Rabat, la ciudad maltesa de las catacumbas
Situado en la zona sur de Mdina, el encantador municipio de Rabat (Malta) cuenta con un entramado de calles estrellas y bonitos edificios con “galerijas” de madera, que es el nombre que reciben los típicos balcones malteses. La ciudad, que se transforma de la mañana a la noche, cuando los turistas regresan a sus destinos, cuenta con numerosos atractivos. Aquí hay catacumbas, iglesias y mosaicos romanos. Además, tiene una merecida fama en el terreno gastronómico, ya que en sus cafeterías y restaurantes se puede disfrutar lo mejor de la cocina maltesa.
Una escapada turística por Malta no estaría completa sin haber visto los mosaicos de la Domus Romana, una gran villa del siglo I a.C. que, durante la época árabe, en el siglo XI, fue cubierta por un cementerio islámico. O sin contemplar las catacumbas de San Pablo, del siglo III a.C., que se utilizaron para enterramientos durante 500 años. O las catacumbas de Santa Ágata.
Historia de Rabat
Habitada desde hace milenios, Rabat (“arrabal” en árabe) ha visto pasar por sus calles a fenicios, romanos, árabes y normandos. Fue después de la dominación árabe cuando se separó administrativamente de Mdina, a pesar de que ambas localidades están prácticamente pegadas. De hecho, la calle principal, la St. Paul Street, comienza frente a la puerta de Mdina y sigue en dirección sur hasta la plaza de St. Paul. En la actualidad, Rabat cuenta con unos 11.000 habitantes.
Qué ver en Rabat
Son muchos los monumentos y atractivos turísticos que hay que ver en Rabat (Malta). Es el caso de las catacumbas, que aportan un testimonio muy valioso del desarrollo del cristianismo en Malta, o de las interesantes iglesias de estilo renacentista, además de la Domus romana.
Catacumbas de San Pablo y Santa Ágata
Tanto las catacumbas de St. Paul como las de Santa Ágata son lugares que hay que visitar en una escapada turística a Malta. Las primeras datan de la época romana y se utilizaron durante cinco siglos para realizar enterramientos. Posteriormente, el complejo funerario se utilizó durante la Edad Media para el culto. Y más tarde, tuvo un uso como almacén de productos agrícolas. Se trata de un laberinto de tumbas excavadas en la roca, rodeado de escaleras y corredores. Por su parte, las catacumbas de Santa Ágata tienen mucho interés por sus frescos de los siglos XII a XV. Dicen que aquí se escondió Santa Ágata al huir de Sicilia. Existe un pequeño museo con fósiles, minerales, monedas, vestidos sacerdotales y objetos etruscos, romanos y hasta egipcios.
Domus romana
Es el edificio más importante que existe en Malta de la época romana. Data del siglo I a.C. y fue descubierta en 1881. Conserva valiosos mosaicos, una parte del peristilo y algunos objetos que dan fe de la riqueza de la casa. Gran parte de los tesoros encontrados se encuentran en el museo de la Domus, cuya visita es fundamental para saber cómo se vivía en la época romana, ya que la exposición está estructurada en diversos apartados: familia, moda, educación, entretenimiento, comida y bebida. Hay tarros de perfume, horquillas para el pelo, además de una exposición sobre el cementerio islámico del siglo XI que cubrió la villa.
Museo Wignacourt
Situado en un palacio que albergó a los canónigos encargados de cuidar la gruta de San Pablo, este curioso y extenso museo tiene catacumbas cristianas del siglo IV, un refugio antiaéreo de la Segunda Guerra Mundial con capacidad para 400 personas, una capilla barroca, además de imágenes, atuendos religiosos y pinturas como el “San Pedro penitente” de Mattia Preti. También hay muebles curiosos, como un altar portátil para decir misa en los barcos o el catafalco negro en el que se colocaban los clérigos difuntos.
Dónde comer en Rabat
Visitar Malta es embarcarse en una aventura gastronómica, en un viaje a los sabores mediterráneos. La oferta abarca desde vendedores de comida callejera hasta establecimientos familiares y restaurantes con estrellas Michelin. Además, hay encantadores cafés donde se puede disfrutar de un delicioso pastel mientras se ve la vida de Malta pasar. Para comer, te recomendamos algunos restaurantes, pero hay muchos más. El Is-Serkin – Crystal Palace Bar tiene uno de los mejores “pastizzi” de la isla. Se trata de una comida típica que tienes que probar, una especie de pasteles rellenos de requesón o guisantes. Otros lugares recomendables son Bobbyland (cocina tradicional), Grotto Tavern (situado en una antigua bodega), Il-Veduta (con platos tradicionales) o Rogantinos (ubicado en una bonita casa de campo, a las afueras de Rabat, que tiene también opciones vegetarianas).
Dónde alojarse en Malta
Si quieres conocer Rabat en tu escapada a Malta, y alojarte en un hotel donde tengas asegurado el descanso y la comodidad, te recomendamos, por su excelente relación calidad-precio, el hotel Barceló Fortina Malta. Se trata de un alojamiento de cinco estrellas muy acogedor y con todo tipo de comodidades, situado en el paseo marítimo de Sliema y que tiene unas fantásticas vistas al Mediterráneo y a La Valeta. Cuenta con 183 habitaciones con terraza, modernas, equipadas y muy confortables. Tiene un restaurante internacional, donde se puede disfrutar también de la gastronomía típica maltesa, y un equipado spa para relajarse con algún tratamiento, sauna o hamman. En definitiva, un verdadero oasis para sentirse como en casa (o mejor).
Preguntas frecuentes
¿Dónde comer en Rabat, Malta?
Hay muchas y buenas opciones para comer la cocina tradicional maltesa en Rabat, pero recomendamos los restaurantes Is-Serkin – Crystal Palace Bar, Bobbyland, Grotto Tavern, Il-Veduta o Rogantinos.
¿Cuánto tiempo se necesita para ver Rabat?
La ciudad de Rabat es pequeña, pero cuenta con muchos atractivos turísticos. Una sola jornada sería suficiente para descubrir lo esencial de esta localidad.
¿Dónde está Rabat y cómo llegar?
Situada en el corazón de Malta, Rabat está prácticamente pegado a Mdina. De hecho, la calle principal, la St. Paul Street, comienza frente a la puerta de Mdina y sigue en dirección sur.