ciudad fue la capital de dos grandes imperios, el bizantino y el otomano. Por su parte, los libros de Geografía nos la señalan como frontera, o, mejor dicho, puente natural entre dos continentes, Europa y Asia; y como portalón de dos mares, el Negro y el de Mármara. Con todos estos ingredientes puestos sobre la mesa, resulta sencillo adivinar el otro gran rasgo diferenciador de Estambul: su carácter genuino.
72 horas es tiempo suficiente para que comprobéis hasta qué punto esta metrópoli turca encaja en la descripción anterior. Con esta guía, os invitamos a recorrer Estambul, la ciudad donde todo empieza y todo acaba.
La Basílica de Santa Sofía, en el siglo VI, marcó un antes y un después en la arquitectura: durante mil años, nadie pudo ignorarla ni igualarla.
El Gran Bazar, uno de los mercados más grandes y antiguos del mundo, es un lugar que se debe visitar en Estambul. Más de cuatro mil tiendas aguardan.
La Mezquita Azul fue construida frente a Santa Sofía para superarla en grandeza. La magia, sin embargo, queda flotando en su atmósfera interior turquesa
Corazón político de Turquía durante cuatro siglos, es hoy una de las maravillas de Estambul. Conoce el Palacio de Topkapi y su famoso harén.
Te ayudamos a diseñar los mejores itinerarios para tu estancia en Estambul.
Selecciona la zona en la que te alojas y la duración de tu viaje.
