La ruta por los seis pueblos más cercanos a Jerez atraviesa algunos de los lugares más bonitos de Cádiz, con unas vistas tan impresionantes como las de Vejer de la Frontera o una naturaleza tan viva como en Sanlúcar de Barrameda, a las puertas del Parque de Doñana. Además, no podemos olvidarnos del centro histórico del Puerto de Santa María y algunas joyas como Arcos de la Frontera o Alcalá de Galduces.
- Vejer de la Frontera, el mirador de Cádiz
- Arcos de la Frontera, un pueblo blanco
- Sanlúcar de Barrameda, algo más que caballos y manzanilla
- Alcalá de los Gazules, el pueblo de Alejandro Sanz
- El Puerto de Santa María, la ciudad de los palacios
- Guadalcacín, el embalse más grande de Cádiz
Vejer de la Frontera, el mirador de Cádiz
Este pueblo en lo alto de una colina es uno de los más bonitos de España. Sus calles empinadas, llenas de casas encaladas y flores en los balcones, forman un laberinto de estrechos giros que recuerdan a su origen árabe y que van creando algunos de los miradores más espectaculares de esta zona.
La mejor forma de no perderse nada es deambular por estas calles empedradas para llegar hasta el Castillo de Vejer, del siglo XI, y que se puede visitar en parte. Lo mejor es subir hasta su terraza para tener una panorámica impresionante de los campos y la costa de Cádiz. También está la Iglesia del Divino Salvador, que se levantó sobre la antigua mezquita y que mezcla el estilo gótico con el mudéjar anterior.
Al recorrer las murallas cruzaremos algunas de las puertas más emblemáticas como el Arco de las Monjas, que da entrada a la judería, o el Arco de la Villa.
Uno de los puntos más fotografiados de Vejer de la Frontera es el Mirador de La Cobijada donde, además de las vistas, se ve la escultura de una mujer ataviada con el traje típico de Vejer, que es un manto grueso para proteger del frío y el aire de las alturas en el que sólo se deja un ojo al descubierto.

Arcos de la Frontera, un pueblo blanco
Arcos de la Frontera es uno de los pueblos blancos más bonitos de la provincia, llamado así por su arquitectura y trazado. Está ubicado en un acantilado sobre el río Guadalete por lo que las vistas desde su trazado medieval son impresionantes. Lo mejor para recorrerlo es atravesar la Puerta de Matrera, la única entrada original que queda del antiguo recinto amurallado, hasta llegar a la Plaza del Cabildo, donde encontramos la Basílica Menor de Santa María de la Asunción, construida sobre la antigua mezquita y que ahora es un templo de estilo gótico-barroco; el Castillo de los Duques, el Ayuntamiento y uno de los miradores más famosos de Arcos: el de la Peña Nueva.

También podemos llegar hasta el Mirador de Abades, desde donde se ve el río y las llanuras que lo rodean, y visitar la Iglesia de San Pedro, que se construyó en el siglo XVI sobre una fortaleza musulmana, y de la que destaca su torre barroca.
Sanlúcar de Barrameda, algo más que caballos y manzanilla
Si algo destaca en Sanlúcar de Barrameda es su proximidad al parque de Doñana, su manzanilla y sus caballos. Por eso, además de visitar el barrio alto, que es la parte histórica del pueblo donde entre calles empedradas se encuentran las antiguas casas señoriales y las iglesias más populares, hay que bajar hasta las playas de La Calzada y Las Piletas, donde en el mes de agosto se celebran las tradicionales carreras de caballos, una fiesta única que se viene realizando desde 1845.
Otra de las visitas importantes son sus bodegas, donde podremos conocer cómo se elabora la manzanilla, la gran bebida de Sanlúcar, y hasta realizar alguna cata si elegimos visitas guiadas.

Entre los monumentos que no podemos perdernos está el Palacio de los Duques de Medina Sidonia, de estilo renacentista y con un jardín impresionante, el Castillo de Santiago, que conduce al palacio ducal por un pasadizo, las famosas Covachas, que son unas arcadas góticas que acogían la antigua lonja del pescado, y la Basílica de la Caridad, la patrona de Sanlúcar.
Hay que tener en cuenta que si queremos visitar Doñana desde aquí, sólo se puede entrar por vía fluvial y hay que reservar la excursión por barco.
Alcalá de los Gazules, el pueblo de Alejandro Sanz
Este pueblo blanco de calles empinadas y casas señoriales es uno de los más tranquilos de la ruta ya que es la entrada al Parque Natural de los Alcornocales, un entorno único para hacer barranquismo, rutas de senderismo como la subida al Aljibe y avistamiento de aves. Una de las excursiones más populares es a la Garganta del Espino, que acaba en una cascada natural impresionante, sobre todo en la temporada de lluvia.
Dentro de Alcalá de los Gazules, tenemos que atravesar la Antigua Puerta de la Villa, una de las entradas originales que quedan de la fortaleza medieval y no podemos perdernos la increíble Iglesia Mayor de San Jorge, del siglo XVI, que ocupa el espacio donde estaba la mezquita ubicada en la Plaza Alta.
En este lugar tan emblemático de Alcalá de los Gazules encontramos la Casa del Cabildo, de estilo renacentista, y que muestra cómo eran las casas señoriales de las que aún quedan varias en este municipio. Las mejores vistas de la zona se obtienen desde lo alto de la Torre del Homenaje, situada en el Cerro de La Coracha. Y una curiosidad sobre Alcalá de Gazules: tiene un Museo de Alejandro Sanz ya que es el pueblo natal del cantante.
El Puerto de Santa María, la ciudad de los palacios
La tierra del poeta Rafael Alberti siempre ha sido considerada como la ciudad de los cien palacios por sus casas señoriales, como el Palacio de Araníbar o la Casa de los Leones. La mayoría de estos edificios están situados cerca de la Plaza del Polvorista, una de las más bonitas de El Puerto, y que es un lugar único para tomarse un vino por la tarde.
Antes podemos visitar el Castillo de San Marcos, una fortaleza almohade del siglo XIII que ahora acoge las famosas Bodegas Caballero, y la Iglesia Mayor Prioral, que mezcla elementos góticos y barrocos.

El Puerto de Santa María conserva la Casa Museo Rafael Alberti y también cuenta con un Museo Municipal con colecciones de cerámica andalusí, de la época visigoda y piezas de los siglos XVI y XVII.
Para los aficionados a los toros, se puede ver su Real Plaza, una de las más antiguas de España ya que fue inaugurada en 1880 y no podemos olvidarnos del fino, el vino más conocido de esta zona, y de algunas de sus bodegas que también ofrecen experiencias con catas especiales.
Guadalcacín, el embalse más grande de Cádiz
Esta pedanía de Jerez es uno de los lugares naturales más bonitos de la zona gracias al embalse de Guadalcacín II, el más grande de Cádiz. Entre sus aguas se pueden realizar actividades acuáticas como remo, pesca deportiva, vela, piragüismo y hasta chapuzones en su playa artificial que es una delicia, sobre todo en los meses de verano cuando aprieta el calor.
Además cuenta con varias rutas de senderismo, algunas muy exigentes, y un mirador desde el Tajo del Águila, que ofrece unas vistas increíbles del embalse.
