Gros
El barrio de Gros se extiende entre las faldas del monte Ulía y la desembocadura del río Urumea, sin perder nunca de vista el Cantábrico. Su espectacular playa, la de Zurriola, se ha convertido en un reclamo para surfistas nacionales e internacionales debido a sus privilegiadas olas. Ahora bien, no hay que dejarse llevar por las apariencias. Gros es mucho más que su playa. Edificios de primer nivel, tascas para deleitarse con lo mejor de la gastronomía vasca, tiendas de diseñadores emergentes y una actividad cultural envidiable son algunos de los factores que han puesto de moda un barrio que te fascinará.
Para dirigirte a Gros desde el centro de San Sebastián debes cruzar el río Urumea por el puente de Santa Catalina, o bien por el del Kursaal, en el que destacan sus bellas farolas Art Decó diseñadas por Víctor Arana. Una vez en la orilla este, y antes de empezar a descubrir los atractivos del barrio, vale la pena echar la vista atrás y contemplar desde este lado del río los elegantes edificios del hotel María Cristina y el teatro Victoria Eugenia, magníficos testimonios del pasado regio de la ciudad.
Todavía junto al Urumea, en el paseo de Ramón María Lili, encontramos dos edificios de gran interés: la antigua sede de la aseguradora La Equitativa (plaza de Euskadi, 1), una construcción de 1933 que sigue los cánones del racionalismo arquitectónico; y, ya ante la playa, el palacio de Congresos Kursaal, la icónica obra vanguardista que Rafael Moneo levantó frente el mar. Este complejo arquitectónico es, sin lugar dudas, uno de los emblemas de la Donosti moderna; de hecho, es la gran sede de su festival internacional de cine. Aun así, la construcción de los “cubos” de Moneo no estuvo exenta de cierta polémica, ya que su estética ha sido considerada por muchos excesivamente rompedora para un enclave tan significativo.
Pero volviendo a los festivales, la playa de Zurriola también acoge en julio algunos de los eventos del Festival de Jazz de San Sebastián. Y es que, como os habíamos advertido, la oferta cultural de Gros no es nada desdeñable. Más allá del cine y de los conciertos que se celebran en ella, esta playa es uno de los ‘spots’ que los surfistas de la Península tienen bien señalados en el mapa. A consecuencia de ello, veréis que todo el barrio respira esa atmósfera surfera, proliferando en él las tiendas de material, así como diversas escuelas que ofrecen cursillos para quienes desean iniciarse en este deporte acuático o mejorar su técnica.
Conviene alejarse un poco de la playa para tomarle el pulso al barrio y descubrir su epicentro –la animada y familiar plaza Cataluña—, sus atractivas tiendas y, cómo no, las mejores zonas para salir de pintxos: las calles Peña y Goñi y Zabaleta.
De vuelta a la playa de Zurriola, en su extremo más meridional encontraréis la explanada de Sagüés, un lugar ideal para ver las acrobacias de los surfistas y contemplar un hermoso atardecer. Aquí se halla, asimismo, La paloma de la paz, una escultura del artista vasco Néstor Basterretxea que embellece el paisaje urbano defendiendo el valor de la no violencia. Quienes quieran disfrutar de unas panorámicas realmente espectaculares de la ciudad deben finalizar el recorrido por el barrio ascendiendo al monte Ulía. El paseo es agradable y merece la pena el esfuerzo, a pesar de la pendiente, ya que sus vistas son increíbles.
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