En Cádiz, a más de 100 kilómetros de distancia de la capital, en la comarca del Campo de Gibraltar y en pleno Parque Natural de Los Alcornocales, se ubica Castellar de la Frontera. Esta localidad cuenta con tres núcleos urbanos: el conocido como Castellar Viejo o pueblo ubicado dentro de un castillo del siglo XIII; Castellar Nuevo, población a 8 kilómetros de distancia de la fortaleza y formado a partir de 1971; y la Almoraima, pedanía de Castellar de la Frontera a dos kilómetros de Castellar Nuevo.
Declarado Monumento Histórico Artístico en 1963 e incluido en la lista de la asociación de los Pueblos más bonitos de España en 2019, Castellar Viejo es de los pocos ejemplos de España de núcleos urbanos habitados dentro de una fortificación. Se sitúa en la cima de un cerro, desde el que se divisa la bahía de Algeciras y el peñón de Gibraltar en días despejados.
Basta con un día para visitar los tres núcleos urbanos de Castellar de la Frontera, aunque si el viajero quiere disfrutar de un enclave natural privilegiado y animarse a hacer alguna ruta de senderismo, salir con la bici o ir con más tranquilidad, dos jornadas son el tiempo óptimo.
- Historia de Castellar de la Frontera
- Qué ver en Castellar de la Frontera
- Castellar Viejo: casco antiguo, fortaleza y plaza de armas
- La villa moderna de Castellar
- Convento de San Miguel de la Almoraima
- Dónde comer en Castellar de la Frontera
Historia de Castellar de la Frontera
Contar con unas vistas de altura ha sido uno de los porqués diferentes culturas han estado presentes en el lugar en el que se asienta actualmente Castellar de la Frontera. Con vestigios que denotan la presencia humana desde el paleolítico, por este enclave han pasado los íberos, romanos, visigodos o musulmanes.
Estos últimos, llamaron a la zona Al-Qasr. Según la documentación existente, es la primera vez que hay evidencias de la existencia de una población. Desde el siglo XII y hasta el XV, los musulmanes fueron los que crearon la fortaleza para defenderse de los cristianos y fundaron la villa dentro de las murallas. En 1434, D. Juan Arias de Saavedra conquistó la villa para la corona de Castilla y la incorporó a la corona cristiana. De esta época se conservan las murallas.’
Ya en el siglo XVIII la Casa de Saavedra se unió a la Casa Ducal de los Medinaceli. A principios del siglo XX se les expropiaron parte de sus tierras a los Medinaceli para dárselas a los vecinos como bienes mancomunales. Tras pasar a manos de la empresa Rumasa en los 70, finalmente el Estado se hizo con las tierras.
A finales de los 60 comienza la construcción de una nueva población, Castellar Nuevo, a 8 kilómetros de la fortaleza. A partir de 1971 parte de la población se va trasladando a esta extensión de la localidad.
Qué ver en Castellar de la Frontera
Al núcleo antiguo de Castellar de la Frontera se llega tras recorrer 10 kilómetros por una carretera con vistas de la sierra que protege el Parque Natural de Los Alcornocales, la mayor masa de alcornoque de la Península Ibérica. La localidad, situada cerca de los cauces fluviales del Guadarranque y del Hozgarganta, está también incluida en la Ruta del Toro, que aglutina tierras gaditanas en las que vive este bravo animal.
¿Qué visitar en Castellar de la Frontera? Su fortaleza medieval y núcleo poblacional en Castellar Viejo, Castellar Nuevo y el Convento de San Miguel de la Almoraima.
Castellar Viejo: casco antiguo, fortaleza y plaza de armas
Situado en un cerro a cuyos pies se sitúa el embalse de Guadarranque, a unos 300 metros de altitud, se divisa la antigua fortaleza árabe del siglo XIII, declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento en 1949 y parcialmente restaurada en 1979. El castillo fue de gran importancia en la época musulmana y formó parte del sistema de defensa del Reino de Granada puesto que se encontraba en una posición fronteriza, de defensa del reino de Taifas de Algeciras.

El recinto amurallado cuenta con barbacanas, torres de flanqueo y torres de ángulo cuadradas y circulares -algunas de ellas coronadas con almenas-. A destacar, las torres de la entrada de acceso al castillo con dos arcos, uno de ellos de herradura. Una vez se atraviesa el patio de armas, el viajero se adentra al núcleo poblacional, sumergiéndose en la vieja Andalucía a través de callejuelas estrechas y zizagueantes, con casas encaladas decoradas con macetas y arriates.
Entre los edificios del interior destacan el Alcázar de los Condes de Castellar, con la Torre de Homenaje, el Ayuntamiento y la Iglesia del Divino Salvador (siglo XVII). Otra torre importante es la de la Almoraima, situada en una colina cercana y que servía también como torre vigía.
La villa moderna de Castellar
Cuando Castellar Viejo si quedó pequeño para albergar a la población que seguía creciendo dentreo de sus murallas, se empezó a construir una extensión de esta localidad a 8 kilómetros de la colina. A principios de los años 70 esta es la localidad donde residen los habitantes de este pueblo gaditano.
A diferencia del pueblo de raíces árabes, Castellar Nuevo cuenta con amplias calles y avenidas, así como zonas verdes. Eso sí, mantiene la esencia de la blancura de sus casas.
Caben destacar la iglesia del Divino Salvador, que alberga una talla (muy venerada) del Santísimo Cristo de la Almoraima (siglo XVI) -que estuvo en el Convento de La Almoraima hasta 1973, es de tamaño natural- y la plaza de Andalucía, que acoge una escultura en la que se conmemora el XXV del nacimiento de esta localidad.
Convento de San Miguel de la Almoraima
Desde 2010, el Convento de San Miguel de la Almoraima el siglo XVII se rehabilitó para convertirse en un hotel de cuatro estrellas. Se encuentra dentro de una finca de más de 14.000 hectáreas de titularidad pública.
Siglos antes, concretamente a finales de 1603, la condesa de Castellar, Doña Beatriz Ramírez de Mendoza, entregó el convento a los Hermanos Mercedarios Descalzos del Monasterio de la Almoraima. Ya en el siglo XIX, el duque de Medinaceli lo compra, junto con la finca. En esa época, se convirtió en uno de los grandes cotos de caza de España.
Con la II República, se entregan las tierras al ayuntamiento. Con el fin de la Guerra Civil, el Gobierno devuelve el terreno y el convento a los antiguos herederos. En 1972 lo compra la empresa Rumasa hasta que lo expropia el Gobierno español en 1983.
Hoy, esta especie de parador que ofrece a huéspedes y visitantes un paisaje de bosques exuberantes, la posibilidad de caza mayor o alojarse en las habitaciones que en su momento fueron residencia de los Condes de Castellar.
Dónde comer en Castellar de la Frontera
Entre las cosas que puedes hacer en Castellar de la Frontera es disfrutar de su gastronomía de calidad. Su cocina se caracteriza por ofrecer carnes de caza, sobre todo venado, conejo y perdiz. Se suele adobar con vino y hierbas aromáticas en calderetas.
Una opción para comer productos de calidad de la zona, es el restaurante La Gañanía, situado en el Hotel Casa-convento la Almoraima. Sirven carne de caza de la propia finca.
Y para comer o cenar en otro lugar espectacular, el restaurante Tugasa El Aljibe, que se encuentra en el propio Castillo de Castellar Viejo. Manteniendo la esencia de la época de esplendor medieval, su carta ofrece platos de caza de la zona, como el jabalí y el venado.
