El Pardo no es un municipio, sino un bonito barrio de Madrid, perteneciente al distrito de Fuencarral-El Pardo. Situado a unos 10 kilómetros del centro, es un destino muy especial para programar una jornada de ocio junto a la naturaleza, da lo mismo que sea con amigos, con familia, en pareja o en solitario. El Pardo ofrece de todo: gastronomía, deportes, palacetes, patrimonio monumental, historia…

  1. El Pardo, un destino de reyes
  2. El Monte de El Pardo: senderismo, jabalíes y gamos
  3. Qué ver en El Pardo
  4. Senderismo en El Pardo
  5. Cómo llegar desde Madrid
  6. Qué ver en los alrededores

El Pardo, un destino de reyes

Todo el mundo sabe que El Pardo fue el lugar de residencia de Francisco Franco, pero pocos conocen que aquí han morado también los reyes desde el siglo XIV. Tienes que conocer este destino, porque además podrás gozar de la naturaleza en el Monte de El Pardo, uno de los bosques mejor conservados de Europa. Tiene una extensión de 16.000 hectáreas y está atravesado por el río Manzanares.

El origen del nombre de El Pardo no se conoce con seguridad, pero son muchos los que se lo achacan al color pardo de la tierra y otros, al oso pardo que transitaba por la zona en tiempos pasados.

El Monte de El Pardo: senderismo, jabalíes y gamos

El Monte de El Pardo ha sido utilizado por los reyes españoles y, después, por Franco como coto privado de caza, ya que aquí es abundante la fauna silvestre. Esta situación particular ha servido para preservar el valor medioambiental de la zona. Desde 1982 está gestionado por Patrimonio Nacional y en 1987 fue declarado Zona Especial de Protección para Aves (ZEPA).

En el Monte de El Pardo existen 120 especies diferentes de árboles y arbustos, como encinas, alcornoques, jaras, robles, fresnos, juncales, chopos y negrillos. Y otras 125 especies de aves, 35 de mamíferos, 19 de reptiles y 13 de anfibios. Sin embargo, los animales más célebres, que además se pueden contemplar desde lejos, son los gamos (4.000), los ciervos (3.600), los jabalíes (500) y los conejos (30.000), aunque también se pueden ver gatos monteses, tejones, zorros, garduñas y ginetas. Si decides hacer senderismo por estos parajes, podrán salirte al paso muchos de estos animales.

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El Monte de El Pardo

La mayor parte del territorio del Monte de El Pardo está rodeado por una valla de 86 kilómetros de longitud, que fue mandada construir por Fernando VI en 1753 con el objetivo de evitar la caza furtiva y frenar la fauna herbívora que dañaba los cultivos de los alrededores.

A lo largo del tiempo se fueron construyendo puertas de entrada, algunas de gran relevancia. La mayoría de los 32 accesos contabilizados ya no existen, pero pervive una de las cuatro puertas mayores, la Puerta de Hierro, situada en el enlace de la M-30 con la carretera de La Coruña.

Qué ver en El Pardo

Además de actividades deportivas, de pesca y recreativas, El Pardo ofrece numerosos atractivos para visitar en una escapada de ocio por la zona.     Los espacios más atractivos y visitados de El Pardo son los siguientes:

Palacio de El Pardo

Este impresionante palacio fue construido en 1405, en tiempos del rey Enrique III de Castilla, para ser destinado a pabellón de caza, si bien después, Enrique IV lo transformó en un pequeño castillo y Carlos I lo volvió a rehabilitar como palacio. Bajo el reinado de Felipe II, se pusieron las cubiertas de pizarra y los emplomados y Carlos III acometió las obras de ampliación, un trabajo que encomendó nada menos que a Sabatini. En su interior hay una valiosa colección de pintura (Carducho, Tiziano, Sánchez Coello, Ribera, Sofonisba Anguissola…) y de tapices, con 378 piezas, algunos basados en bocetos de Goya, Bayeu y Castillo. En este palacio murió Alfonso XII en 1885. Desde 1983, es el lugar donde se alojan los jefes de Estado extranjeros que vienen a España de visita oficial. En la actualidad, el Palacio de El Pardo está abierto a las visitas de público.

Jardines del Palacio del Pardo
Palacio de El Pardo

Palacio de la Quinta

En pleno monte de El Pardo y a tres kilómetros del casco histórico, se halla la Quinta del Duque de Arco, más conocida como la Quinta de El Pardo. Fue propiedad de Alonso Manrique de Lara, duque de Arco, quien la donó a los reyes Felipe V e Isabel de Farnesio. A mediados de los años 30, aquí vivió Manuel Azaña y aquí le sorprendió el golpe de estado de 1936. Durante la Guerra Civil, acogió la Quinta División del Ejército de la República, por lo que fue objetivo de los obuses de las tropas nacionales. La Quinta de El Pardo consta de una planta principal, con salones y zonas de recepción; un sótano y una buhardilla, decorados con muebles y alfombras de la época de Fernando VII e Isabel II. Destacan sus espectaculares jardines, con grupos escultóricos y fuentes, muy parecidos a los de La Granja de San Ildefonso.

Cristo del Pardo

Este nombre alude a la imagen que se venera en el Convento de Nuestra Señora de los Ángeles, más conocido como Convento de los Padres Capuchinos. Está en lo alto de una de las colinas del Monte de El Pardo y sus orígenes datan del siglo XVII, al parecer por una petición del Papa al rey Felipe III. Las obras finalizaron en 1650, ya bajo el mandato de Felipe IV. Los sucesos de 1808 acabaron con prácticamente el edificio y con su magnífica colección de obras de arte, pero la imagen del Santo Cristo apareció intacta. Por eso, Fernando VII ordenó rehacer el convento en 1830. La imagen yacente del Cristo de El Pardo es obra del escultor Gregorio Hernández, quien recibió el encargo de Felipe III tras el nacimiento de su heredero, Felipe IV. En la iglesia del convento también se halla la imagen de La Divina Pastora, realizada por Mariano Bellver; una pintura de Francisco Rizzi con la representación de Nuestra Señora de los Ángeles, y otros lienzos de José Ribera, Bartolomé González o Lucas Jordan. Hoy el convento es una casa de retiro espiritual.

Embalse de El Pardo

Ubicado en el corazón del Monte de El Pardo, este embalse construido en 1970 limita con Colmenar Viejo y el cementerio de El Pardo y ocupa 550 hectáreas. Se trata de un espacio de gran valor paisajístico y de fauna en cuyo entorno habitan las águilas pescadoras, las cigüeñas negras y las gaviotas reidoras.

Casita del Príncipe

Este palacete del siglo XVIII fue mandado construir en 1783 por los príncipes de Asturias Carlos IV y María Luisa de Parma como casa de campo y retiro. Juan de Villanueva se encargó de las obras y ensayó aquí la futura construcción del Museo del Prado. Tiene 400 metros cuadrados de superficie, unos  bonitos jardines y unos techos abovedados que fueron pintados por Vicente López, Francisco Bayeu y Salvador Maella. También conserva intactas las colgaduras de seda francesa y valenciana que se pusieron hace más de 200 años.

Casco histórico de El Pardo

El  Pardo, habitado por unas 3.500 personas, se extiende a lo largo del río Manzanares y tiene un casco histórico muy agradable de recorrer. En su antigua y desaparecida casa de Postas, situada en la plaza principal, estuvo alojado Francisco de Goya durante una temporada. El Pardo, además, tiene numerosas zonas verdes para transitar y numerosos establecimientos para saborear su gastronomía tradicional basada en productos de la caza.

Senderismo en el monte de El Pardo

Con las debidas precauciones (por la abundancia de fauna salvaje), el monte de El Pardo es un lugar muy recomendable para el senderismo. Son muchos los caminos y veredas que lo cruzan, que conducen a sus principales puntos de interés naturalístico y monumental, varios de ellos incluso delimitados o señalizados.

Una de las rutas senderistas más populares es la que lleva hasta el mirador de Valpalomero, del que hablamos más adelante. Un recorrido circular, con salida y llegada en el área recreativa de La Quinta, de unos 5 kilómetros de longitud y con una dificultad baja, por lo que es ideal para familias con niños. Igual que la senda del Corredor Ambiental del Río Manzanates, que permite conocer y admirar el entorno natural que va creando el río madrileño mientras se abre paso hacia la ciudad, a lo largo de algo más de 7 kilómetros.

Algo más complicada es la ruta que conduce hasta Peñarrubia, con unos 5 kilómetros de recorrido circular. Parte desde el área recreativa del mismo nombre y la dificultad, aparte del desnivel que hay que ascender, viene del hecho de que el terreno es bastante irregular. El sendero está convenientemente señalizado.

Cómo llegar desde Madrid

Aunque la forma más cómoda de llegar a El Pardo pueda parecer el vehículo propio, lo cierto es que este núcleo urbano está bastante bien comunicado con la capital gracias a dos líneas de bus de la EMT (Empresa Municipal de Transportes). Así, está la línea 164, que sale desde el intercambiador de Moncloa y que llega a El Pardo en unos 20-25 minutos. Si se quiere ir desde la zona Norte de Madrid, entonces se puede tomar la línea 179, que sale desde Plaza de Castilla y con un trayecto de una media hora de duración.

Si, aun así, se prefiere el coche, la forma sencilla y cómoda de llegar a El Pardo es seguier la vía circular M-30, tomar la salida 25 y continuar unos 5 kilómetros por la M-605 (carretera El Pardo-Fuencarral) hasta llegar a la localidad. Desde Moncloa y por la M-605, en buenas condiciones de tráfico, se tarda sobre cuarto de hora.

Qué ver en los alrededores

Lo más interesante para ver en los alrededores de El Pardo es, sin duda, el parque que rodea este núcleo urbano, con sus abundantes especies animales y vegetales. Esta zona es contigua al Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, espacio protegido de gran importancia naturalística que está considerado como Reserva de la Biosfera y que enlaza con el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

Es en este entorno donde se sitúa el mirador de Valpalomero, uno de los mejores puntos de observación de aves del monte de El Pardo, desde donde también se divisa parte del perfil urbano de la ciudad de Madrid, con las impresionantes Cinco Torres casi al alcance de la mano.

En cuanto a las localidades cercanas a El Pardo destaca Torrelodones, con su reconstrucción (no del todo fidedigna) de La Atalaya. Es decir, la torre defensiva junto a la carretera A-6, que en tiempos medievales cumplió una importante función como punto de vigilancia. De interés en este mismo pueblo son la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción (siglos XVI-XVII) y el palacio del Canto del Pico, una ecléctica residencia sobre una colina, que fue un capricho del Conde de las Almenas. A su muerte, el palacio pasó a manos  del dictador Francisco Franco y su familia. Hoy está en estado de ruina pero, aun así, impresiona la belleza de la construcción.