Hoy día, la isla de Tabarca presume de un buen número de galardones: Bien de Interés Cultural, Conjunto Histórico-Artístico, Reserva Marina del Mediterráneo y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

En resumen: no le faltan cosas para ver. En sus 30 hectáreas encontramos museos, palacios, iglesias, solitarios faros en mitad del páramo y, por supuesto, mucha vida animal: pulpos, langostas, meros, salmonetes, tortugas, estrellas de mar… 

  1. Tabarca, visita en barco esta isla de Alicante
  2. Las riquezas naturales de la isla de Tabarca
  3. Qué ver en Tabarca: un pueblo, un faro y mucho más
  4. Actividades en Tabarca
  5. Consejos para visitar Tabarca
  6. Dónde comer en la isla de Tabarca
  7. Dónde alojarse cerca de la isla de Tabarca

Tabarca, visita en barco esta isla de Alicante  

Este pequeño paraíso, al que se puede llegar en barco desde Santa Pola, Alicante, Guardamar, Benidorm y Torrevieja no sólo ha atraído coloridos animales a sus verdosas praderas de posidonia. Desde el siglo XV por lo menos, los corsarios berberiscos del norte de África usaron la isla de Tabarca como base desde la que lanzar ataques a las costas cristianas, todo con el patrocinio del Imperio Otomano.

Tras siglos de saqueos, Carlos III decidió en 1769 fundar una colonia en la isla y fortificarla. Y lo hizo de una manera muy curiosa: pagó el rescate de sesenta y nueve familias ligures genovesas esclavizadas por los turcos y las trajo hasta aquí. Todas ellas estaban en la isla de Tabarka, cercana a Túnez y propiedad de la República de Génova, cuando los turcos la invadieron y los tomaron como rehenes. Se decidió construir entonces un pueblo en la isla e invitarlos a que viniesen a España, a la futura Nueva Tabarka.  

Isla de Tabarca
El agua cristalina que rodea la Isla de Tabarca

Las riquezas naturales de la isla de Tabarca 

La isla de Tabarca se convirtió, en 1986, en la primera Reserva Marina del estado español. Esto supuso la prohibición de la pesca de arrastre, técnica empleada por los pescadores que repoblaron la isla en el siglo XX. Porque Tabarca, a lo largo del siglo XIX, se había ido vaciando preocupantemente. Con ello se protegió su fondo marino, aunque poco a poco Tabarca fue perdiendo su identidad de isla de pescadores. Se estaba convirtiendo, no obstante, en una de las reservas naturales más importantes de España.  

Y es que en sus alrededores podemos encontrar caballitos de mar, tortugas, meros, salmonetes, pulpos y lubinas y, en especial, largas praderas de posidonia oceánica. Son precisamente estas plantas endémicas del Mediterráneo las que favorecen un entorno tan rico en flora y fauna, lo que ha convertido a la isla de Tabarca en un lugar muy codiciado para practicar buceo y esnórquel. En las cuevas de sus profundidades habitan también multitud de formas de vida, como langostas o cigarras. Más tarde, la Unión Europa declaró la isla Zona de Especial Protección para las Aves, redondeando así su oferta de espectáculos naturales. 

Isla de Tabarca
Costa de la Isla de Tabarca

La isla de Tabarca, por supuesto, también tiene una playa urbana: La Playita, situada en el corredor de tierra o istmo que separa al pueblo del resto de la isla, y que cuenta con servicios como patines, bicicletas o chiringuitos. Otra playa, más pequeña y en el puerto, es La Caleta. Pero Tabarca tiene además varias calas y playitas naturales, como la que encontramos frente a la isla de la Galera, muy apreciada para practicar esnórquel, o la Cala del Francés. 

Otro de los lugares imprescindible de la isla de Tabarca es la Cova del Llop Marí: una cueva con dos entradas, a la que puedes llegar nadando desde alguna de las calas cercanas o bien en barco. Se adentra 100 metros en el subsuelo de la isla y, antiguamente se refugiaban en ella grupos de focas monje. Una pareja de leones marinos, hace 100 años, también se instaló allí. Sin embargo, los isleños los persiguieron por miedo a que estropeasen la pesca y la cría de ambos murió recién nacida. La historia cuenta que la madre fue la siguiente, consumida por la pena, y que el padre estuvo durante tres días dando unos terribles aullidos que asustaron al pueblo y que, dicen, todavía pueden escucharse.  

Qué ver en Tabarca: un pueblo, un faro y mucho más  

Hay lugares en los que es mejor dejarse llevar por el instinto para conocerlos de verdad. El pueblo de Tabarca es uno de ellos, con callejuelas empedradas, casas encaladas y otras de tonos muy vivos y de diferentes estilos. Palmeras y árboles guardan nuestros paseos, y multitud de flores asoman desde sus macetas. La isla de Tabarca es Bien de Interés Cultural precisamente por esta mezcla de naturaleza exuberante y de belleza constructiva en su pueblo, que siempre ha mirado hacia el mar.  

Iglesia de San Pedro y San Pablo frente a la costa
Iglesia de San Pedro y San Pablo frente a la costa

Así que si lo que quieres es visitar alguno de sus muchos puntos de interés, aquí te dejamos unos pocos:  

  • Casa del Gobernador. Convertido en alojamiento, ha sido completamente restaurado y aún conserva sus suelos y arcos de 1780. 
  • La muralla y sus tres puertas. Las puertas de San Rafael, San Gabriel y San Miguel siguen siendo los puntos de entrada de una muralla de espíritu romántico, a trechos bien conservada y en otros derrumbada sobre las aguas del mar. 
  • Faro. El faro de Tabarca se levantó en 1854 con el objetivo de evitar los islotes y escollos que rodean la isla. Su figura se alza solitaria en el páramo de El Campo. Uno de los aspectos que más chocan del faro es su distancia de la orilla, pero dado el relieve plano de la isla no es necesaria más visibilidad. Antiguamente fue una escuela de fareros.
  • Iglesia de San Pedro y San Pablo. Elevada sobre la escarpada costa de Tabarca tenemos esta iglesia del siglo XVIII, muy estilizada y de estilo neoclásico. Otros detalles, como sus hermosas ventanas que simulan una flor de lis o la fachada principal, delatan sus influencias barrocas. Gran parte de esta iglesia se construyó con rocas extraídas de la isla.
  • Torre de San José: Este edificio llama la atención por su puerta, ubicada a dos metros de altura. En el siglo XIX sirvió como prisión, y en un principio valoraron rodearla de un foso para aumentar su efectividad.  
  • Museo Nueva Tabarca: Cuenta con dos salas, una audiovisual y otra para exposiciones. La labor de este museo es reunir numeroso material (fotografías, planos, etc.) para explicarnos mejor la geografía, geología e historia de la isla de Tabarca, así como la relación, en este lugar, entre el ser humano y el medio marino.

Actividades en la Isla de Tabarca

Teniendo en cuenta las dimensiones de la isla de Tabarca, es sorprendente la cantidad de actividades que se pueden realizar tanto en su superficie como en su entorno costero. De hecho, las relacionadas con el mar son las mayoritarias y, sin duda, las más atractivas y recomendables.

Así, se imponen tanto el buceo con snorkel como el submarinismo: como ya hemos comentado, los fondos marinos que rodean la isla son realmente valiosos. En ciertos puntos se supera una visibilidad de 30 metros y hay una enorme variedad de flora y fauna subacuática.

Con las debidas limitaciones, por la consideración de la isla de Tabarca como Reserva Marina, es posible subirse a motos de agua, tablas de paddle surf, kayaks y hacer excursiones en embarcaciones de vela y a motor. Respecto a esto, algunas empresas ofrecen la posibilidad de participar en charters de pesca deportiva. También se puede experimentar la emoción de avistar la isla y su entorno en altura mediante la práctica de parasailing.

Por supuesto, se impone un baño de mar y sol en cualquiera de las mencionadas playas (como La Playita) y pequeñas calitas repartidas por todo el litoral isleño.

En superficie existen varias rutas de senderismo, a pie o en bicicleta, todas ellas con una baja dificultad y una duración idónea para todo tipo de practicantes. La más popular es el recorrido circular, siguiendo el perímetro costero, de apenas 4 kilómetros de longitud.

El páramo con el faro al fondo

Consejos y mejor época para visitar la isla

Como es lógico, el periodo de mayor afluencia a la isla es durante los meses de verano. Es el momento más animado, incluso bullicioso. Quien prefiera disfrutar de la isla de una forma más pausada (y natural) debería plantearse venir hasta aquí a finales de primavera, finales de verano y principios de otoño. Estos son, además, los periodos en que el clima suele ser más agradable.

Si se tiene intención de recorrer la isla, más allá de la zona urbana, se debe traer un calzado adecuado para caminar por terrenos abruptos. Lo mismo si se decide venir durante el invierno o en días de lluvia, cuando si impone un calzado cerrado. Si se tiene intención de quedarse en la isla hasta tarde, incluso en verano se recomienda traer un jersey o una prenda de abrigo liviana, pues la brisa vespertina baja bastante la temperatura.

En verano y teniendo en cuenta la escasez de vegetación en altura que hay en la isla conviene abusar de la crema solar, llevar protección para la cabeza y ropa ligera.

Como norma universal y, con independencia de que éste sea un espacio protegido, hay que cuidar el entorno natural, recogiendo cualquier tipo de residuo y respetando el ciclo natural de plantas y especies animales. Fundamentalmente de los corales y la posidonia, que cumplen una importante función en el ciclo marino, como refugio y alimento de numerosas especies y que, en ningún caso, deben considerarse como un souvenir.

En temporada alta conviene reservar con antelación los pasajes de los barcos que trasladan desde los puertos de Alicante y Santa Pola, pues la afluencia es máxima. En ese sentido, es mejor optar por los trayectos de primera hora de la mañana y última hora de la tarde.

Dónde comer en la isla de Tabarca

Como es seguro que tendréis que hacer un descanso en vuestra visita, os recomendamos disfrutar primero del plato local preferido, el caldero: pescado con patatas, alioli, y un caldo con el cual se cuece el arroz con el que se acompaña el guiso. El calamar de potera o los arroces de langosta, bogavante y pescado son también especialidad de la isla. Les recomendamos los locales de La Almadraba, Casa Gloria, Casa Ramos o el restaurante Amparín para degustar su oferta gastronómica.