Puerto del Rosario
Aquellos que viajan a Fuerteventura lo hacen principalmente por dos motivos: playas y surf. Es, sin duda, la isla del archipiélago canario más apropiada para buscar el descanso y el contacto con el mar. Pero entre tanto relax en lugares vírgenes y aislados, a veces el cuerpo pide unas horas urbanas, de bares y comercios. Por eso, Puerto del Rosario, la capital de Fuerteventura, ofrece un conveniente día de break playero. Es una ciudad pequeña con el tamaño perfecto para callejear sin agobios, que permite cambiar de ritmo en vacaciones.
En un día en Puerto del Rosario se pueden realizar varios planes para conocer todo lo que ofrece esta ciudad de 40.000 habitantes. Puedes comenzar recorriendo la calle Primero de Mayo, su eje peatonal y comercial. En este paseo descubrirás la iglesia de Nuestra Señora del Rosario (declarada Bien de Interés Cultural), el Ayuntamiento y la Casa Museo de Miguel de Unamuno, un antiguo hotel donde el escritor se alojó durante su exilio. El espacio recrea aquella época, por lo que es una visita muy interesante para aprovechar la mañana.
Tras conocer la zona más comercial, la visita puede continuar en la zona del puerto, siempre bulliciosa y con vida propia. Los muelles de contenedores y de cruceros están a resguardo de las siempre potentes olas atlánticas que baten a las espaldas de los diques. El puerto de la capital majorera es una de las principales vías de entrada de pasajeros y mercancías, por lo que es muy probable ver cruceros atracados.
Si el paseo y el ambiente portuario empiezan a abrir el apetito, este puede ser un buen lugar donde hacer una pausa para el aperitivo. El Bounty del Muelle, Los Paragüitas o El Perenquén pueden ser tres buenas opciones de gastronomía canaria a pie del mar.
Tras el puerto, se puede seguir recorriendo el paseo marítimo hasta la playa Chica. Es el único arenal urbano de Puerto del Rosario y brinda una buena oportunidad para darse un chapuzón rápido previo al almuerzo. Si la comida puede esperar, conviene continuar el paseo al pie del mar por otros 20-25 minutos, hasta alcanzar Playa Blanca, una de las más famosas de la ciudad. En coche son apenas cinco minutos, pero el paseo hasta allí merece la pena.
En Playa Blanca volverás a sentir la fuerza y energía propias de esta isla. Sólo resiste en este lugar el edificio del antiguo Parador de Turismo. Sobre la arena, un pequeño chiringuito donde comer con el Atlántico y el blanco de las casas de Puerto del Rosario como telón de fondo.
No se puede terminar el día en Puerto del Rosario sin disfrutar del atardecer en una terraza con vistas al mar. Puedes probar en Playa Chica, en La Marea, en El Cangrejo Colorado o en la Terraza Zielo.