Taksim
Sea cual sea la hora en la que nos animemos a pasear por Taksim siempre encontraremos una actividad frenética en sus calles. Y es que este sector de Estambul, conectado a la zona antigua de la urbe por medio del puente de Gálata, nunca duerme. Así pues, se trata del lugar idóneo tanto para ir de tiendas y visitar museos durante el día como para cenar y tomar una copa cuando el sol desaparece empapando con su luz rojiza los minaretes y las cascadas de cúpulas de las mezquitas, así como las aguas del Bósforo, esas que parten en dos una ciudad transcontinental en la que Europa y Asia se observan mutuamente desde sus respectivas orillas.
La plaza Taksim es el epicentro del barrio y el lugar predilecto de los locales para festejar eventos de cualquier clase, siendo asimismo el espacio urbano que acoge las principales protestas y manifestaciones acontecidas en la ciudad. La palabra turca Taksim se traduce como “división” o “distribución”, y hace referencia a la antigua función de este enclave, ya que desde 1732 aquí se recogían las líneas de agua procedentes del norte y se distribuían por los diferentes barrios de la población. En la actualidad, la plaza se ha convertido en un punto de encuentro de turistas y locales, ejerciendo de nexo de comunicaciones urbanas (aquí está situada la estación central de metro de la ciudad y el principal núcleo donde convergen las líneas de autobuses).
En el centro de la plaza se halla el Monumento a la Independencia, un grupo escultórico realizado en 1928 por el italiano Pietro Canonica para conmemorar el quinto aniversario de la constitución de la República Turca en 1923. Como no podía ser de otra forma, en la obra aparecen retratadas las figuras más relevantes del nacionalismo turco, entre las que destaca Kemal Atatürk, el primer presidente de la nación. También está dedicado a la figura del primer presidente el Centro Cultural Atatürk, un edificio de estética vanguardista que es sede del Festival de Teatro de Estambul y que acoge exposiciones temporales y representaciones de ballet, entre otras propuestas artísticas.
A pocos metros de la plaza se encuentra el parque Taksim Gezi, un pulmón verde diseñado por el arquitecto francés Henri Prost, que, en 2013, ante el proyecto de eliminarlo para levantar un centro comercial, originó el movimiento de protesta Occupy Taksim.
En el extremo opuesto de la plaza nace la calle Istiklal (avenida de la Independencia), una de esas vías peatonales que deben recorrerse con los ojos bien abiertos, a pie o en el mítico y nostálgico tranvía que transita por ella, ya que en sus puestos callejeros, sus heterogéneas construcciones y su fluir continuo de personas podremos palpar la esencia de Estambul. Como paradas obligatorias, no dejéis de probar los dulces que Haci Bekir (Istilkal Caddessi, 83) lleva produciendo desde 1777 ni de adentraros en el entrañable pasaje Cicek, un espacio mágico perfecto para degustar las delicias de la gastronomía turca bajo su bóveda acristalada.
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