Alto Gállego
La comarca de Alto Gállego (Alto Galligo, en aragonés) está situada en el norte de Aragón, lindando con las comarcas oscenses de La Jacetania, Sobrarbe y la Hoya de Huesca, así como con la frontera francesa al norte. Sus valles, montañas y embalses proporcionan al viajero un entorno ideal para desconectar y disfrutar de la naturaleza sea cual sea la estación del año en la que la visiten. Asimismo, presenta una interesante oferta cultural y una propuesta gastronómica de montaña con influencias francesas que merece la pena catar.
Ahora bien, no cabe duda de que sus dos estaciones de esquí representan uno de los principales reclamos de la comarca. Situadas a apenas diez kilómetros la una de la otra, Formigal dispone de 137 kilómetros esquiables distribuidos a lo largo de los cuatro valles que conforman la estación. La misma destaca por su fácil acceso a las pistas, así como por presentar una pista de hielo de 400 m2. Por su parte, Panticosa, que se halla junto al pueblo homónimo, posee 39 kilómetros esquiables y ofrece una atmósfera muy agradable para disfrutar del après-ski. Además, a unos diez minutos en coche de ella se encuentra el célebre Balneario de Panticosa, cuyas aguas nitrogenadas y sulfuradas atrajeron, entre otras personalidades, a Alfonso XIII, Ramón y Cajal y Ortega y Gasset.
Asimismo, el Valle del Tena también invita a practicar deporte en primavera, otoño o verano, ya que su orografía resulta más que propicia para realizar trekking, rutas en bicicleta, piragüismo o descenso de cañones.
Los que viajen con niños no deben perderse el Parque Faunístico Lacuniacha, donde podrán contemplar bisontes, zorros, lobos, ciervos o linces en condiciones de semilibertad. Recorrer dicho parque natural les llevará unas tres horas de agradable paseo a través de un camino señalizado que avanza entre bosques de robles, pinos silvestres y hayas.
Como advertíamos, la comarca de Alto Gállego goza también de propuestas culturales de interés, destacando entre ellas la ruta por el conjunto de las iglesias de Serrablo, las cuales fueron erigidas entre mediados del siglo X y el XI en la cuenca alta del río Gállego, y adquirieron la condición de Monumento Histórico-Artístico en 1982. También merecen una visita el Museo Ángel Orensanz y Artes de Serrablo, situado en un edificio típico del Pirineo aragonés, pues permite aproximarnos a los modos de vida de la comarca, al tiempo que expone una interesante muestra de artesanía popular, y el Museo del Dibujo Julio Gavín, con 14 salas que acogen obras de Dalí, Zuloaga, Antonio Saura o Tàpies.
Independientemente de si os atrae más la oferta deportiva o cultural de Alto Gállego, no desaprovechéis la oportunidad de degustar algunos de los platos estrella de la comarca, como la olla tensina, el confit de pato, las migas con huevo y uva o el cordero lechal. Y llegada la hora del postre, conviene dejar espacio a las sopas de santa Teresa, una deliciosa especialidad de Tramacastilla de Tena que se realiza con bizcocho, vino rancio, huevos, azúcar y leche.